Mauricio López analiza un documento del que participó en su elaboración Documento para la Etapa Continental del Sínodo: “la bisagra que va a permitir profundizar en el discernimiento”
“Ya no los grupos pequeños, elitistas, reducidos alrededor de las figuras solamente de los obispos, sino alcanzar a la mayor cantidad del Pueblo de Dios”, lo que “fue producido sobre todo desde la experiencia del Sínodo amazónico”
“Podemos decir que este Documento para la Etapa Continental refleja ya un ejercicio de escucha y discernimiento que orienta claramente también los aspectos prioritarios y desafíos con los cuales la Iglesia quiere caminar hacia adelante”
“El Pueblo de Dios no queda fuera después de la escucha y esta fase de discernimiento"
“Un proceso donde la intención es seguir profundizando en este caminar juntos para hacer una Iglesia mucho más plena en el sentido sinodal, pero desde la praxis y no solo desde los discursos o los documentos”
“El Pueblo de Dios no queda fuera después de la escucha y esta fase de discernimiento"
“Un proceso donde la intención es seguir profundizando en este caminar juntos para hacer una Iglesia mucho más plena en el sentido sinodal, pero desde la praxis y no solo desde los discursos o los documentos”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Se ha dado a conocer este 27 de octubre, justo en el día en que se cumplen 3 años de la clausura del Sínodo para la Amazonía, el Documento para la Etapa Continental del Sínodo sobre la Sinodalidad. Un documento elaborado por un grupo de expertos entre quienes se encuentra Mauricio López.
Revelación progresiva
Se trata de “la síntesis de todas las contribuciones de la Iglesia Pueblo de Dios en el mundo, a la luz del camino hecho por América Latina”, en palabras de Mauricio López, algo que le lleva a identificar “tres etapas de crecimiento progresivo, incluso de revelación progresiva del Espíritu Santo, para ser cada vez más una Iglesia plenamente sinodal”.
Haciendo referencia al Sínodo para la Amazonía, recuerda que con él “se instauró un modo inédito de escuchar al Pueblo de Dios”, resaltando que es algo que “se ha incorporado en la dinámica de los procesos sinodales para permanecer de manera ya permanente”. Una dinámica que supone que “ya no los grupos pequeños, elitistas, reducidos alrededor de las figuras solamente de los obispos, sino alcanzar a la mayor cantidad del Pueblo de Dios”, lo que “fue producido sobre todo desde la experiencia del Sínodo amazónico”, insiste.
Escucha amplia
“En América Latina, desde la Primera Asamblea Eclesial se mantiene esta perspectiva de la escucha amplia, pero se incorpora un elemento genuino de discernimiento comunitario, donde todo ese Pueblo de Dios ya ha delegado a la Asamblea como tal, lo que planteó y definió a partir de su propio discernimiento y reflexión sobre los desafíos y los lineamientos pastorales”, afirma el director del Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
Mauricio recuerda que “esto se ha incorporado en el modo como está estructurado este Sínodo de la Sinodalidad”. En ese sentido, “podemos decir que este Documento para la Etapa Continental refleja ya un ejercicio de escucha y discernimiento que orienta claramente también los aspectos prioritarios y desafíos con los cuales la Iglesia quiere caminar hacia adelante”.
Una Asamblea Ordinaria extendida
En esa tesitura se pregunta por la novedad en un sentido de crecimiento progresivo para el Sínodo de la Sinodalidad a la luz de los pasos dados con unos rasgos que ciertamente podemos identificar en América Latina. A ello responde que “en esta ocasión se asocia al hecho de que el Papa ha planteado de una Asamblea Ordinaria extendida”, recordando que la Asamblea comienza en octubre de 2023 y que como se ha anunciado hace unos días se extiende hasta octubre de 2024.
Con esta novedad, “incorpora un nuevo elemento, también inédito, del Pueblo de Dios efectivamente, recibiendo los frutos de la Primera Fase de la Asamblea Ordinaria para apropiárselos, para profundizarlos y para validarlos”. La novedad que Mauricio López califica de extraordinaria estriba en el hecho de que “el Pueblo de Dios no queda fuera después de la escucha y esta fase de discernimiento, aunque se van reduciendo los espacios por la convergencia de temáticas y tener delegaciones representativas con composición amplia”.
Sinodalidad de todo el Pueblo de Dios
Desde ahí, considera que “esta novedad de una Asamblea Ordinaria extendida en dos fases abre la perspectiva para un ejercicio efectivo de la sinodalidad de todo el Pueblo de Dios en todo este proceso”. Por eso considera que “este Documento para Etapa Continental es como el eje que conecta estas dos fases, la escucha, con una síntesis genuina, profunda, responsable, llena de las voces del propio pueblo de Dios, e intuyendo una estructura que permite perfilar una orientación de todo el camino a la luz de lo que la Iglesia ha dicho, no de documentos preelaborados”, algo que ve como importante.
Mauricio califica de “bellísima, clara, fundamental”, la cita bíblica que da título al Documento para la Etapa Continental. Una cita que llama a “ampliar la tienda, abrir espacios, sin perder los elementos esenciales de fondo, las estacas que sostienen”, lo que se conecta con la Asamblea Ordinaria con una perspectiva extendida.
Seguir profundizando desde la praxis
Un documento que define como “la bisagra que va a permitir profundizar en el discernimiento, con las estructuras continentales y regionales de la Iglesia con una composición amplia y diversa del Pueblo de Dios, donde se puede ver también la experiencia de la Primera Asamblea Eclesial, compartiendo algo al Sínodo de la Sinodalidad, esa composición de las asambleas continentales, pero siempre en la perspectiva de lo que ya mencioné de esa novedad eclesiológica de apropiación y validación que hará el Pueblo de Dios en la fase amplia de la Asamblea Ordinaria”.
En un solo Sínodo, insiste Mauricio, “un proceso donde la intención es seguir profundizando en este caminar juntos para hacer una Iglesia mucho más plena en el sentido sinodal, pero desde la praxis y no solo desde los discursos o los documentos”. El paño de fondo es que “el camino es la experiencia”. Un aspecto que le lleva a decir que “extender el camino con estas novedades eclesiológicas, lo que permite es que sigamos profundizando en la experiencia de caminar juntos, que es lo que al final del día permanece y sostiene esta conversión integral”.