"Veo en la Iglesia española un deseo de hacer algo nuevo y diferente" Ricardo Grzona: "Es el valor de la persona el que da el testimonio"
(Jesús Bastante).- Ricardo Grzona, experto en teología y lectio divina, estuvo en España hace poco, invitado por la editorial Edelvives para su proyecto In&Out, un encuentro que buscó concienciar sobre los retos de la evangelización en el siglo XXI. Grzona charló con RD sobre cómo de importante es que la Iglesia ponga en práctica ya el insistente llamado del Papa Francisco a superar la tentación de que "aquí siempre se hizo así" .
Hoy nos acompaña Ricardo Grzona, ya nos acompañó el año pasado para hablarnos de su especialidad, la Teología y la Lectio divina.
Ha vuelto a España, invitado por la editorial Edelvives, para un proyecto muy interesante que ellos tienen y que se llama In&Out. Suena muy película de los años 90, pero es un proyecto para descubrir y sacar aquello que muchas veces tenemos oculto y que puede ser también a fe.
Sí. Nuestro amigo y hermano Juan José Echeverría está gestionando un poco este proyecto que espero será muy interesante. Te lo expresaría recordando un proverbio más español y castizo; "nadie puede dar lo que no tiene".
Formarse para formar y educarse para educar.
Esto es. La interioridad como algo muy valioso y supremo, para después poder ofrecer otros puntos de vista desde la propia vida.
¿Cómo se forma a quien tiene que formar? Porque, en muchas ocasiones, en estas charlas que tenéis participa gente que ya tiene responsabilidades en esto de la evangelización, son catequistas o formadores, y los que llevamos tiempo trabajando con un modelo determinado, ya tenemos nuestro rollo e intentamos seguir siempre el mismo porque es más cómodo, funciona y para qué cambiarlo.
¿Cómo se convence a alguien que enseña de la necesidad de ser formado a su vez?
Me da risa porque me encantaría utilizar el famoso proverbio "la letra con sangre entra". Nos hemos movido en una zona de confort. La mayoría de nosotros fuimos formados en la Iglesia. Y dentro de la Iglesia, la mayoría de nosotros como profesores de religión y como catequistas, y nos gustaron unas metodologías. Pero luego, con el pasar del tiempo, la cultura y las nuevas generaciones han presentando otras formas muy diferentes.
El mensaje siempre deberá ser el mismo, y nosotros tenemos que convencer de la manera. Por ejemplo, nos ha gustado mucho trabajar con este grupo llamado los milenial. Vienen a ser los que hoy tendrían entre 19 y 34 años. Son un grupo muy especial.
En España estoy preparando un trabajo para trabajar con milenials, un proyecto de elaboración de criterios para servicios, y he leído unos estudios muy interesantes de cómo se comportan los jóvenes en esta franja de la edad frente al consumo, al uso del móvil y de las aplicaciones.
Chicos y chicas que son nativos digitales y que tienen, casi, mamado de fábrica todo lo relacionado con nuevas tecnologías y comunicación.
Y sin embargo, lo que no tienen per se, y que a nosotros sí se nos notaba, es la pertenencia religiosa, el espíritu religioso. Eso, en las nuevas generaciones no lo debemos dar por asumido. Supongo que eso también es una gran diferencia a la hora de afrontar el trabajo, con educandos, desde la fe.
Me preguntas cómo le enseñamos al educador. El primer error en que nosotros caemos es que muchas veces lo tenemos en una parroquia para enseñar catequesis, o en un colegio religioso, o en un país religioso, como es España.
O aparentemente.
Y damos por supuesto que, la gente que viene, ya trae de la casa todo lo referente al conocimiento de Jesús, de la salvación, y hay que, simplemente, dar unas pinceladas para reordenar esas ideas.
Estos supuestos, no deberían estar nunca más. Nos encontramos, por ejemplo, con estos nativos digitales que, si bien han tenido la mayoría una familia, en las familias de las grandes ciudades papá y mamá trabajaban desde la mañana hasta la noche y ellos se criaban en la casa solos, donde, aunque no faltara de nada, no tenían la presencia de los padres.
