Círculo Rojo publica 'El poder: algunos avatares', de Julián Ruíz Díaz Cuando lo católico desfigura lo cristiano
Dios no es Dios y además ha sido y es manipulado por las religiones, sin excluir el cristianismo y más el encarnado en la Iglesia católica, apostólica y romana. Esta, entre otras, es una de las conclusiones a las que se llega con la lectura del libro El poder: algunos avatares, de Julián Ruíz Díaz
“La vida de Jesús no puede ser más plana y sencilla: transcurre sin poder alguno, desprovisto de bienes materiales, sin relevancia especial y sin relaciones sociales”
”Jesús no tiene nada que ver ni con el poder civil, ni con el de los jerarcas religiosos , ni con el predicamento social”
”Jesús no tiene nada que ver ni con el poder civil, ni con el de los jerarcas religiosos , ni con el predicamento social”
Dios no es Dios y además ha sido y es manipulado por las religiones, sin excluir el Cristianismo y más el encarnado en la Iglesia católica, apostólica y romana. Esta, entre otras, es una de las conclusiones a las que se llega con la lectura del libro El poder: algunos avatares, del que es autor Julián Ruíz Díaz, con sus correspondientes títulos en Teología por la Universidad de Comillas, la Autónoma de Madrid, cursos de Antropología y Sociología en el Instituto Católico de París y profesor en Ciencias de la Información en San Pablo -CEU de Madrid.
Publica el libro la editorial “Círculo Rojo” y sus páginas rebasan con creces las 600, con la dedicatoria” a los innumerables héroes conocidos y anónimos que prefieren la libertad al poder”.
El índice anticipa el contenido, documentado y de vibrante actualidad, de estos temas: El poder y el dinero; democracia: la diseminación social del poder; el cuarto poder y el inmenso poder social de la religión”, al que con su correspondiente “anexo”, le dedica nada menos que las páginas comprendidas entre la 355 y la 632, con el obligado añadido bibliográfico.
Por lógica y otras razones, le presto atención a este último tema, con los apartados principales, cuya sola enumeración y títulos abren de par en par las puertas al contenido que atesora y expone doctamente y con las debidas y substantivas notas sobre los autores consultados y sus calificaciones.
Me conformo con seleccionar y subrayar algunas de sus frases: “Con los textos bíblicos, sobre todo del Nuevo Testamento, en la mano, lo característico y distinto del mensaje cristiano original es antagónico con el poder”. “Es escandalosa la adulteración de Dios que se lleva a cabo en la propia Iglesia”. “El que quiera mandar, encuentra poco que le favorezca en el Nuevo Testamento”. “La vida de Jesús no puede ser más plana y sencilla: transcurre sin poder alguno, desprovisto de bienes materiales, sin relevancia especial y sin relaciones sociales”. ”Jesús no tiene nada que ver ni con el poder civil, ni con el de los jerarcas religiosos, ni con el predicamento social”. “En relación con Dios, tan solo es coherente hablar de poder “blando” y “gracioso”, es decir, un poder-no poder, que se caracteriza por la fraternidad y la humildad”.
“La pobre y perseguida Iglesia de los mártires, aparece ahora obsesionada por el lujo, los privilegios y el poder”. “Los sacerdotes devienen hoy nada menos que en lugartenientes de Dios a los que hay que acudir para conseguir las mercedes que se precisen del Todopoderoso”. “La Iglesia ha recurrido a la mazmorra, al destierro o a la hoguera, como argumentos cristianos para exponer e imponer el poder".“Entre los españoles, lo católico desfiguró lo cristiano: el Cristianismo nunca mereció un catolicismo como el que nuestro país ha aportado”.
“La Iglesia se ha ganado el cartel de 'inquisitorial' e intolerante, porque es lo que ha practicado contra los disidentes y herejes”. “La historia ha dejado de ser sagrada para hacerse profana”. “Desde el momento en que un clérigo no confía en el poder inherente a su verdad, echa mano de su fuerza bruta y declara la guerra a la libertad humana “.”Ni siquiera cuando los cristianos llegan a ser mayoría social, está justificado que la Iglesia intente convertir la verdad religiosa en norma pública del Estado”.
“A NADIE SE LE PUEDE OBLIGAR A CREER”.