Oscar Alonso Peno publica 'Nos atrevemos a decir' en Laude "A todo aquel que sepa leer y que busque un medio sencillo para rezar, recomiendo este libro"

(Edelvives).- Oscar Alonso Peno es madrileño, casado, padre de familia, franciscano, educador, licenciado en Pedagogía, en Filosofía y Letras y en Teología. Experto universitario en el Hecho religioso y experto universitario en Dirección de Centros Educativos Concertados. En la actualidad es miembro del Comité de Dirección de la Fundación Educación Católica como responsable del Área de Pastoral. Durante muchos años profesor en ESO y Bachillerato. Formador, profesor universitario, asesor institucional, escritor y colaborador en diferentes publicaciones pedagógicas, pastorales y catequéticas. Entre sus últimas publicaciones 'Una revolución de los cuidados para la pastoral escolar' (Edelvives) y 'Nos atrevemos a decir' (Laude).

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En 'Nos atrevemos a decir',con un formato diferente, con un estilo fresco, escrito con palabras de hoy para todo aquel que quiera orar cada jornada, encontrarás un camino de oración y reflexión para que lo transites con sosiego, paso a paso, disfrutando de cada nuevo hallazgo. Para ello, Óscar Alonso, junto a la lectura evangélica que la liturgia de la Iglesia nos propone para cada día del año 2025, ha escrito una oración realizada ex profeso para cada día del año. Un ejemplar ideal para nuestro momento de oración personal, para tenerlo a mano en las celebraciones comunitarias diarias y para regalar a quien sabemos gusta internamente la Palabra y ora con ella al Señor de la vida. 

-Háblanos de ti (datos más relevantes de tu biografía, lo que te apasiona en la vida, aficiones, títulos publicados, colaboraciones, sueños, dificultades, inquietudes…).

-Nacido en Madrid, aunque la vida y las oportunidades me han llevado a vivir en muchos sitios: Zaragoza, Barcelona, unos años en Roma, Gijón y Madrid, donde resido actualmente. Rebelde por naturaleza, buscador por vocación, apasionado por la vida. Casado, padre de tres hijas. Tengo formación en Psicología, Pedagogía, Filosofía y Letras y en Teología. Experto Universitario en el Hecho Religioso por la Universidad de Alcalá, Experto en Dirección de Centros Educativos por la Universidad de Comillas y Experto Acreditado en la Metodología Belbin sobre Roles de Equipo, pero, ante todo, soy educador.

Impartí clases durante muchos años en COU, Bachillerato y ESO. Ahora en la Universidad. Editor y corrector profesional, trabajé para diferentes editoriales durante seis años, como autor y editor. Desde entonces he trabajado con y para multitud de instituciones religiosas de nuestro país, en Italia, Portugal y en América, bien como formador, bien como directivo o como miembro de Equipos de Titularidad. En la actualidad soy directivo y formo parte del comité de Dirección de la Fundación Educación Católica, perteneciente a Escuelas Católicas, siendo el responsable del Área Pastoral de la misma. 

Dedico parte de mi tiempo a tareas formativas, tanto en el ámbito pedagógico como en el ámbito pastoral. He participado en las Jornadas de Escuelas Católicas en varias ocasiones y en la actualidad sigo acompañando la formación de educadores y directivos en España, en tierras centroamericanas y en Colombia. Escritor, publico artículos en revistas como Revista de Pastoral Juvenil, Educadores y muchas otras publicaciones de ámbito pedagógico, eclesial y pastoral.

Tengo publicados algunos libros e infinidad de ensayos. Enamorado de Guatemala y El Salvador, he visitado estas tierras con asiduidad ya que además de la formación llevo adelante proyectos de cooperación y solidaridad en aquellas tierras desde hace más de 12 años. Casi todo lo que hago se lo debo a mi mujer que acompaña todos mis compromisos e iniciativas. 

-¿Cómo nace este libro y, por tanto, el anterior que comparte el mismo título?  ¿Qué te inspiró para hacerlos y por qué este título?