Y después, un día, les dijeron: vamos a misa, y los hijos contestaron que no tenían ganas. En realidad es normal, porque no hubo ese diálogo, ni esa presencia, ni ese "estar con".
Nosotros, por lo tanto, no tenemos que suponer nada. Tenemos que partir de un cero y a veces de menos que de cero, porque se nos han colado en nuestra sociedad, occidental y cristiana, muchísismas ideas que no pertenecen a nuestros valores cristianos.
Tuvimos un programa, hace años, "Descubierto", para educar en valores que nacen del evangelio. No era un programa de evangelización, era un programa de valores. Cómo hago yo para decirte que la honestidad es importante. La honradez, la verdad, el respeto, la libertad, el amor... son cosas que nacen, a lo mejor, del evangelio, pero que no se toman en cuenta en la vida cotidiana.
Lo hicimos porque descubrimos que, en algún caso, un libro que ofrecía la Unicef para toda América Latina, decía: "¿qué sucede si usted ve un pobre en la calle y el valor de la conmiseración lo invita a darle una limosna para que pueda sobrepasar ese momento? Jamás modifique usted la situación que tiene, porque él seguramente está pagando un karma de otra vida".
¡Caramba! Esto no es civilización occidental y cristiana. Estamos hablando de la reencarnación. Son ideas que se fueron colando y, hablo abiertamente, en esos momentos los Ministerios de Educación de todos los países, incluyendo primeras damas de muchos ex-presidentes ya, aprobaron y dejaron entrar. Y nosotros tenemos un grupo de gente totalmente confundida.
De hecho, hoy en día, hay muchos cristianos católicos a los que preguntas por la reencarnación y no sabrían exactamente qué decir. Cuando nosotros tenemos estas ideas muy claras y muy sencillas.
El Papa Francisco, si tuviéramos que citar a alguien y nos pusieran el mismo caso, nos diría: "si tú ves a un pobre que está pasando una mala situación, nosotros tenemos la obligación no solo del momento, sino de pensar en cómo podríamos hacer una sociedad donde esta persona pudiera tener posibilidad de trabajo, de educación y vivienda digna. Cómo podríamos insertarle". Este fue justamente el mensaje de oración del mes pasado.
Precisamente, a este Papa, de lo que más se le acusa, desde dentro de algunos sectores de la Iglesia, es de lo contrario; de ser demasiado relativista, de que todo vale y de dejar puertas abiertas a cosas supuestamente inadmisibles. Por su "Amoris laetitia", por su acercamiento a otras realidades, por el diálogo interreligioso y el ecumenismo. Le acusan, incluso, de pervertir los valores universales. ¿Cómo se afronta esa actitud?
Tengo una frase que repito mucho, sobre todo en el uso de la Biblia, y también lo haré para el Papa Francisco: leer un texto fuera de contexto nos lleva a hacer un pretexto.
Quisiera que leyéramos el conjunto. No saquemos una frase de todo este conjunto que está haciendo el Papa.
Por ejemplo, el Papa Francisco busca una sociedad que sea lo más igualitaria para todos. Yo creo que esto es claro y que haya igualdad de posibilidades. Pienso no hay relativismo en ello; es una cosa muy seria y muy absoluta.
El Papa habla de descubrir las verdades en el otro, escuchar y poder asumir los propios errores. Próximamente sale una entrevista con "Die Zeit", un semanario alemán, en el que él afirma que es imperfecto, que no es infalible y que se equivoca. Y esto, a algunos guardianes de la ortodoxia les parece poco menos que cargarse la figura del pontificado.
Yo creo que al revés. Sobre el tema de la infalibilidad se hizo una teología falsa durante muchas décadas. El dogma de la infalibilidad del Papa surge a finales de 1800, en el concilio Vaticano I (que no fue culminado tampoco), donde el Papa era infalible cuando daba una ex cathedra. Por lo demás, era un ser falible.
