Vaticanista, autor de 'Intrigues i poder al Vaticà' Vicenç Lozano: "Probablemente Francisco no verá muchas de las reformas que plantea, pero ha plantado una semilla para el futuro de la Iglesia católica"
"En la medida de mis posibilidades, siempre intenté trabajar para romper ese muro de silencio y de falta de transparencia informativa que había en el Vaticano y que ahora, desde hace 8 años, intenta romper el papa Francisco"
"En la Santa Sede da mucho la sensación de que cultural y tradicionalmente el periodista está considerado como un cierto enemigo, una persona que representa un problema para la institución"
"El Papa Francisco es un hombre que rompe esquemas. No es un revolucionario ya que proviene de las corrientes peronistas argentinas, pero su peculiar carácter modifica en gran parte la idea que teníamos del pontificado"
“El papa Francisco es un líder ético y moral del siglo XXI”
"El Papa Francisco es un hombre que rompe esquemas. No es un revolucionario ya que proviene de las corrientes peronistas argentinas, pero su peculiar carácter modifica en gran parte la idea que teníamos del pontificado"
“El papa Francisco es un líder ético y moral del siglo XXI”
“No hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no vaya a ser conocido y divulgado”. Con este oportuno epígrafe extraído del Evangelio según san Lucas (8,17) arranca Intrigues i poder al Vaticà (Pòrtic, 2021), la obra de no ficción periodística con que Vicenç Lozano disecciona los entresijos y perfidias que se cuecen en el Estado más pequeño del mundo. Enviado especial de TV3 al Vaticano entre 1984 y 2019, a lo largo de sus cientos de viajes a la sede de la Iglesia universal Lozano se ganó la confianza de cientos de personas y pudo recabar informaciones más allá de la mera información oficial. La muerte de Juan Pablo I, la desaparición de Emanuela Orlandi, el Vatileaks, la pederastia y las presiones para acabar con el pontificado del papa Francisco son algunos de los asuntos que aborda en esta obra que va por la sexta edición y que a finales de año espera ver la luz en castellano.
“Felizmente jubilado” tras una larga carrera periodística, Lozano reconoce que el éxito que está teniendo el libro ha superado sus expectativas iniciales y asegura que haberlo escrito es una forma de “devolver el privilegio de haber podido estar en primera línea y vivir situaciones y conocer personajes históricos”.
Una de las primeras intrigas que aborda en su libro es la de la muerte, en 1978, de Juan Pablo I. ¿Tenía especial interés por este tema cuando empezó a viajar al Vaticano?
Desde que llegué quise investigar qué había pasado con este Papa cuyo pontificado había durado tan solo 33 días. Empecé a hablar con mucha gente acerca de ello pero no encontré nada realmente relevante hasta que llegó la agonía de Juan Pablo II y pude conocer al facultativo que había sido el primero en ver el cadáver del papa Luciani la madrugada en que fue hallado. Intenté sacarle información y él nos explicó el peso que soportaba desde aquel día. Se ha hablado mucho sobre la muerte de Luciani, hay muchas leyendas, cosas escritas y opiniones diversas, por eso en el libro decidí incluir la opinión de este médico, que es una persona de peso y que nunca había salido a la luz.
Ha dedicado más de 400 páginas a contar el Vaticano. Da la impresión de que tenía ganas de ir mucho más allá de las crónicas para los informativos de TV3.
Esto es evidente. He tenido la gran suerte de trabajar en una televisión pública, pero el medio televisivo limita mucho y a menudo hace que informaciones que son realmente complejas no se puedan explicar de una forma exhaustiva en crónicas de un minuto o minuto y medio. Después, al ser un medio gráfico, si no tienes imágenes de los hechos, realmente se hace difícil explicar algunas de las informaciones. Estas limitaciones no se dan tanto en la prensa escrita o radiofónica; y, por descontado, tampoco en los libros.
La Santa Sede es un epicentro informativo convulso y agitado que requiere mucha pericia por parte de los periodistas. ¿Cómo se ha planteado su trabajo informativo en el entramado de una de las instituciones más complejas del mundo?
En la medida de mis posibilidades, siempre intenté trabajar para romper ese muro de silencio y de falta de transparencia informativa que había en el Vaticano y que ahora, desde hace 8 años, intenta romper el papa Francisco. Pero realmente era complicado y difícil. Yo había trabajado en otros muchos ámbitos del periodismo y lo cierto es que las dificultades que me he encontrado para trabajar en el Vaticano no las he encontrado en ningún otro sitio.
¿Qué hizo para intentar superar ese muro infranqueable?
Pues hice lo que creo que han de hacer todos los periodistas: intentar conseguir fuentes informativas. De modo que busqué más de 200 confidentes desde lo más modesto del Vaticano, como son los jardineros o miembros de la Guardia Suiza, hasta importantes cardenales. Con todos ellos intenté establecer una relación de confianza mutua y al final fuimos más amigos que otra cosa. A través de ellos pude extraer información que iba mucho más allá de la que facilitaban los boletines o ruedas de prensa oficiales.
Es paradójico que una institución que genera un flujo tan enorme de información a través de sus canales oficiales, sea al mismo tiempo tan opaca.
En el Vaticano da mucho la sensación de que cultural y tradicionalmente el periodista está considerado como un cierto enemigo, una persona que representa un problema para la institución. Por tanto, nos limitaban mucho, hasta el punto de que cualquier otra información fuera de los canales oficiales era desmentida constantemente por l’ufficio stampa [gabinete de prensa] del Vaticano. Siempre acababas un poco con falta de la información oficial para poder dar validez incluso a informaciones que ya tenías bien corroboradas de otras fuentes informativas.
