Liturgia del 18º DOMINGO ORDINARIO 2024 (B)

Comentario Inicial:


Hoy bastaría con repetir lo que nos dice San Pablo: "En el nombre del Señor os digo y encargo que no viváis más como los PAGANOS, que viven de acuerdo con sus vanos pensamientos. Pero vosotros no conocisteis a Cristo para vivir de ese modo…" (Ef 4,17).


La mayoría respondería: "Yo ya lo hago"… ¿De verdad? Tengo muchas dudas, porque la mayoría viven una religión de PEDIR ayudas y milagros. Es decir, hacen lo mismo que los seguidores de religiones muy dispares o de los PAGANOS que acudían a los dioses del Olimpo, al sol o al tótem de la tribu…


Es muy explicable porque "la religión primaria" nace de nuestra FRAGILIDAD y LIMITACIÓN que nos impulsa a PEDIR AUXILIO a quienquiera que imaginemos (o nos empujen a imaginar) que PUEDE ayudarnos. Y la Historia colecciona infinidad de ÍDOLOS milagreros y amuletos mágicos, incluidos todos los actuales de nuestra Iglesia católica.


Pero Jesús nos invita al PAN de VIDA, que nada tiene que ver con la eucaristía, como muchos pontificarán, sino con el "alimento espiritual" que se digiere por cada uno y te ayuda a vivir por ti mismo, a solucionar tus propios problemas, a saciar tus necesidades, a VIVIR ACTIVAMENTE a la LUZ con que Él mismo nos alumbró. Él nos enseñó a alimentar nuestra AUTONOMÍA y LIBERTAD, el desarrollo de cada VIDA personal, para después derramar en el mundo nuestra conseguida humanización.


Y por ahí nos fue guiando a alimentar el "instinto religioso universal" que nos empuja en la búsqueda de una TRASCENDENCIA íntima que nos constituye e inunda. "Padre y Madre nuestra, en quien somos y vivimos...", así comenzamos nuestro Padrenuestro, que en nada contradice el literal evangélico.


Si sigues cultivando ritos, oraciones de petición, rutinas, tradiciones heredadas de tiempos pretéritos para CONSEGUIR MOVER a DIOS y OBTENER AUXILIOS, estás haciendo lo mismo, exactamente los mismo, que los PAGANOS de cualquier época.


Jesús te invita a VER con la inteligencia que nos han regalado y a digerir dentro de ti al ABBA (representado en Jesús) para obtener la LUZ y la ENERGÍA necesarias para una VIDA realmente humana, autónoma y libre, sabiendo que lo que siembres eso cosecharás.


Dios lo tiene TODO hecho y entregado. A ti te corresponde trabajar tu parcela y obtener los frutos de tu seguridad y supervivencia. Y si quieres ver claramente cómo es el Abba de Jesús y cómo actúa, medita la "parábola del hijo pródigo" (nadie impidió su huida y nadie rogó por su vuelta; respeto máximo a su libertad y autonomía).


Perdón, por no saber explicarme mejor.

MONICIÓN DE ENTRADA


El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.


El evangelio de Juan que leeremos este domingo es un toque de atención para no poner la meta en los bienes materiales. Nos anima a buscar el alimento que perdura. Y nos señala que Jesús es ese “pan”, ese alimento que merece la pena. Creer en él no es algo teórico. Implica vivir como él vivió, actuar como él actuó. Y quien sigue sus pasos, camina hacia la auténtica Vida.


Como cada domingo renovamos nuestra adhesión y fortalecemos nuestra unión fraterna.


ACTO de RECONOCIMIENTO


Para vivir como Jesús vivió ante todo debemos reconocer en nosotros las CUALIDADES Y DONES que el Padre nos dio. Por ello comenzamos nuestra celebración dándole gracias por ellos y comprometiéndonos a ejercitarlos, dar testimonio de quien nos los regaló y ponerlos a disposición de nuestros hermanos.


Nos has dado Padre el don de la INTELIGENCIA para que a través de ella te conozcamos a Ti, nos sepamos conducir por la vida ordenadamente y construyamos juntos un mundo fraterno. Nos comprometemos a cultivarla para que sea nuestra guía y la podamos poner al servicio del bien común.


