Liturgia del 26º DOMINGO ORDINARIO 24 (B)

26º DOMINGO ORDINARIO 24 (B)

El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.

MONICIÓN DE ENTRADA


La intuición de que todos somos Uno la podemos encontrar en diversas culturas, filosofías y creencias a lo largo del mundo y de la historia. Sin embargo, muchas veces es una idea que nos cuesta que se haga real en nuestras vidas. Al igual que los discípulos de Jesús, se nos acaba escapando eso de “no son de los nuestros”.


Si no en nuestros labios, al menos en el pensamiento tendemos a poner esa etiqueta a los demás: es de mi grupo o no es de mi grupo. Dejando en un segundo plano las creencias particulares que nos diferencian y nos dividen, Jesús nos anima a buscar esos rostros de Dios que nos unen a todos. Por eso en esta Eucaristía reforzamos nuestra unión con Jesús y la fraternidad entre nosotros y con todos.


ACTO DE RECONOCIMIENTO


Todos debemos reivindicar nuestro derecho a vivir en paz, a ser feliz, a dar y recibir amor. Pero recordemos que en nosotros ya reside la paz, la felicidad y el amor, son parte de nuestra esencia divina. Nuestra tarea es reconocerlo y expresarlo en la vida diaria.


Nos comprometemos a vivir la paz, la paz que nos da sentirte en nuestro interior y que debe manifestarse buscando siempre la paz con los demás. Por eso decimos: Nos comprometemos Señor


Nos comprometemos a vivir la felicidad, la que Tú nos concedes y que no depende de circunstancias exteriores. Por eso decimos: Nos comprometemos Señor


Nos comprometemos a vivir el amor, el que tú nos manifiestas en nuestro interior y nos impulsas a comunicarlo con nuestro comportamiento hacia los demás. Por eso decimos: Nos comprometemos Señor


Dios Padre Amoroso TIENE misericordia de nosotros, comprende nuestros fallos y nos guía de su mano a la vida eterna. Amén.


GLORIA


Gloria a Dios en el cielo….

Tú que quitas el pecado del mundo,   TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS...

Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ ATIENDES NUESTRAS SÚPLICAS

Tú que estás sentado a la derecha del Padre,  TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS


ORACIÓN COLECTA


Dios Padre nuestro, sabemos que derramas sobre todos los hombres el espíritu vivificante de tu Hijo. Deseamos que abras nuestras mentes para que veamos tu belleza y verdad con una luz siempre nueva. Queremos descubrir su presencia no solo en nosotros sino en todos los que trabajan por el bien y la justicia sean  de donde sean. PJNS


Lectura del libro de los Números (11,25-29):


El Señor bajó en la nube y habló a Moisés; tomó parte del espíritu que había en él y se lo pasó a los setenta ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se posó sobre ellos, comenzaron a profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque estaban entre los elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu vino también sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento.

Un muchacho corrió a decir a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.»

Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino diciendo: «¡Señor mío, Moisés, prohíbeselo!»

Moisés replicó: «¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara y el Señor infundiera en todos su espíritu!»

Salmo 18


R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón


La ley del Señor es perfecta

y es descanso del alma;

el precepto del Señor es fiel

e instruye al ignorante. R/.


La voluntad del Señor es pura

y eternamente estable;

los mandamientos del Señor son verdaderos

y enteramente justos. R/.


Aunque tu siervo vigila

para guardarlos con cuidado,

¿quién conoce sus faltas?

Absuélveme de lo que se me oculta. R/.


Preserva a tu siervo de la arrogancia,

para que no me domine:

así quedaré libre e inocente

del gran pecado. R/.


Lectura de la carta de Santiago (5,1-6):


Vosotros los ricos, gemid y llorad ante las desgracias que se os avecinan. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá vuestras carnes como fuego. ¿Para qué amontonar riquezas si estamos en los últimos días? Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos y ha sido retenido por vosotros está clamando y los gritos de los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso. En la tierra habéis vivido lujosamente y os habéis entregado al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, y ya no os ofrece resistencia.


Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,38-43.45.47-48):


En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»

Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.»

HOMILÍA

<<Érase un rey que cada día dedicaba un tiempo a recibir y escuchar las peticiones de sus súbditos. Y cada día un hombre bueno, vestido de mendigo, se acercaba al rey y le ofrecía una fruta muy madura. El rey la recibía y se la entregaba al tesorero que estaba detrás del trono.

Un día, al cabo de muchos años de repetirse este gesto, un mono del palacio vino a sentarse en un brazo del sillón del trono. El mendigo acababa de ofrecer al rey su fruta y éste se la dio al mono. Cuando éste la mordió, una joya de mucho valor cayó al suelo.

El rey, maravillado, le preguntó al tesorero qué había sido de las otras frutas. El tesorero no respondió porque había tirado las frutas por la ventana a un patio interior cerrado.

El tesorero corrió al patio y allí, en el suelo, encontró entre frutas podridas un montón de joyas preciosas>>.

Gracias a un mono, que se atrevió a morder la fruta, se descubrió el tesoro que le regalaba, cada día, un hombre bueno. 