El mal campa a sus anchas en la Santa Sede. Hay gente que quizás espera otra cosa por parte de una institución envuelta de una aureola divina.
El Vaticano no está exento de la ecuación que mueve el mundo: poder, dinero y sexo. El funcionamiento como Estado, con un aparato burocrático que genera a veces el uso abusivo del poder y corrupción también en el ámbito económico y sexual, topa directamente con el mensaje espiritual y religioso. En esa dicotomía radica gran parte de la hipocresía de algunos de los miembros de la Iglesia, no todos, lógicamente. Siempre he dicho que en el Vaticano he encontrado a personas maravillosas (tengo grandes amigos) y personas de las cuales no puedo decir lo mismo.
Dedica un capítulo entero a la misteriosa desaparición de Emanuela Orlandi durante el pontificado de Juan Pablo II. ¿Le sorprende el silencio de Francisco en este caso?
Desde el momento en que se produjo la desaparición de Emanuela se estableció un muro de silencio sobre este tema. Juan Pablo II no quería saber nada de ello, Benedicto también lanzó pelotas fuera y con la llegada de Francisco se generaron unas esperanzas de que se pudieran esclarecer los hechos, aunque finalmente no ha sido así. Se sabe, y en el libro lo explico con diversos testimonios, que detrás de aquella desaparición estaba Paul Marcinkus, un personaje muy importante del Vaticano cuyas vinculaciones con la mafia italiana y dejaban entrever la posibilidad de que la chica fuera explotada sexualmente en un prostíbulo que posteriormente, durante la época de Benedictos, se supo que existía en el Vaticano.
En materia de homosexualidad en el seno del Vaticano, los testimonios que aparecen en su libro parecen corroborar la tesis de Sodoma, poder y escándalo en el Vaticano, de Frédéric Martel. ¿Qué opinión le merece esta obra?
Es un buen libro sobre la temática de los escándalos sexuales que tienen lugar en el Vaticano. Sobre todo porque refleja la hipocresía de importantes cardenales y miembros de la curia que durante el dia lanzan mensajes homófobos y por la noche practican una homosexualidad desaforada en muchos sentidos. Este tema es importante, aunque las relaciones sexuales entre mayores de edad no me preocupan, aun a sabiendas que significan una hipocresía para los servidores de la Iglesia. Lo que realmente me preocupa es el crimen que supone el abuso de menores: en ningún caso se puede relacionar la homosexualidad muy extendida dentro del Vaticano con la criminalidad de la pederastia.
También dedica una parte del libro a indagar acerca del estilo Bergoglio. Como buen jesuita, el papa argentino tiene una serie de preocupaciones recurrentes en torno a las migraciones, el cambio climático o la pobreza. Como líder mundial, ¿cree que por su posición en estos temas el Papa está contribuyendo a cambiar la mentalidad de la sociedad y los dirigentes mundiales?
Jorge Mario Bergoglio es un hombre que rompe esquemas. No es un revolucionario ya que proviene de las corrientes peronistas argentinas, pero su peculiar carácter modifica en gran parte la idea que teníamos del pontificado, que entendíamos como algo monárquico o absolutista y él lo ha democratizado. También supone una ruptura con los dos papas anteriores y su mensaje ultraconservador. Francisco tiene un estilo propio que proviene de su educación jesuita, una educación que además de comportar un alto nivel intelectual, supone poner en práctica una estrategia que intenta imponer en su mandato. Su mensaje topa totalmente con la tendencia actual del mundo a escala global hacia los neoliberalismos, los fascismos, las dictaduras, etc. Por tanto, Francisco es un líder ético y moral del siglo XXI, un líder que supone una piedra en el zapato para la gente que intenta generar mensajes y propuestas neoliberales y retrógradas.
¿Cree que acabarán teniendo algún efecto las maniobras para derrocar a Bergoglio?
Bien, es sabido que hay un complot orquestado desde fuera del Vaticano por un personaje llamado Steve Banon, el asesor que llevó a Donald Trump a la presidencia de los EEUU. Ahora Banon asesora a los líderes de extrema derecha a escala global para intentar imponer su ideario ultracatólico de un mundo con menos libertades y un control político neoliberal desde el punto de vista económico y neofascista a todos los niveles. Banon es el principal enemigo del Papa fuera del Vaticano pero tiene ramificaciones con importantes cardenales que siguen esta estrategia global que cuenta con muchos medios económicos y técnicos, control de redes sociales y fake news, las mismas armas mediáticas que emplearon contra Hilary Clinton en la campaña presidencial de EEUU. Para Banon y sus aliados, el Papa es prácticamente el anticristo, un personaje que incurre en herejías constantemente.
Una de sus fuentes dice que la Iglesia es “irreformable y sustancialmente preconciliar”. ¿Cree que la Iglesia volverá a hacer un retroceso cuando su pontificado llegue a su fin?
El papa Francisco es inteligente y por ello, de cara al futuro, ha puesto en práctica una estrategia en todos los consistorios para nombrar nuevos cardenales que sean afines a sus reformas y que tengan menos de 80 años y puedan, por tanto, entrar al cónclave y votar al sucesor de Francisco. Probablemente el Papa no verá muchas de las reformas que plantea, pero ha plantado una semilla que veremos qué depara en el futuro de la Iglesia católica.
Antes hablábamos de la educación jesuita del papa Francisco. Usted estudió también en una escuela ignaciana, de modo que sabe de qué habla.
Conozco muy bien el talante de los jesuitas, cuyas escuelas destacan por una formación de excelencia: era un privilegio poder estudiar con ellos porque, a parte de los conocimientos generales, te enseñaban también una filosofía de vida, un camino y una estrategia con la cual llevar a cabo tus proyectos. Esto es muy importante y el papa Francisco lo tiene.
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