Pero, desde dentro de la Iglesia se nos vendió la idea de que si el Papa tosía, esa tos era perfecta.
Y era santa. Y ojalá le cayera encima a alguien para santificarlo.
Se toma a broma. Pero creo que refleja la realidad.
Sí, pero es una teología falsa. Yo creo que nosotros falseamos esa realidad, y cuando el Papa dice: "yo soy un ser falible", lo es, a menos que un día llegue a descubrir un dogma que quiere proclamar...
O una declaración de santidad.
Exacto. En esas cosas hay una infalibilidad, porque él lo toma en ese sentido.
Pero él habla en las homilías incluso dando ejemplos de gente que no necesariamente son cristianos. Por ejemplo, me acuerdo cuando insistió mucho a los jóvenes en México con una canción que cantaban los alpinistas: "en el arte de escalar, el triunfo no está en no caer, sino en no permanecer caído".
Uno piensa en por qué un Papa no sitúa un santo de la Iglesia par el ejemplo, y es porque le está hablando a jóvenes que tienen una necesidad concreta en ese momento.
Es un poco el objetivo. Volviendo al In&Out, en las jornadas estáis planteando entender el lenguaje de los jóvenes y hablarles de las necesidades que tienen con el mismo mensaje.
Sin cambiar el modo. Por ejemplo, volviendo a las jornadas In&Out, yo debo conocerme un poco mejor y un poco más allá de todo lo que recibí en mi vida personal, en mi historia, en la manera en que me educaron y me evangelizaron. En muchos casos, es mi obligación aprender a desaprender. Porque muchas cosas que he aprendido son erróneas. Son cosas que hoy en día no funcionan.
Porque sirvieron en un momento determinado. Pero ya no es así.
Exacto. Porque la historia está pasando y tomando nuevos matices culturales. Si uno está ajeno al matiz cultural y quiere hablar con la metodología o el estilo que tenía años atrás, evidentemente no le va a llegar a la gente.
En estas jornadas, en las que hemos estado patrocinados por Edelvives, estamos diciendo: Miren, aquí hay un "out". Pero antes del "out", usted tiene que tener claro el "in", el "hacia adentro".
Es decir, cuál es mi relación personal con el señor Jesús para que pueda hablar de él, no como un personaje de historia, sino de cómo hablo con alguien que está cerca de mí, dentro de mí. Que yo lo conozco y me conoce, que ve mis fallas, y al verlas me ayuda a superarme. Y esto es un proceso.
Hemos hablado todo el tiempo del proceso. Para hablar del gran problema que tiene nuestra sociedad hoy, acuso abiertamente a una compañía de comida rápida, porque digo que estas cosas terminan creando un modelo cultural: yo necesito ya comer, y me como algo rápido que ya está hecho pero no sé cómo. Porque las recetas son escondidas. Todo es rápido. Creo que me alimento, pero no, no lo hago.
A veces, esto llega mucho también a los profesores, a los evangelizadores, los misioneros y los catequistas; querer hacer de todo una comida rápida y venir con una especie de varita mágica y ¡chan!, descubrimos.
Y conseguimos objetivos, además. Y hay más vocaciones y hay mas vida pastoral.
Justo. Y yo creo que no es así. Nosotros tenemos que tener un gran programa de procesos. Ser conscientes de que hemos pasado por estos procesos y después, pensar cómo los podemos continuar. Deben ser reevaluados permanentemente. Un proceso que no se reevalúa está destinado al fracaso.
Puede ser que nosotros nos sentemos en este escritorio y pensemos que algo va a funcionar, y después resulta que no funciona. Conté el otro día el caso de una iglesia católica que decidió, en EE.UU. donar una radio a un país muy, muy pobre y a una zona sumamente deprimida.
Se gastaron no sé cuántos millones de dólares, hasta en un aparato para generar energía, porque no la había. Empezaron a trabajar, pasaban la homilía y el saludo del Padre, tenían una programación... y nadie los escuchaba, porque la gente no tenía radio.