Queridos amigos, nosotros somos el tesorero que cada día tiraba la fruta que le daba el rey, recibida del mendigo.

El mendigo es el mismo Creador que, dentro de algo tan sencillo como somos cada uno de nosotros, ha puesto unas joyas hermosas, que son los dones y cualidades que cada uno ha recibido. ¿Qué hacemos con esos regalos: lo empleamos o lo tiramos por la ventana?

¿Y para qué se nos han regalado esos dones? Muchos todavía pensarán, llevados por una educación errada, que es para vivir y extender nuestra religión, frente a otras religiones o maneras de pensar: “los que NO son de los nuestros”. Pero Jesús vino para comenzar una humanidad nueva, fraterna y solidaria. Por eso corrige a Juan haciéndole ver que quien hace el bien, aunque no sea de los nuestros, aunque no sea cristiano, está en el buen camino.

Siempre hemos visto personas ateas o agnósticas que practican el bien junto a cristianos. Muchos sacerdotes y colaboradores cristianos han trabajado con marxistas a favor de los pobres. Su actitud ha sido colaborar con ellos en hacer el bien, sin importar su increencia.

De la misma forma, cada vez vemos más personas de diversas religiones a nuestro alrededor, que hacen el bien. Vemos como el Papa Francisco se reúne y trabaja con líderes de otras religiones buscando siempre la unidad y la paz.

La posición del cristiano frente a ellas es respetar la posición religiosa de cada uno, y alabar que hacen el bien. Lo importante es que hagan el bien.

Dios se sirve de todos nosotros y de otros muchos que no conocemos, y que quizá hasta militan en partidos políticos distintos al nuestro. Dios nos quiere impulsar a todos para revelar su amor a los hermanos.

Pero ¡atención! Jesús nos previene también contra el escándalo. Escandaliza quien con su actuación dificulta las condiciones para la vida digna y humana de los demás.

Creerse los únicos fieles a Jesús, los poseedores exclusivos de su mensaje, los únicos intérpretes del Evangelio, es la verdadera materia de escándalo. Porque produce rechazo y pone fronteras al amor universal de Dios.

Una comunidad que ha de anunciar y proclamar la buena noticia, la acogida a las personas marginadas, el respeto a los derechos humanos, pero no los respeta en su interior, y aparece ante la sociedad con ostentación, poder y riqueza, también escandaliza.

Y dicho esto, podemos dar carpetazo al evangelio de hoy señalando con el dedo a la jerarquía (que sí tiene mucho de esto): «Estos son los que escandalizan», o podemos tomárnoslo en serio, mirarnos en primer lugar a nosotros mismos, y preguntarnos si nuestra vida invita a creer en Jesús o todo lo contrario.

CREDO


Sacerdote.- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?

Todos.- Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios Padre?

Todos.- Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia y a todos para hacer un mundo mejor?

Todos. Sí, Creemos.


Sacerdote: ¿Creéis en la resurrección y en la Vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí y disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por esta vida?

Todos. Sí, Creemos.


ORACIÓN UNIVERSAL

Hoy Jesús nos invita a valorar y trabajar con aquellos que hacen el bien y luchan por un mundo más justo y hermanado, sean o no creyentes, seguidores del Maestro. Oremos

Seremos  semillas de tu Reino

• Anhelamos una Iglesia libre de tanta estructura y norma, que apueste por los pobres, los débiles, los excluidos, los abandonados e invisibles para nuestro mundo.

Seremos  semillas de tu Reino

• Anhelamos comunidades de fe donde se viva con respeto ilimitado a las personas, especialmente con los más frágiles y vulnerables, con gestos y palabras que incluyan siempre, con tiempos para la acogida y la escucha.

Seremos  semillas de tu Reino

• Anhelamos hombres y mujeres que sean referentes de un mundo nuevo, cuyos ojos, pies y manos trabajen en favor del bien y de la Vida. Hombres y mujeres que con sus vidas nos recuerden lo importante, hacía dónde camina nuestro ser y hacer.

Seremos  semillas de tu Reino

• Anhelamos una convivencia en paz, siendo sal unos para otros, buscando hacer la vida más agradable al otro, sin olvidarnos de nadie, resaltando el valor de lo pequeño, de lo escondido, de lo de cada día.

Seremos  semillas de tu Reino

• Anhelamos una sociedad más responsable y comprometida con la justicia, más igualitaria, sin violencia de ningún tipo, con un reparto equitativo de todos los bienes.

Seremos  semillas de tu Reino

Padre bueno, queremos despertarnos y tomarnos en serio tu llamada a la colaboración en la construcción del Reino. No dejarnos llevar por la comodidad, la desesperanza y la desmotivación. Te damos las gracias por tu hijo Jesús cuya vida fue servicio hasta su muerte en la Cruz, y vive por los siglos de los siglos. Amén.

En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso

El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA… 

ORACIÓN OFRENDAS

Te presentamos el vino y el pan, que son frutos de la tierra que Tú nos diste, y del trabajo de los hombres y mujeres que labraron, trabajaron los campos, y recogieron los frutos con esfuerzo e ilusión. Junto a ellos te ofrecemos nuestras vidas. Tú lo convertirás todo en Pan de Vida y Bebida de Salvación. PJNS.

