Respetar los derechos garantizados por ley Iglesias argentinas reaccionan ante ataques al Pueblo Mapuche
Diferentes entidades religiosas se han pronunciado, criticando “las dificultades de las autoridades en establecer canales de diálogo en la búsqueda de acuerdos que faciliten la resolución de conflictos”
Exhortan “a las autoridades nacionales y provinciales a buscar soluciones pacíficas y justas”, y a las personas de fe “a no caer en los discursos manipuladores que nos proponen el racismo, la xenofobia y el prejuicio”
En la sociedad se da “una creciente estigmatización de los reclamos de estos Pueblos, que llega hasta la negación de su existencia misma como Pueblos, lo que puede notarse en los medios de comunicación y en las declaraciones, incluso, de dirigentes políticos y funcionarios públicos”
En la sociedad se da “una creciente estigmatización de los reclamos de estos Pueblos, que llega hasta la negación de su existencia misma como Pueblos, lo que puede notarse en los medios de comunicación y en las declaraciones, incluso, de dirigentes políticos y funcionarios públicos”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Un nuevo conflicto en relación con los pueblos indígenas se ha dado en Argentina. Esta vez se trata del desalojo en Villa Mascardi, en la zona del lago del mismo nombre, sufrida por la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu. Ante esta realidad diferentes entidades religiosas se han pronunciado, criticando “las dificultades de las autoridades en establecer canales de diálogo en la búsqueda de acuerdos que faciliten la resolución de conflictos”, como señala el obispo local, junto con representantes de la Iglesia Luterana y Metodista.
Necesidad de cumplir las leyes
Junto con ello critican la falta de los estados nacional y provincial “para cumplir con las leyes que propiciarían la resolución de esta situación y la de tantas comunidades originarias a lo largo del país”, y el que las actuaciones se lleven a cabo con violencia. Son situaciones que ponen de manifiesto el racismo y la xenofobia.
Por eso se hace ver que “el Evangelio de Jesús nos llama a poder encontrarnos en el camino con otros y otras en la búsqueda de un tiempo distinto y mejor, donde la paz sea el fruto de la justicia y no el resultado de la opresión de los poderosos sobre los más débiles”. Algo que lleva a exhortar “a las autoridades nacionales y provinciales a buscar soluciones pacíficas y justas”, y a las personas de fe “a no caer en los discursos manipuladores que nos proponen el racismo, la xenofobia y el prejuicio”.
Diálogo y no criminalización
Desde el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA), se afirma que “el camino de solución de este conflicto, y de todos los relacionados con los Pueblos Indígenas, es el diálogo y no la criminalización de los reclamos”. Por eso ven como una obligación, “manifestar la profunda preocupación que nos produce el modo en que se están enfrentando los conflictos existentes en la zona del Lago Mascardi, Provincia de Río Negro”, criticando las detenciones incluso de mujeres y de niños.
Como vienen repitiendo, en Argentina se da un “histórico incumplimiento de los derechos de los Pueblos Indígenas en todo nuestro país y el caso del Pueblo Mapuche no es una excepción”. Una situación que se agrava en la medida en que en la sociedad se da “una creciente estigmatización de los reclamos de estos Pueblos, que llega hasta la negación de su existencia misma como Pueblos, lo que puede notarse en los medios de comunicación y en las declaraciones, incluso, de dirigentes políticos y funcionarios públicos”.
Evitar la violencia para resolver los conflictos
Ellos también abogan por el diálogo como la única herramienta “para evitar que la violencia sea el modo de resolver los problemas”, aunque pueda ser visto como algo difícil. Por ello lamentan “que las iniciativas generadas para garantizarlo no se hayan sostenido a través del tiempo y bregamos por la solución pacífica y dialogada, como único camino para garantizar la justicia y la paz”.
Finalmente, hacen ver la obligación de “reconocer a esta Argentina del siglo XXI como el país pluriétnico y multicultural que enuncia su Constitución Nacional y, por lo tanto, respetar los derechos de los Pueblos Indígenas”.