Nueva experiencia en la Amazonía brasileña Las Hermanas Misioneras Ticunas inician experiencia de Vida Religiosa con Rostro Indígena
“Enviadas el Domingo de Pascua, iniciando el primer año de vida comunitaria y de formación bíblica, espiritual, humana y misionera”
“Podrán nacer testimonios de santidad con rostro amazónico, que no sean copias de modelos de otros lugares”
Hacer posible un camino formativo para la Vida Consagrada e Sacerdotal de forma más amazónica, más próxima de la vida de su pueblo y cultura
Hacer posible un camino formativo para la Vida Consagrada e Sacerdotal de forma más amazónica, más próxima de la vida de su pueblo y cultura
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Uno de los desafíos de la Iglesia católica en la Amazonía es hacer realidad una Iglesia con rosto amazónico y rostro indígena, algo que fue apuntado con fuerza en el Sínodo para la Amazonía. El pueblo ticuna, con una población de treinta y cinco mil personas, repartidas entre Brasil, Perú y Colombia ha ido dando pasos en los últimos años en esa dirección.
Vida Religiosa indígena
Recientemente, en la diócesis brasileña de Alto Solimões, se ha oficializado una nueva experiencia de Vida Religiosa, con el nombre de Hermanas Misioneras Ticunas, que han recibido el hábito religioso, un momento vivido con gran alegría por su pueblo, que ayuda a continuar dando pasos en la concreción de esa Iglesia con rostro amazónico y rostro indígena.
El encuentro de Formación Diocesana Ticuna fue el momento elegido para dar este paso, contando con la presencia de representantes de 30 comunidades indígenas ticunas, oficializándose la entrada de cuatro jóvenes, acogidas con alegría por aquellos que las sienten como algo propio. Ellas fueron enviadas el Domingo de Pascua, iniciando el primer año de vida comunitaria y de formación bíblica, espiritual, humana y misionera, en una casa construida en trabajos comunitarios, bendecida ese mismo día, en la comunidad de Belem do Solimões.
Testimonios de santidad en el mundo indígena
En la Querida Amazonía, el Papa Francisco dice que “podrán nacer testimonios de santidad con rostro amazónico, que no sean copias de modelos de otros lugares, santidad hecha del encuentro y dedicación, de contemplación y servicio, de soledad acogedora y vida común, de jubilosa sobriedad y lucha por la justicia. Se llega a esta santidad ‘cada uno por su camino’, y esto se aplica también a los pueblos, donde la gracia se encarna y brilla con trazos distintivos. Imaginemos una santidad con trazos amazónicos, llamada a interpelar a la Iglesia Universal”.
Las nuevas Hermanas son los primeros frutos de un camino iniciado en 2015, cuando la Asamblea General de las Comunidades Católicas Ticunas hicieron un apelo para hacer posible un camino formativo para la Vida Consagrada e Sacerdotal de forma más amazónica, más próxima de la vida de su pueblo y cultura. En ese camino se fueron dando pasos en las diversas comunidades ticunas, siendo el Sínodo para la Amazonía un fuerte impulso en ese proceso. Las jóvenes han elaborado una primera y sencilla Regla de Vida, que ahora va a determinar su vida en comunidad.