NOS COMPROMETEMOS SEÑOR.


Nos has dado Padre el don de la SENSIBILIDAD para descubrir tu presencia en todas las cosas bellas que has creado, para estar atentos a los demás y poder ayudarles. Nos comprometemos a dejarnos sentir toda la bondad que has derramado en este mundo.


NOS COMPROMETEMOS SEÑOR.


Nos has dado Padre el don del AMOR. Nos comprometemos a cultivarlo siendo amables, cariñosos y serviciales con todos, en especial con nuestras familias.


NOS COMPROMETEMOS SEÑOR


Dios Padre Amoroso TIENE misericordia de nosotros, comprende nuestros fallos y nos guía de su mano a la vida eterna. Amén.


GLORIA


Gloria a Dios en el cielo….

Tú que quitas el pecado del mundo,   TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS...

Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ ATIENDES NUESTRAS SÚPLICAS

Tú que estás sentado a la derecha del Padre,  TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS


ORACIÓN COLECTA


Señor, somos cristianos y somos seguidores de Jesús; pero somos humanos y somos egoístas. Por eso, muchas veces rezamos buscando nuestro provecho material. Queremos aprender a buscarte a Ti en nuestro corazón y aceptar que eres el impulso y guía de nuestras vidas, el que desde dentro orienta nuestras decisiones. PJNS


Lectura del libro del Éxodo (16,2-4.12-15):


En aquellos días, en el desierto, comenzaron todos a murmurar contra Moisés y Aarón, y les decían: «¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allí nos sentábamos junto a las ollas de carne, y comíamos hasta hartarnos; pero vosotros nos habéis traído al desierto para matarnos a todos de hambre.»


Entonces el Señor dijo a Moisés: «Voy a hacer que os llueva comida del cielo. La gente saldrá a diario a recoger únicamente lo necesario para el día. Quiero ver quién obedece mis instrucciones y quién no.»


Y el Señor se dirigió a Moisés y le dijo: «He oído murmurar a los israelitas. Habla con ellos y diles: «Al atardecer comeréis carne, y por la mañana comeréis hasta quedar satisfechos. Así sabréis que yo soy el Señor vuestro Dios».


Aquella misma tarde llegaron codornices, las cuales llenaron el campamento; y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Después que el rocío se hubo evaporado, algo muy fino, parecido a la escarcha, quedó sobre la superficie del desierto.


Los israelitas, no sabiendo qué era aquello, al verlo se decían unos a otros: «¿Y esto qué es?»


Moisés les dijo: «Éste es el pan que el Señor os da como alimento».


Salmo 77


R/. El Señor les dio un trigo celeste


Lo que oímos y aprendimos,

lo que nuestros padres nos contaron,

lo contaremos a la futura generación:

las alabanzas del Señor, su poder. R/.


Dio orden a las altas nubes,

abrió las compuertas del cielo:

hizo llover sobre ellos maná,

les dio un trigo celeste. R/.


Y el hombre comió pan de ángeles,

les mandó provisiones hasta la hartura.

Los hizo entrar por las santas fronteras,

hasta el monte que su diestra había adquirido. R/.


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,17.20-24):


En el nombre del Señor os digo y encargo que no viváis más como los paganos, que viven de acuerdo con sus vanos pensamientos. Pero vosotros no conocisteis a Cristo para vivir de ese modo, si es que realmente oísteis acerca de él; esto es, si de Jesús aprendisteis en qué consiste la verdad. En cuanto a vuestra antigua manera de vivir, despojaos de vuestra vieja naturaleza, que está corrompida por los malos deseos engañosos. Debéis renovaros en vuestra mente y en vuestro espíritu, y revestíos de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se manifiesta en una vida recta y pura, fundada en la verdad.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (6,24-35): 

NARRADOR: En aquel tiempo, al no ver allí a Jesús ni a sus discípulos, la gente subió a las barcas y se dirigió en busca suya a Cafarnaún. Al llegar a la otra orilla del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron:

PUEBLO: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»

NARRADOR: Jesús les dijo:

JESÚS: «Os aseguro que vosotros no me buscáis porque hayáis visto las señales milagrosas, sino porque habéis comido hasta hartaros. No trabajéis por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y os da vida eterna. Ésta es la comida que os dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él».