PREFACIO


El Señor ESTÁ con vosotros…

Levantemos el corazón…

DAMOS gracias al Señor nuestro Dios…


Te damos gracias, Señor,

porque nos enviaste a tu Hijo Jesús,

como compañero de viaje y signo de unidad.

Te damos gracias, porque Tú promueves la unidad,

Él nos enseñó a vivir unidos

a reconocer el valor de los compañeros de viaje,

y a saber aceptar la colaboración de todos.

Tú eres el Amor que nos une a todos.

Nosotros debemos ser mensajeros de esa unidad,

pero, muchas veces, vivimos desunidos,

incluso entre los mismos grupos cristianos.

Hoy queremos proclamar tu Gloria

unidos a todos los grupos de creyentes,

y a todas las personas de buen corazón

aunque no sean de nuestro grupo preferido

diciendo:

SANTO SANTO SANTO…


CONSAGRACIÓN y PLEGARIA


Hoy, Señor, como cada domingo

traemos a tu altar un poco de pan

y una copa de vino que tú nos has regalado,

y que simbolizan la entrega de nuestras vidas.


Recibimos tu Espíritu con alegría

para que santifique este pan y este vino y

se conviertan para nosotros

en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.


El mismo Jesús antes de su Pasión y muerte

se sentó a la Mesa con sus discípulos,

tomó un pan te dio gracias

y se lo repartió diciendo:


Tomad y comed todos de él,

porque esto es mi Cuerpo,

que será entregado por vosotros. 


Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo: 


Tomad y bebed todos de él,

porque éste es el cáliz de mi Sangre,

Sangre de la alianza nueva y eterna,

que será derramada por vosotros

y por todos los hombres

para iluminar vuestras vidas.

Haced esto en conmemoración mía.

Éste es el Sacramento de nuestra fe.


Recordamos la vida de tu hijo Jesús, 

que queremos imitar,

lamentamos su cruel muerte, 

paradigma de injusticia,

y nos alegramos de que viva ya en Ti,

 plenamente feliz.


Padre Dios, tú nos infundes tu Espíritu, 

queremos colaborar con todas 

las personas de buena voluntad

en hacer un mundo más pacífico,

 solidario y justo.


Verdaderamente es una tarea ingente, 

que nos supera. Porque seguimos 

empeñados en crear barreras y separar hermanos.

Nos creemos los mejores y marginamos a los demás.


Queremos apoyar la paz y el entendimiento entre todos y lograr que en este mundo reine el amor y la equidad.


Deseamos un corazón tan grande como el de Jesús,

para abrirnos generosamente a toda la humanidad

y sentirnos de verdad fraternidad,

hermanos de todos nuestros hermanos.


Queremos ser un signo de amor y unidad

en torno al Papa Francisco, a nuestro Obispo N…

y los demás Pastores de la Iglesia.


Y te agradecemos que hayas acogido en tu compañía a... los amigos, familiares

y miembros de nuestra comunidad

que se nos han adelantado en el camino hacia Ti.


Unidos todos nosotros y con tu Hijo Jesús

a nuestra Madre María, su esposo San José, los santos y todas las personas de buena voluntad,

en esta comida de hermandad,

queremos brindar en tu honor ahora

y todos los días de nuestra vida.

Por Cristo, con él y en él…


PADRENUESTRO


PADRE Y MADRE NUESTRA

EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.

Santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo

TÚ NOS DAS HOY 

NUESTRO PAN DE CADA DÍA.

TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS

Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR

A LOS QUE NOS OFENDEN.

No nos dejes caer en la tentación.

Y líbranos del mal. Amen


CORDERO DE DIOS

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú NOS DAS la paz


Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.


ORACIÓN FINAL


Creemos en el diálogo y en la reconciliación como actitud primera de convivencia; creemos en la imagen de Cristo que nos sugiere la sonrisa o la exigencia del hijo, del hermano o del amigo.


Creemos en la Iglesia como camino, comunidad de comunidades, como encuentro de todos. En la Iglesia rica en pluralidad, tan abierta y cercana, como seamos capaces de ser abiertos y cercanos cada uno de nosotros.


Creemos que el Mensaje de Cristo sólo puede vivirse en Comunidad; Todos unidos, formando un solo grupo, sin divisiones ni recelos.


Creemos en la Comunidad porque no es perfecta, porque duda y se pregunta, porque nos necesita y la necesitamos, porque es servicio y entrega, porque es calor, abrazo y fiesta, porque aunque duda y se divide, es capaz de amar y volver a reunirse.

Creemos, Jesús amigo, Jesús cercano, que estás presente, vivo y triunfante, como signo de unidad, en medio de nosotros. Amén.

BENDICIÓN

El Señor os bendice, os guarda

y en sus palmas os lleva tatuados.

Os acompaña en todos los caminos.

y hace prósperas las obras de vuestras manos.

Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,

Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.

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