Los insultos y ofensas graves se han convertido en algo cotidiano en Brasil, algo de lo que participan aquellos a quienes el pueblo brasileño les ha confiado la tarea de legislar las normas que deberían hacer parte de la convivencia cotidiana. El último episodio fue vivido el día 14 de octubre, cuando el diputado del Estado de São Paulo, Frederico D'Avila, insultó aMons. Orlando Brandes, Arzobispo de Aparecida, a la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) y al Papa Francisco, desde la Tribuna de la Asamblea Legislativa del Estado de São Paulo.

Ante esos ataques, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) ha emitido una carta abierta en la que "rechaza enérgicamente las abominables agresiones proferidas por el diputado estatal". En ella denuncia el odio incontrolado del parlamentario, que "hirió y comprometió la misión parlamentaria", pidiendo la "corrección inmediata y ejemplar por parte de las autoridades competentes".

La presidencia de la CNBB, recordando sus 69 años de andadura, cumplidos el mismo día en que fueron proferidos los ataques, aclara que "nunca ha sido cobarde ante las situaciones más difíciles, siempre ha cumplido su misión digna de respeto por su relevancia religiosa, moral y social en la sociedad brasileña".

Además, se recuerda que la CNBB "nunca estuvo de acuerdo con actitudes violentas de nadie. Nunca se ha dejado intimidar". Por ello, la CNBB levanta su voz "ante un discurso mediocre y odioso, carente de lucidez, un modelo de postura política abominable que necesita ser extirpado y corregido judicialmente por el bien de la democracia brasileña".

La base de esta postura es el principio que dice que "la Iglesia reclama siempre la libertad que le corresponde para pronunciar su juicio moral sobre las realidades sociales siempre que lo exijan los derechos fundamentales de la persona, el bien común o la salvación humana", palabras tomadas de la Gaudium et Spes, documento del Concilio Vaticano II.

En nombre de la democracia, la CNBB espera que la Asamblea Legislativa del Estado de São Paulo adopte "medidas internas, legales y reglamentarias eficaces para que esta indignante falta de respeto sea reparada en proporción a su gravedad".

Al mismo tiempo, la CNBB afirma que "tratará este grave asunto dentro de los parámetros judiciales adecuados", siempre de acuerdo con la ley. Finalmente, la CNBB reafirma "nuestro respeto y afecto incondicional al Santo Padre, el Papa Francisco, así como la solidaridad con todos los obispos de Brasil."

La CNBB espera una rápida respuesta del presidente de la Asamblea Legislativa del Estado de São Paulo, Carlão Pignatari, pidiendo una "postura ejemplar e inspiradora para todas las cámaras legislativas, órganos judiciales y otros segmentos para que la sociedad brasileña no sea sacrificada y no sea prisionera de mentes mediocres".