NARRADOR: Le preguntaron:

PUEBLO: «¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?»

NARRADOR: Jesús les contestó:

JESÚS: «La obra de Dios es que creáis en aquel que él ha enviado»

PUEBLO: «¿Y qué señal puedes darnos para que, al verla, te creamos? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: «Dios les dio a comer pan del cielo».

NARRADOR: Jesús les contestó:

JESÚS: «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo. ¡Mi Padre es quien os da el verdadero pan del cielo! Porque el pan que Dios da es aquel que ha bajado del cielo y da vida al mundo»

NARRADOR: Ellos le pidieron:

PUEBLO:  «Señor, danos siempre ese pan.»

NARRADOR: Y Jesús les dijo:

JESÚS: «Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y el que en mí cree, nunca más tendrá sed».

PREGUNTA 1: En el evangelio vemos que la gente busca a Jesús, pero él no parece contento de eso. ¿Por qué?

   Jesús lo deja claro en su respuesta. Lo buscan por interés, por conveniencia. Acaban de ver el signo de los panes y los peces y ven en él a alguien que puede solucionarles los problemas de forma fácil. Quieren resolver su vida de forma milagrosa y facilona. 

PREGUNTA 2: ¿Entonces por qué tenemos que buscar a Jesús?

   Son variados los motivos por los que la gente busca a Jesús. Muchos de ellos interesados, como los de la gente del evangelio: para pedir cosas materiales, salud, incluso dinero. En nuestra religión hay mucho de esto.

   Jesús quiere que trascendamos este plano material y busquemos un alimento que pueda saciar nuestra hambre más profunda (que no es la de pan).

   La gente le pregunta ¿cuál es ese alimento, qué obra quiere Dios que hagan? Se imaginan que serán cosas relacionadas con su cultura religiosa: ritos, prácticas, observancias nuevas, costumbres, tradiciones religiosas… En nuestra cultura sería tocar una imagen, sacarla en procesión, estampas, visitas a santuarios, poner velas a los santos. Todo eso está bien, siempre y cuando nos lleve de verdad a encontrarnos con Dios Padre en nuestro interior.

   Jesús va más allá y les dice: la obra que Dios quiere es que creáis en él y en el que Él ha enviado. 

PREGUNTA 3: ¿Y en qué consiste creer en Jesús?

   En la respuesta de Jesús está el meollo del cristianismo. Jesús es el gran regalo que el Padre ha enviado al mundo.

Toda la fuerza y originalidad de la Iglesia está en creer en Jesucristo y seguirlo.

   Pero para eso debemos de pasar de una Religión PASIVA (de mero cumplimiento, de devociones particulares, de estar constantemente tirando a Dios de la manga para lograr sus favores y gracias) a una Religión ACTIVA, conscientes de que somos NOSOTROS los que podemos y debemos movernos, siguiendo el estilo de vida que nace de la relación viva con la LUZ de Jesús. Nos vamos haciendo cristianos en la medida en que aprendemos a pensar, sentir, amar, trabajar, sufrir y vivir como Jesús.

Ser cristiano exige hoy una experiencia de Jesús, una identificación con su proyecto. Para eso, como ya he dicho en otras ocasiones, tenemos que sumergirnos cada día en la “oración de impregnación”, sumergirnos en nuestro interior para encontrar a Jesús en nuestro corazón y dejarnos moldear por sus luces, sus actitudes, sus valores, su amor… Es decir, dejarnos transformar, para luego compartir nuestro crecimiento hacia fuera. Nadie da lo que no tiene. 

PREGUNTA 4: A Jesús le preguntan por una señal para poder creer en él ¿Cuál sería para nosotros hoy esta señal?

