Peter Seewald, en Mensajero Las "últimas conversaciones" del Papa Benedicto XVI

(Antonio Aradillas).- ¿"Se ha arrepentido en algún momento, y siquiera pon un minuto, de su renuncia al Pontificado"? A esta pregunta, y a la correspondiente y decidida determinación adoptada por el hoy emérito Papa Benedicto XVI, formulada por "Peter Seewald, periodista independiente que vive con su familia en Múnich y que lleva dos décadas acompañando a Joseph Ratzinger/ Benedicto XVI", este contesta en su nuevo libro Últimas conversaciones, de esta manera: "No, no, y no. Todos los días veo que la decisión fue la correcta".

Ante la insinuante insistencia de periodista de que "quizás en algún momento se haya dicho a sí mismo...", la respuesta de Benedicto XVI fue así de tajante: "No en absoluto. Lo había reflexionado durante bastante tiempo y lo había hablado con el Señor. Uno nunca debe irse, si se trata de una huída. Nunca se debe ceder a las presiones. Uno solo puede marcharse cuando nadie lo exige y a mí, nadie me lo exigió. Nadie. Fue una sorpresa absoluta..."

El capítulo 2, con el título de "La Renuncia", del libro editado por Mensajero, en su colección "Testimonios", justificaría suficientemente el interés por su lectura, demostrada con creces en los índices de aceptación que está alcanzando, lo mismo dentro que fuera de la Iglesia, con el resto de capítulos tales como "Días tranquilos en la Mater Ecclessiae", "No abandono la cruz", "El hogar familiar y la infancia", "Estudiante, coadjutor y profesor", "Novato y teólogo estrella"," El Concilio", "Catedrático y obispo", "Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe", "Roma 1982-2005", "Sumo Pontífice ", "Aspectos del Pontificado", "Viajes y encuentros ", "Negligencias y problemas " y "Recapitulación".

Por fin, un Papa que además lo es "emérito", se confiesa en público, de verdad y cuasi-sacramentalmente, haciéndolo con un seglar, que por su profesión ejerce el ministerio de representar a todos los potenciales lectores, sean o no miembros del pueblo de Dios. La teología del laicado, a la que en su noble y reconocida capacitación se entregó y entrega el teólogo Ratzinger, ofrece al resto de obispos y seglares lecciones imborrables de humildad, con plena seguridad y esperanza de absolución y comprensión penitenciales.

En sus Últimas conversaciones, el Papa Benedicto no rehúye ni una sola de las preguntas formuladas por el periodista. Las preguntas son, por sí mismas, y si se hacen en el nombre del pueblo, "palabras de Dios", por lo que precisan y exigen ser contestadas sagradamente y con veracidad, sean o no "convenientes o inoportunas". De tales calificaciones no son sus expertos los interrogados, sino los interrogantes, entre otras razones para evitar así las tentaciones de solaparse en los celajes de los devotos "Amén" y de impenetrables y facilones misterios, de los que con tan exagerada y soberbia frecuencia se hace uso, aún dentro de la misma Iglesia.

El libro es un tratado de historia, de ascética y mística, de teología, de humildad y de humanidad, que escribe también como Papa "a lápiz, nunca con pluma, y con letra minúscula, y jamás de noche". Al serle preguntado si la historia eclesiástica lo presentará como "reformador" o como "conservador", el Papa contesta con serenidad y prudencia "siempre es preciso hacer ambas cosas: hay que renovar, por lo que he intentado abrir caminos hacia delante, desde una reflexión moderna sobre la fe, al mismo tiempo que se necesita también continuidad; es importante no permitir que se desgarre o se quebrante la fe", reconociendo que "el gobierno práctico no es lo mío, y en cierto modo tengo, diría yo, un punto débil".

- ¿Está usted contento tras el tiempo de pontificado que lleva el Papa Francisco?

"Sí, en la Iglesia se respira una nueva frescura, una nueva alegría y un nuevo carisma que llega a las personas y todo eso es, sin duda, algo hermoso. Es, de todo en todo, un Papa que da importancia a la reflexión".

Para saber más acerca del libro, pincha aquí:


Volver arriba