"Joya literaria, espiritual, artística" "Vivir. Espiritualidad en pequeñas dosis"
(Emma Martínez Ocaña).- Ha llegado a mis manos este libro de Juan Masiá que es una joya literaria, espiritual, artística. Por su forma y fondo es un placer tenerlo en las manos, contemplarlo, irlo leyendo poco a poco para poder disfrutar de toda la sabiduría que desborda por los cuatro costados.
El libro en su contenido está dividido en cuatro partes: Gratitud confiada, convivencia gozosa, compasión liberadora, espíritu vivificante. El solo enunciado, por su precisión en la elección de los adjetivos calificativos, ya es expresivo del mimo con que está escrito.
Quiero resaltar de un modo significativo la edición bellísima: las fotografías que preceden a cada parte, los ideogramas de cada palabra en japonés con su grafía y significado, los dibujos de fondo, todos distintos, de las páginas de cada una de sus partes... Todo en él invita a saborear la vida, una vida plena de sabiduría espiritual.
A lo largo de su desarrollo el autor va integrando con maestría las enseñanzas de muy diversos maestros espirituales y libros sagrados, en un diálogo interreligioso lleno de armonía.
En su introducción Juan Masía deja claro el objetivo del libro: despertar a la vida. "Estas páginas son unas notas sencillas sobre espiritualidad despierta. Si estamos dormidos o anestesiados sin percatarnos de la maravilla y el enigma de estar vivos, necesitamos despertar. Despertar a la gratitud por la vida, a la llamada a la convivencia y a la compasión liberadora"
Es expresivo que el término "espiritualidad" en japonés: iki-kata, significa estilo de vida, modo y manera de afrontar la condición humana, manera de vivir. Y una manera de vivir que haga verdad la interconexión profunda que nos vincula a toda la humanidad y con toda la realidad.
Despertar es también para el autor "lucidez cordial", es decir lucidez que brota del corazón compasivo y anhela la liberación de todo viviente.
En las tres primeras partes disfrutamos de una gran riqueza de textos y referencias a las diversas espiritualidades orientales y en la cuarta y última: "Espíritu vivificante" hay un encuentro con la sabiduría del Nuevo Testamento.
En el epílogo: "Resucitar hacia la vida", vuelve Juan Masía, de nuevo a, hacer una hermosa síntesis de la sabiduría interreligiosa, vinculando su significado tanto en griego (levantarse, despertar, resucitar) como en tres ideogramas japoneses, novedad (shin), verdad (shin), vida (katsu) para traducirlo como "nueva vida verdadera".
Sin más palabras invito a los lectores a introducirse, sin prisa y con el corazón abierto, a saborear este exquisito manjar espiritual.