-Hace años, ya perdí la cuenta, comencé a escribir algunas mañanas, después de hacer mi oración personal, la oración que surgía en aquel momento, con palabras sencillas, sin grandes elucubraciones teológicas, orando al Señor Jesús con la vida cotidiana, con las circunstancias de cada momento. Aquella oración que escribía me fue ayudando a reforzar mi espacio de oración, mi querer dedicarle más tiempo al Señor, mi necesidad de poner por escrito lo que cada mañana me inspiraba el Espíritu y mi vida a veces sencilla y desapropiada, otras complicada y destartalada, porque cuando estamos en presencia del Señor somos como niños a los que les faltan hasta las palabras para expresar lo que sienten profundamente mientras disfrutan como nadie de lo que hacen y viven.  

Comencé enviando la oración cada mañana a mis padres, a algunos religiosos y religiosas y a algunos amigos de la parroquia. Pronto me di cuenta de que aquello se me iba de las manos porque ya no me pertenecía, sino que los que las recibían las reenviaban a sus contactos, y así unos y otros, con el paso de los años hemos logrado que la oración llegue a miles de personas cada jornada, aquí en España y en muchos otros países ¡Qué más se puede pedir!  

Fruto de esta cadena de oración se me ocurrió proponer a la Fundación Edelvives que si podría publicar las oraciones de los tres ciclos, de modo que aquellos que la reciben por wasap cada mañana pudieran tener también un libro de bitácora con las oraciones para cada jornada del año, con un diseño fresco, bonito, muy diferente a lo que había publicado, juvenil, pensando siempre en los lectores y en ese ratito de oración robado por cada uno de ellos a las jornadas de su vida.  

Nos atrevemos a decir. Nuestra liturgia tiene expresiones que cuando uno las piensa un poco y las reza, son verdaderas oportunidades para ayudarnos a celebrar y a orar. Esta fórmula que precede al Padrenuestro en las eucaristías me encanta. Un amigo mío, el Padre Juan Antonio Adánez, me contó que el día que acompañaba a Agustín, su padre, a la residencia de mayores en su pueblo, al pasar por la puerta de la Iglesia de la plaza, le dijo “Hijo, Antoñito, recemos un padrenuestro”, como hacía siempre que pasaba por la puerta de la misma, y aquel rezo duró desde la puerta del templo hasta la puerta de la residencia. Pasado el tiempo, después de una vida fecunda y larga, el día que celebramos el funeral de Agustín, el Padre Juan Antonio hizo alusión a aquel momento y antes de pronunciar la fórmula “nos atrevemos a decir” subrayó el inmenso privilegio que los cristianos tenemos cada vez que nos dirigimos al Señor y le decimos Padre nuestro.

Realmente es todo un atrevimiento, un deseo, un compromiso y una oportunidad de seguir caminando haciendo Reino. Por eso he querido titular este librito de oraciones Nos atrevemos a decir, porque sabiendo de mi pequeñez y de mi falta de palabras, de mis debilidades e inconsistencias, de mis vacíos y de mis búsquedas, de mi saberme habitado por el Señor Jesús, aunque no siempre lo encuentre o quiera yo lo que él quiere, me uno a ese atrevimiento y le doy gracias a Dios por darme cada mañana la posibilidad de hacer de su Palabra, palabras para la oración compartida. Palabras sencillas, cotidianas, de esa fe chiquita, de esa fe confiada y atrevida que se dirige al Señor sabedora de que sólo es reflejo de la luz que procede del sol que nace de lo alto.  

-¿A qué público diriges las páginas de este libro?

-A todo aquel que sepa leer y que busque un medio sencillo para rezar. Especialmente de 1º ESO en adelante. Hace unas semanas en Tomelloso (Ciudad Real) me estaban esperando a la salida de la iglesia un grupo de adolescentes “fans” de las oraciones de Oscar Alonso. Fue todo muy gracioso y me hizo pensar que estas sencillas oraciones es posible que a algunos les hagan mucho bien. 

-Si tuvieras que resumir el contenido del libro en dos o tres puntos, ¿cuáles serían?