Esto se usa mucho como ejemplo para ilustrar en lo que nosotros deberíamos pensar previamente: a quién dirigimos el mensaje y cómo es el sector. Uno debe estar abierto a pensar que el mismo mensaje lo va a tener que dar de maneras diferentes. En la manera en que lo pueda recibir la gente.
¿Qué dificultades os encontráis a la hora de dar ese mensaje, a la hora de escucharlo y qué retos os plantean quienes os escuchan?
Estáis trasmitiendo a la gente la idea de que hay que desaprender algunas cosas, y supongo que esto genera resistencia y también hace pensar y provoca una serie de preguntas y de desafíos que merecerán respuestas.
Tenemos dos públicos, uno es el de los educadores que dicen que "esto siempre se hizo así". El Papa Francisco, en su encíclica "Evangelii gaudium", dice muy claramente que hay que superar eso de "aquí siempre se hizo así".
Tendríamos que pensar que las cosas siempre se pueden hacer de otra manera. Y es lo que nosotros tenemos que hacer, es el gran desafío que planteamos.
Estoy invitado por esta compañía, Edelvives, y tengo que decir que me ha llamado mucho la atención el esfuerzo que está haciendo con sus distintas aristas (que las tienen) para servir tanto a los profesores, como a los niños y jóvenes, y para ver cómo cambiar esa mentalidad.
Tienen un audiovisual muy potente.
Sí, mucho. Uno ve un libro de Edelvives y piensa: caramba, cómo ha cambiado la industria del libro.
Y además, pueden competir y compiten en el ámbito de la educación.
Otra cosa que tenemos que repensar, es el receptor del mensaje. En cómo recibe el mensaje. Yo estuve en un país de Sudamérica donde le preguntamos a los jóvenes cuál era el obstáculo más grande que ellos tenían para la evangelización. Un 85% nos dijo: el celular. El celular, las aplicaciones, el whatsapp, el facebook...
Tenemos que comunicarnos con mucha gente a la que no vemos. Volvemos a la comida rápida, una de las cosas que impide es la de pararte en un sitio a comer, o poder comer con alguien durante una hora tranquilamente, sin el reloj, y poder mantener una conversación.
Y una relación personal. Hoy en día es muy gracioso, porque uno dice algo y le mandan el emoticón.
Que a veces son difícilmente interpretables. Es un lenguaje muy curioso.
Pero creo que es al revés, nosotros ahora tenemos que pensar que disponemos de una herramienta potentísma. Hoy en día, un teléfono no es solo un teléfono, es señal de internet, con todas sus posibilidades de comunicación. Va mucho más allá. Nosotros decimos: "ustedes tienen en la mano la herramienta para comunicarse".
Eso lo aprendimos en un país muy pobre, en Centroamérica, como hay tanta gente que no puede pagar, pero las redes están: ellos ofrecen los datos (no el teléfono) prácticamente gratis. Tú llévate el teléfono, y por muy poco dinero, 4-5 euros al mes, tienes datos ilimitados.
Los chicos empezaron, nos dieron un ejemplo estupendo de cómo se puede hacer, por ejemplo la lectio divina como ejercicio diario, en un grupo de campesinos que tenían datos, mediante un grupo de whatsapp.
Son chicos del campo que se levantan muy temprano, entre las 4 y las 4:30 de la mañana, y mientras unos se iban levantando, uno ya había puesto el texto del evangelio del día, y otro iba contestando y otro ponía preguntas para la meditación.
Es una herramienta perfecta para una lectio divina. Son textos no demasiado largos que se pueden debatir y reflexionar en cualquier momento.
Ellos mismos nos abrieron la mente en cuanto a que aquí hay algo que podemos utilizar. Y es por eso que, hablando del nombre que llevamos de institución, Fundación Ramón Pané, que fue el primer evangelizador de América que aprendió la lengua de los indios taínos que vivían en El Caribe para poder enseñar el evangelio y que le entendieran, nosotros también queremos estar atentos a los lenguajes de hoy.
