El Consejo permanente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), reunido en Brasilia de 21 a 23 de noviembre ha lanzado un comunicado al finalizar sus trabajos en el que clama por la paz entre los pueblos, según ha informado la propia institución a través de su página web.

Evaluar y transmitir las decisiones de la Asamblea

Con la participación de obispos, representantes de organizaciones del Pueblo de Dios, asesores e invitados, el Consejo Permanente, en palabras de Mons. Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre y presidente de la CNBB, como órgano de coordinación sólo superado por la Asamblea de la institución, "tiene la misión de evaluar y transmitir las decisiones tomadas por los obispos brasileños en la Asamblea de la CNBB".

Los participantes han reflexionado sobre la situación sociopolítica y eclesial del país y han compartido lo vivido en la primera sesión de la Asamblea Sinodal, que contó con una nutrida representación de miembros de la Iglesia brasileña, siendo destacada la importancia del retiro previo, que según Mons. Spengler, aseguró un clima de oración y fraternidad. Igualmente reflexionaron sobre las campañas organizadas por la CNBB, fue presentado el informe económico y el deseo de la CNBB de ganar en transparencia y eficacia, así como otros informes con relación a la articulación brasileña de la "Economía de Clara y Francisco" y el trabajo de la Red Eclesial de Platino.

Conflicto en Tierra Santa

Ante el conflicto en Tierra Santa y en otras partes del mundo, los miembros del Consejo Permanente de la CNBB han dicho unirse “al Papa Francisco en sus insistentes llamamientos en favor de la paz y de la dignidad de la persona humana”. El texto afirma que “el conflicto en Tierra Santa ha causado ya enormes destrucciones y un gran número de muertos”, denunciando que “el aislamiento de la población está provocando que unos dos millones de personas pasen hambre y sed”.

Recordando las palabras del Papa, en las que dice que "hemos entrado en la tercera guerra mundial, sólo que se libra por partes, por capítulos", el texto señala que “lamentablemente, en lugar de crecer en la dirección de la justicia social y la paz, la humanidad sigue un camino destructivo de degradación ambiental, grandes desigualdades sociales y guerras”.

La paz un esfuerzo a largo plazo

El escrito llama a no perder “la capacidad de decir ‘no’ a la guerra y a la violencia en sus diversas formas y de promover la paz en el mundo”, exigiendo “que cesen las hostilidades y que se garantice la atención a los heridos, el trabajo seguro de los profesionales de la salud y el acceso al agua y a los alimentos”, algo que fundamentan en Fratelli tutti, donde se recoge que "el proceso de paz es un esfuerzo a largo plazo. Es una búsqueda paciente de la verdad y de la justicia, que honra la memoria de las víctimas y se abre, paso a paso, a una esperanza común más fuerte que la venganza".

Según los obispos brasileños, “la paz sólo se alcanzará respetando la libertad, la dignidad y el futuro de los pueblos”, reconociendo la importancia de “la tregua recientemente acordada y la liberación de rehenes y prisioneros, así como las acciones de solidaridad internacional, como signos de esperanza, capaces de llevar alivio a las poblaciones de la región en conflicto”.

Finalmente, en vísperas del Adviento, invitan “a todas las personas de buena voluntad y a las comunidades a ser artífices de paz”, y a rezar por las víctimas y por la paz. Para ello piden la intercesión de María de Nazaret, “para que reine la paz en su amada tierra, entre los pueblos que la habitan y en todo el mundo”.