- Material que ayuda a los lectores a orar diariamente. Formato sencillo que pone en valor el Evangelio del día. Cuaderno de Bitácora de nuestra vida de oración, personal y comunitaria. 

-¿Qué pueden encontrar los lectores en Nos atrevemos a decir que no encuentren en otros libros de oraciones?

-Normalmente los libros que se encuentran en las librerías y que contienen la liturgia de la Palabra de cada día, tienen todas las lecturas, un mínimo comentario del Papa o de figuras relevantes y, en algunos, una breve oración. En Nos atrevemos a decir aparece el texto bíblico del Evangelio del día, como lectura central, siempre más accesible por muchas razones que otros textos bíblicos y una oración amplia, escrita con palabras entendibles, en un tono cercano que permite al lector sentir que esas palabras las pronuncia él mismo en su oración. Se subraya especialmente una frase o expresión de la lectura para que podamos hacerla nuestra y orar durante el día con ella. El diseño del libro es totalmente diferente a los libros que hay en el mercado. 

-Imagino que este libro lo recomiendas para la pastoral y para las clases de religión, pero, ¿qué aporta Nos atrevemos a decir a estas áreas? ¿En qué otros ámbitos consideras que puede ser de utilidad?

-Recomiendo este libro a toda persona que ande buscando, a toda persona que se proponga tener un espacio sencillo y cotidiano de oración personal. Lo recomiendo para el inicio de la jornada en los colegios, en ese espacio de oración que centra el día en todas nuestras aulas a primera hora. Lo recomiendo para la clase de religión, para el inicio de las catequesis, incluso para que los sacerdotes y las personas que animan las celebraciones eucarísticas y las liturgias de la Palabra lo utilicen si creen que puede servir como apoyo a la lectura del Evangelio diario. Lo recomiendo como regalo para adolescentes y jóvenes que inician itinerarios de crecimiento en la fe o que se confirman. Lo recomiendo para catequistas y personas que en las comunidades cristianas llevan sobre sí responsabilidades, grupos, iniciativas, peregrinaciones…

-¿Cómo imaginas o cómo te gustaría que los lectores de Nos atrevemos a decir lo pusieran en práctica, a partir del 1 de enero de 2025?

-Me gustaría que se convirtiera para mucha gente en ese libro que está siempre junto a la taza del café por la mañana o sobre la mesilla cada noche. Son oraciones para enfocar el día pero también pueden servir al lector para examinar cada jornada. Me gustaría que ese marcapáginas (que podríamos hacer) fuese marcando el avance del año y que los lectores se hicieran mujeres y hombres orantes, de fe cotidiana, de hijas e hijos confiados en Aquel sabemos nos ama. Me encantaría que estas oraciones ayudaran a muchos a ahondar en su relación personal con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo. 

-Los que te conocen afirman que eres una persona inquieta, comprometida, resolutiva y que «no paras quieto», ¿ya has pensado cuál va a ser tu futuro proyecto?

-Me gustaría poder escribir un libro no muy extenso pero sí práctico y que provoque reflexión sobre la naturaleza evangelizadora de nuestras escuelas católicas y la importancia que las instituciones hemos de dar a la razón de ser que tenemos. Me gustaría también escribir un libro que llevará por título ¿Quién amará…?, una reflexión sobre la importancia que nuestros educadores tienen en la vida de miles de alumnos y alumnas a los que estamos llamados a entregar la propia vida en forma de escucha, de acompañamiento, de presencia, de cuidado…

-¿Tienes previsto escribir más libros relacionados con la oración diaria? Son 3 ciclos litúrgicos y has abordado solo 2.

-Me gustaría poder escribir el que falta, claro que sí. 

-Añade cualquier cuestión que no te hayamos planteado y que consideres de interés para la promoción.

-Estaría bien que la obra se presentará a los responsables de pastoral de todas las instituciones religiosas de los colegios. Somos cientos de centros educativos que andamos buscando cómo acompañar a nuestros educadores y alumnado en la oración y la reflexión a partir de la Palabra de Dios. Este libro es un buen instrumento para los miembros de los EEDD, Equipos de titularidad, consejos provinciales, gobiernos institucionales…