El amor en tiempo de cólera... económica (RD-Khaf) Tiempo de catecismo y economía
(Antonio Aradillas).- Santa y sanamente oportuna y audaz es la aportación evangelizadora que el profesor José Ignacio González- Faus le proporciona a la teología española. En su última obra titulada "El amor en tiempos de cólera ECONÓMICA" (Edit. Religión Digital- Khaf), "recoge sus reflexiones sobre la situación de crisis económica y de valores, con exposición de la postura bíblica de Jesús ante las desigualdades..., terminando con unas palabras de esperanza para los cristianos de a pie".
El libro del sacerdote, jesuita y teólogo, es un catecismo- síntesis de la doctrina cristiana, contemplada y vivida desde la dimensión esencial cristológica del evangelio. Los catecismos "oficiales", con sus "Nihil Obstat", "Imprimatur" y hasta concesión de indulgencias en algunos casos, le hicieron bien a la Iglesia, al menos en proporciones similares al mal del que explícitamente fueron culpables en el proceso y desarrollo de la educación en la fe.
"El pasto espiritual para los borregos de Cristo", que definió la mayoría de sus versiones en tiempos no tan lejanos, sus redactores celibatarios por vocación y ministerio, la formulación de sus votos, sobre todo de pobreza, las limitaciones jerárquicas, y aún sociales, y otras circunstancias, explican y justifican las confusiones e invenciones, a veces, la inutilidad e inveracidad del adoctrinamiento "religioso" del que eran mensajeros.
La revisión del esquema y contenidos de los catecismos, todavía vigentes en sus diversos niveles, es tarea urgente y profunda. Sin ella, resultaría inviable el proyecto de renovación de la Iglesia que propicia e identifica la labor pastoral del Papa Francisco. Y en esta, cuanto se relaciona con los temas de tipo económico, es de capital importancia.
Tal vez por aquello del desprecio absolutamente absurdo y contradictorio de los educadores en la fe acerca de "los bienes terrenales", de la obsesión patológica por los pecados relativos a las sexualerías, por compromisos políticos y sociales, y a consecuencia de vivir, o intentar hacerlo, "en el mejor de los mundos", el hecho es que el divorcio entre economía y el sentido verazmente religioso tan solo se contabilizaba, enaltecía y canonizaba con anémicas fórmulas limosneras de gazofilacios.
El catecismo de la verdadera Iglesia, con denominación de origen bíblico y leal a los postulados y exigencias de Cristo Jesús, que enuncia y desarrolla el teólogo González- Faus, contiene definiciones y denuncias proféticas tan "escandalosas" para algunos, como la de que "el dinero es hoy, también en la Iglesia, en sus aledaños, y en el comportamiento, doctrina y vivencia de sus "fieles seguidores", el único Dios, siendo el capitalismo su profeta"."El capitalismo es contemplado como una religión de culto y sirve para satisfacer las mismas necesidades a las que antaño daban respuesta las llamadas religiones". "Se está hoy muy lejos en la Iglesia de vivir la "civilización de la sobriedad compartida", principio ni siquiera planteado por la mayoría de sus miembros cualificados, ni por los simplemente los "practicantes".
La doctrina y ejemplos de Cristo Jesús - refiere el teólogo-, en relación con la economía está expresada con claridad, y asumiendo toda clase de riesgos, con afirmaciones como estas: "No se puede servir a Dios y al dinero". "Donde está tu tesoro, allí está tu corazón", por tanto, la idolatría, la ceguera y la injusticia serán irremediablemente sus frutos y sus consecuencias. "Despréndete de tus bienes y dalos a los pobres". "¡Ay de vosotros, los ricos¡: es imposible que un rico se salve". "La raíz de todos los males es el dinero..." Entre otras cosas, es de notar, lamentándolo, que los intérpretes bíblicos de los textos sagrados exijan explicación y aplicación literal en los temas relacionados, por ejemplo, con la sexualidad, mientras son tan "comprensivos, complacientes y benevolentes" con los económicos.
Siguiendo la línea de readoctrinamiento y de catequesis de nuestro teólogo, destaca su aserto de que "en la civilización de la pobreza es donde se encuentra la solución para los graves problemas dentro y fuera de la Iglesia", con explícita invocación y recuerdos escalofriantes para el P. Ellacuría y sus compañeros. Resalta también el hecho de que el mismo Martín Lutero, en su "Gran Catecismo", el tema economía- religión lo trate en el contexto del primer mandamiento -"Amarás a Dios...-, y no en el del séptimo, relativo al deseo, posesión y disfrute de los bienes ajenos.