No tengo que estar siempre pensando que tiene que ser un material escrito, puede ser audio visual.
El otro día estuvimos dialogando con el periodista audiovisual Juan Cotelo. Y uno piensa: es romper esquemas. A nadie se le ocurriría hacer una película de evangelización porque cuesta mucho dinero. Y entonces, alguien dice: hagamos algo más corto y más barato.
Te adelanto que estamos haciendo un gran proyecto para la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá, a través de todo el tema digital, manejado para el programa y el servicio de hacer una gigantísima lectio divina. Lo haremos a través de poner en la ciudad personajes bíblicos que te van cuestionando. Y con geoposicionamiento, a través de una gran base, un parque temático sobre lectio divina, con realidad aumentada, 3D, holográfico... Para poder vivir, a través de toda la realidad virtual, cómo se vivía en la época de María en el día de la anunciación, que es el tema de la jornada.
En Panamá, en 2019, justo un año antes, está el sínodo que el Papa ha querido dedicar a los jóvenes y a la evangelización.
En realidad no va a ser un año antes, van a ser unos meses, porque la JMJ, será en enero porque en la fecha normal, que es julio, en Panamá es época de lluvias torrenciales.
Estamos buscando, tenemos muchas posibilidades de seguir insistiendo en que el medio es el mensaje, es la persona que trasmite, a través de herramientas o personalmente. Es el valor de la persona que da el testimonio.
Acabas de llegar de Galicia. ¿Qué otras etapas hay por delante?
Sí. Primero hemos estado en Albacete. El señor obispo ha abierto una gran misión que quiere que sea bíblica, que su programa esté relacionado con todo el tema de la lectio divina y esto de In&Out ha supuesto para él un apoyo. Llamó a sus agentes de pastoral y tuvimos 600. Yo no sé si en España eso es muy común. Me pareció un número muy alto, y la gente quedó muy entusiasta. Fue muy interesante.
¿Veremos esta propuesta de In&Out por el resto de las diócesis?
Ya la hemos hechos en Asturias y en Orense. Este fin de semana voy a dar un retiro espiritual para profesores de Religión de la diócesis de Castellón, invitado por su obispo.
Está preocupado por la enseñanza de Religión y catequesis.
Allí estaremos, y esta será la última parte de nuestra visita. Si Edelvives desea, podemos hacer otras cosas más. Yo espero que sí, porque tenemos muchos proyectos. Puedo decir, desde afuera, porque no vivo acá, que veo un resurgir, por lo menos del deseo de hacer algo nuevo, diferente. Vemos que nuestros jóvenes están muy confundidos en algunos temas, y que necesitaríamos darles palabras con más claridad, para que puedan vivir sus valores cristianos.
No hablemos tanto de la pertenencia o no, empecemos por lo más básico. Por los valores. Esos valores que se transforman luego en virtudes, y esas virtudes que se van haciendo vida encarnada en cada uno.
Evidentemente, más de uno sentirá el deseo de participar un poco más, de participar en la eucaristía, en las celebraciones y en las comunidades, y yo, creo que nosotros tenemos que ir de a poco, con un proceso.
No construir la casa por el tejado, aunque el objetivo final, probablemente, sí que sea esa inserción plena en las comunidades.
Me gusta tu ejemplo. Sin unos cimientos sólidos, no hay casa.
Lo dice el mismo evangelio. Construir la casa sobre roca, no sobre arena.
Bueno, pues de eso se trata. Después de una lavada de un río muy grande, se descubren nuevas rocas donde construir la casa.
Vamos a seguir descubriéndolas. Muchas gracias Ricardo.
Gracias a ti por invitarme.
Me gustaría que, la próxima vez que vengas, hablemos de esa fundación "Ramón Pané". Un personaje poco conocido pero muy interesante.
Y que nació aquí. Salió de España.
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