   Aunque después de este episodio mucha gente dejó de seguir a Jesús. Otros lo siguieron hasta el final abandonando sus tradiciones milenarias, como la de la circuncisión o el sábado. Jesús les fascinaba porque les hablaba de Dios como jamás nadie les había hablado. Y le seguían, porque nunca se cansaba de hacer el bien y liberar a los oprimidos por el mal; porque les prestaba toda su atención; porque daba esperanza a los marginados a quienes todos consideraban aborrecidos de Dios por sus pecados, y por tantas cosas más. Esas eran sus señales. En resumen: VIVIR SUMERGIDO EN DIOS y MOSTRAR QUIÉN ES DIOS EN LA ENTREGA A LOS HUMANOS. Ese es el PAN, el alimento, que Jesús nos da con su vida y sus luces.

   A nosotros nos está tocando vivir en un mundo sumido en una profunda crisis de sentido; un mundo necesitado de unos valores que lo humanicen. Y en este contexto nos podemos preguntar, ¿Qué testimonio estamos dando “nosotros, la Iglesia”? ¿Cuál es nuestra señal? Quizá la mejor señal sería que el mundo viese que allí donde hay cristianos hay más justicia y honestidad, más LUZ para saber discernir entre el BIEN y el MAL y ser constantes al elegir el BIEN.

   El lema del cristiano podría ser «máximo compromiso, máxima confianza». Máximo COMPROMISO con Jesús, nuestra LUZ, y máxima CONFIANZA en el Abba que nos reveló, que es  Padre y Madre, todo MISERICORDIA y AMOR.

CREDO


SACERDOTE.- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?

TODOS.- SÍ, CREEMOS.


SACERDOTE.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios Padre?

TODOS.- SÍ, CREEMOS.


SACERDOTE.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia y a todos para hacer un mundo mejor?

TODOS. SÍ, CREEMOS.


SACERDOTE: ¿Creéis en la resurrección y en la Vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí y disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por esta vida?

TODOS. SÍ, CREEMOS.


ORACIÓN UNIVERSAL

Hermanos, la vida no solo consiste en vivir bien, en asegurar nuestras necesidades materiales y físicas, estamos llamados a conseguir nuestra plenitud humana, y colaborar así a la plenitud de toda la humanidad. Oremos.

Deseamos contagiar vida a los demás

• Deseamos que  la Iglesia sea la comunidad de los que celebramos nuestra fe implicándonos en favor de la vida, de la justicia, de la inclusión y de la paz. 

Deseamos  contagiar vida a los demás

• Los creyentes queremos escuchar la llamada a la trascendencia, a una vida partida y compartida, la alegría por vivir con sentido y consistencia, más allá de la propuesta social.

Deseamos contagiar vida a los demás 

• Todos nosotros deseamos ser invitación a la confianza en la vida, y la Vida con mayúscula, que nuestra vida comprometida interpele y configure el ejercicio o tarea de quienes ocupan cargos de responsabilidad. 

Deseamos contagiar vida a los demás

• Queremos dejarnos afectar por todos los que viven nuestro afán de optar por una vida en clave de servicio y solidaridad. 

Deseamos contagiar vida a los demás 

Padre bueno, deseamos acertar a trabajar por el pan que dura, por la fraternidad universal, por la vida vivida con sentido y confianza. Te damos las gracias por tu hijo Jesús que vive por los siglos de los siglos. Amén. 

En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso

El Señor recibe de tus manos esta OFRENDA…

ORACIÓN OFRENDAS

Señor, te ofrecemos el pan y el vino. Es el pan de nuestras comidas y el vino de nuestras fiestas y de la alegría. Queremos ofrecer, también nuestras vidas y el deseo de aspirar a algo más. Algo más que saciar el hambre y la sed material. Queremos ser útiles para los demás, queremos colaborar con todos siguiendo el ejemplo de Jesús.

PREFACIO


El Señor ESTÁ con vosotros…

Levantemos el corazón…

DAMOS gracias al Señor nuestro Dios…


Te damos gracias, Señor,

porque sacias de favores a todos los humanos.

Tú abres tu mano generosa

para colmar a todos de frutos abundantes.

Preparas una Mesa

con los manjares de la Paz y de la Fiesta;

y haces rebosar las copas

para que brindemos por Tu Reino.

