Nuevo título de la colección Ekklesía de Ciudad Nueva Pasión por la fraternidad: Dios sorprende siempre
Chiara Lubich: "La fraternidad universal no es una idea de hoy. Estaba en la mente de Cristo"
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Con la frase ignaciana de “Dios sorprende siempre”, la redacción de la editorial “Ciudad Nueva” –CN- nos abre las puertas de las 134 páginas de su nuevo libro “Pasión por la Fraternidad”. El título se integra en la colección “Ekklesía”, con su explicación pedagógica de “senderos de comunión”. Los autores responsables son Antonio María Baggio, Piero Coda , Fabio Cirardi y otros, presentes efectivamente los codirectores de la colección, Carlos María Andrade y Aurelio Romero.
Síntesis certera del contenido del texto está destacada en la contraportada de la siguiente manera:
“El núcleo del libro contiene una reflexión coral en torno al Documento sobre “la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común”, firmado por el papa Francisco y el imán Al-Tayeb el 4 de febrero de 2019 en Abu Dabi. La novedad e importancia del texto nos han animado a profundizar en el recorrido histórico y en la actualidad del tema, a intentar descubrir el significado los significados y las perspectivas del tema que se abren, así como su influencia en el contenido inmediato. Resulta de especial interés la redacción del texto de la teología del Vaticano II y los desafíos y pistas que se abren desde la perspectiva de las ciencias sociales”.
Buen titular el de “Pasión”, con referencias decididas, más que a “perturbación del ánimo” (que todo se andará en la vida), sino a “lo que se desea con fuerza y sentimiento interno“, con el objetivo en este caso de “por la fraternidad”. Por supuesto que, como relata Chiara Lubich en su reflexión inicial de “Fraternidad y paz para la unidad de los pueblos”, “la fraternidad universal no es una idea de hoy. Estaba en la mente de Cristo –¡“Padre, que todos sean uno¡”, y en la mente de hombres tan grandes como Maharma Grandhi, al confesar que “la regla de oro consiste en ser amigos del mundo y considerar “una” toda la familia humana, con el recuerdo obligado a Martín Luther King, cuando aseveraba haber acariciado en sueños que “un día los hombres se darán cuenta de que han sido creados para vivir juntos como hermanos y que la fraternidad se convertirá en el orden del día de un hombre de negocios y la palabra de orden del hombre de gobierno…”
Referencias ineludibles, y de supremo interés en el índice del texto son, entre otras, trabajo conjunto de comunidades de fe y comunidad civil; el sorprendente viaje con un monje budista; una respuesta a la invitación del papa Francisco; de Francisco a los franciscanos de hoy; cercano a los pobres y a la gente, con el corazón atraído por Jesús y los hermanos; la experiencia de Chiara Lubich: desde la contemplación de las cosas de Dios a la encarnación en las realidades humanas…
La publicación del libro coincide con la noticia de la petición de parte de organismos y empresas internacionales de que la “hostelería” –sentido y actividad profesional y laboral- llegue a ser declarada como “^Patrimonio de la Humanidad”, con todo cuanto sepa, huela y convoque a una meta-mesa común de encuentro, entendimiento y confraternización entre personas, colectividades y pueblos.
Y es que sin hostelería, y sin posibilidades anchas de encontrarnos y con facilidad de entendernos y amarnos, jamás en el nombre de Dios ni en el del sentido común, podrá ser vida la vida, por lo que la petición de “Patrimonio” está universalmente más que justificada.
Los Franciscos – el de Asís y sus imitadores-, junto a san Romero de América, santificados por y con el pueblo, servirán de mediadores eficaces en tan sagrada tarea de constructores de la “Pasión por la Fraternidad”.