"He aprendido de los pobres" (Claretianas) La biografía de Tagle: un libro "prohibido" para cardenales
(Antonio Aradillas). -Si no prohibida para los cardenales, la lectura del nuevo libro editado por "Publicaciones Claretianas", con tranquilidad de conciencia y objetividad, puedo asegurar que, al menos, está desaconsejada...
A muchos cardenales, sobre todo a los que son, y ejercen, de "Eminentísimos y Reverendísimos Purpurados" con títulos de "Príncipes de la Iglesia"-, el libro autobiográfico "Cardenal Tagle", les resultará provocador y hasta escandaloso.
En su contraportada se destacan estas palabras del papa Francisco con las que define este organismo e institución rclesiástica: "El cardenalato no significa una promoción, ni un honor, ni una condecoración; es sencillamente un servicio que exige ampliar la mirada y ensanchar el corazón..."
Uncidas estas palabras a las del subtítulo del libro -"He aprendido de los pobres"- y "mi vida y esperanza", a la vez que a las reiteradas comprobaciones que en la historia pasada y presente hicieron y hacen los "fieles cristianos", cada día más expertos e ilustrados en temas religiosos, la conclusión que se alcanza en relación con su lectura y las realidades eclesiásticas, de modo especial, las curiales, es concluyente y abrumadoramente clara.
En el prólogo-presentación firmado por Gerólamo y Lorenzo Fazzuni, se describe que "en esta biografía es el cardenal Tagle en persona quien habla de sí y presenta con humildad y sencillez su propia visión del mundo, de la fe y de la vida. Se explica a la vez que "hay muchos que consideran a Tagle, arzobispo de Manila desde el año 2011, como "uno de los cardenales más cercanos al estilo y al magisterio del Papa Francisco, como se desprende a los numerosos cargos que el Papa le ha asignado", aseverando con lucidez y seguridad que "tanto en su modo de hacer como en sus palabras se nota en él la misma afabilidad y sencillez con quienes le rodean, y que hemos aprendido a apreciar en Francisco".
De entre los títulos aplicados al protagonista del libro, que familiarmente preferiría ser conocido como "Chito", del diminutivo "Luisito", destacan que "Tagle, el cardenal filipino, es un hombre evangélico, que verdaderamente sabe contar a Jesucristo; posee el carisma de Juan Pablo II y la estatura teológica de Benedicto XVI; "tiene mente de teólogo, alma de músico y corazón de pastor, hasta ser "toda una personalidad emergente de la Iglesia Oriental, a quien le sigue gustando más ir en autobús, porque así encuentra más gente con quien hablar".
El cardenal proclama su compromiso con el pueblo, como uno más de sus hijos, y ya al principio del capítulo de sus "confesiones" manifiesta que "cada vez que un guardia suizo en el Vaticano me llama "Eminencia", me sorprendo siempre. ¿Yo, cardenal? Para mi conciencia sigo siendo Gokim Tagle, un simple cura al que el Señor ha llamado a servir".
De entre las numerosas y programáticas frases que sus interlocutores recopilan para la autobiografía, acentúo algunas. ""Para mí, el Vaticano II es un concilio que todavía no ha sido completamente asumido". "Entre los temas prioritarios que hay que afrontar están en primera línea el diálogo ecuménico y el interreligioso. La paz del mundo pasa también a través de la capacidad de los fieles de las diversas religiones, de vivir juntos en un clima de respeto recíproco". "El futuro de la Iglesia está en Asia, en donde hay muchos más cristianos de lo que creemos".
"Hoy vivimos en una cultura del derroche, no del compartir, de la acumulación, del orgullo y de no preocuparse de lo que "necesito", sino de lo que "me gusta". "El mundo no es propiedad privada nuestra, sino que solamente somos responsables de él ante Dios y ante los demás". "Tenemos que trabajar y emplearnos en el cuidado del mundo, sin convertir el dinero en un nuevo ídolo, cuidando el mundo en el que vivimos".
"Aprendo mucho de la gente sencilla que han tenido que afrontar diferentes pruebas, pero que supieron mantener su propia dignidad y su fe". "El pasaje bíblico que más me gusta es el de las apariciones del Señor resucitado". "El sueño que quisiera hacer realidad es que desaparezca la pobreza inhumana y deshumanizadora". "El "Más allá" me lo imagino como un banquete, donde todos, especialmente los pobres del mundo, tendrán lo que necesiten: no solo comida material sino también la justicia de Dios".
¿No tendremos ya en ciernes, y por la misericordia de Dios, la segunda versión del Papa Francisco? Con respeto, pulcritud y fidelidad evangélicas, ¿Cuáles y cuantos cardenales, o no. podrían subtitular su autobiografía, reconociendo, en relación con la fe y con la vida, "haber aprendido de los pobres, todo lo que saben"?
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