Nos ofreces también tu Palabra: a tu Hijo Jesús.

que sacia nuestras necesidades

y nos anima y nos alienta

para saciarnos de justicia, amor y solidaridad.

Él quiere que le imitemos y le sigamos

en su Mensaje de ayuda y comprensión.

Ahora nos unimos a los santos

y a las personas de buen corazón

para entonar un himno de alabanza

diciendo:

SANTO, SANTO, SANTO


CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA

Santo y bondadoso eres de verdad,

por haber alimentado a tu pueblo en el desierto,

y enseñarle a ser solidario.

Jesús compartió con los humildes

el pan duro de la pobreza;

pero supo mirar más allá,

buscar un reparto equitativo de los bienes

y ayudar a los necesitados.


Recibimos tu Espíritu con alegría

para que santifique este pan y este vino y

se conviertan para nosotros

en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.


Ahora, vamos a recordar

lo que hizo Jesús en la Última Cena.

Sentado a la Mesa con sus amigos

tomó un pan, te dio gracias

y se lo repartió diciendo :

Tomad y comed todos de él,

porque esto es mi Cuerpo,

que será entregado por vosotros.

Acabada la Cena tomó un cáliz con vino

te dio gracias de nuevo

y se lo pasó de mano en mano diciendo :


Tomad y bebed todos de él,

porque éste es el cáliz de mi Sangre,

Sangre de la alianza nueva y eterna,

que será derramada por vosotros

y por todos los hombres

para iluminar vuestras vidas.

Haced esto en conmemoración mía.

Éste es el Sacramento de nuestra fe.

Padre nuestro, siguiendo los deseos de tu hijo Jesús, nos comprometemos no solo a repetir los signos eucarísticos sino a plasmar en nuestras vidas la ENTREGA que significan.

Sabemos que debemos ser tus manos y mostrarte cada día, Dios todo-amor y nada-poderoso. Sabemos que somos nosotros quienes debemos atender las súplicas de nuestros hermanos, teniendo piedad de los que más sufren y eliminando de nuestro mundo la avaricia, la corrupción, el abuso, las injusticias.

Sabemos que derramas tu Espíritu sobre nosotros, porque queremos transformar nuestros criterios que cada día nos resultan más interesados y adoptar las maneras cristianas de ser y actuar

de Jesús, que nos consta son como las tuyas.

Tú nos ayudas a llevar adelante esta inmensa tarea de reconstrucción del Reino, ayuda no sólo a cuantos formamos parte de tu Iglesia sino a todos los seres humanos.

Nos sentimos unidos en este propósito  al Papa Franciso, a nuestro Obispo N… y a todos los Pastores de tu Iglesia que queremos sean ejemplo de entrega y de servicio.

Terminamos ya esta plegaria dándote gracias por el amor con que has acogido en tu seno a… y a todos nuestros amigos difuntos.

Por todo ello bendecimos tu nombre, Dios y Señor nuestro, y nos comprometemos a buscar siempre tu mayor gloria,  unidos a nuestra Madre María, su esposo San José, los santos y todas las personas de buena voluntad, te bendecimos Padre santo, ahora y por toda la eternidad.

Por Cristo, con él y en él... 


PADRENUESTRO


Padre y Madre nuestra

en quien somos y vivimos.

Santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo.

Tú nos das hoy

el pan nuestro de cada día.

Tú perdonas nuestros pecados

y nosotros queremos perdonar

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en la tentación.

Y líbranos del mal. Amen


CORDERO DE DIOS


Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú tienes piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú tienes piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú nos das la paz


ORACIÓN FINAL


Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal de que tu voluntad se cumpla en mí, y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Padre. Te confío mi alma, te la doy con todo el amor de que soy capaz, porque te amo. Y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, con una infinita confianza, porque Tú eres mi Padre. Amén.


BENDICIÓN

El Señor os bendice, os guarda

y en sus palmas os lleva tatuados.

Os acompaña en todos los caminos.

Y hace prósperas las obras de vuestras manos.

Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,

Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.

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