Carlos del Valle en Editorial Verbo Divino La Palabra y las palabras

El término “palabra”habría que pronunciarse y por tanto, escribirse, con letras mayúsculas. Ya desde que bíblicamente “en el principio comenzó a identificarse con la idea de Dios”, encarnada en Jesús -El Verbo, con mención redentora para sus “Siete Palabras” testimoniales, “palabra” y “palabras” son sempiternamente merecedoras de atributos sagrados y sacramentales. Esto no obstante, la profanación que el término de referencia sufre en la vida diaria, resulta ser dramáticamente tan obvio como denigrante.

Desde tal perspectiva, convivencial y evangélica, los plácemes más justos y obsequiosos para Carlos del Valle, “sacerdote, misionero del Verbo Divino, doctor en Teología Moral en la Academia Alfonsiana de Roma, que ha dedicado y dedica su vida a evangelizar formando, o a formar evangelizando, lo que ha hecho en plataformas distintas: enseñanza, pastoral parroquial, misión de frontera , formación y liderazgo congregacional. El dato de su nacencia zamorana, en el semi pueblo de Benengiles, merece atención, aproximadamente tan reverencial como su larga estancia en Santiago de Chile y posteriormente en Roma, en un Colegio de Propagando Fide, con 180 jóvenes sacerdotes diocesanos y estudiante provenientes de 52 países.

Su libro de referencia se titula “Palabras que narran la Palabra. Vida consagrada en clave de misión”, con 178 páginas de texto, editado por “Verbo Divino”, en su colección “Surcos”, que alberga ya, con honra y gloria bibliográficas, nada menos que 127 títulos.

Después de su introducción, los capítulos que recogen las “Palabras que narran la Palabra”, son estos: “Del rol a la misión; Misión es espiritualidad encarnada; Amar la vida engendra vida; Ser desde el Otro y para otros; Transformas el mundo en paisaje humano y La misión no merece la pena, merece la vida”.

En esta ocasión, me limito a transcribir unas cuantas frases-Palabras, escritas -pronunciadas- por Carlos del Valle:

“No diré nada que no sepa por experiencia”, nos dice Teresa de Ávila. Antes que escribir hay que llenar la mochila, convencidos de que lo que ayer fueron errores, hoy pueden ser experiencias, porque experiencia no es lo que sucede, es lo que aprendemos de lo que nos sucede”.

“Embrutecen los dogmas que frenan la razón; son verdades enlatadas. La duda permite hacer preguntas, no solo vender respuestas”

“No juguemos a prolongar el pasado. Cansados de mirar hacia atrás nos convertimos en estatuas de sal”.“Cuando el Dios de la historia venga, nos mirará las manos”, más claro no canta el gallo”

“Todos anhelamos vivir en pañales de ternura, generosidad y fecundidad para que las personas que nos rodean también se sientan queridas, que tengan vida”. “A diferencia del Bautista, Jesús no ayuna, come con pecadores; más que bautizador, es amigo de publicanos”

“No hay santidad sin un profundo amor a los pobres. Si el evangelio no es para ellos, no es para nadie”

"La vida es para nosotros un camino apasionante, si lo recorremos como mendigos"

“A la hora de hablar, será necesario que nos sintamos más discípulos que maestros.”. “Tropezar no es malo, pero sí lo es encariñarse con la piedra”, “La vida es para nosotros un camino apasionante, si lo recorremos como mendigos”

“Si Dios es todopoderoso, lo es por su amor, no por su poder”.” En el evangelio descubrimos a un Dios que ha huido de códigos y leyes”. “Hay religiosos que hablan mucho de los pobres, (se cotiza hoy), sin estar y vivir con ellos”

"El destino del hombre es crecer en humanidad, sensibilidad y ternura"