Misión de la Comisión contra la trata de la CNBB Adilson Busin: "La xenofobia es el colmo de la irracionalidad"
La misión ayuda a "sacar a la luz la cuestión de la trata de seres humanos, que está oculta, incluso las víctimas están ocultas"
No es fácil abordar algunos problemas comunes, dadas las diferentes legislaciones de cada país, lo que exige una mayor movilización popular para crear conciencia y hacer posibles los cambios
"Tomemos conciencia de este problema, que forma parte del acercamiento de la Iglesia a los últimos y a los invisibles, las víctimas de la trata de personas"
“La Iglesia tiene que ser profeta y desde ellos buscar acogida y soluciones dignas distintas a estos problemas"
"Tomemos conciencia de este problema, que forma parte del acercamiento de la Iglesia a los últimos y a los invisibles, las víctimas de la trata de personas"
“La Iglesia tiene que ser profeta y desde ellos buscar acogida y soluciones dignas distintas a estos problemas"
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Del 17 al 23 de junio de 2024, la Comisión Episcopal Especial de Combate a la Trata de Personas (CEPEETH) de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) realiza una misión en el estado de Roraima, frontera con Guyana y Venezuela. Según su presidente, Mons. Adilson Pedro Busin, obispo de la diócesis de Tubarão, uno de los objetivos de la comisión es "sensibilizar e incidir política y eclesialmente".
La trata de seres humanos, una realidad oculta
La misión ayuda a "sacar a la luz la cuestión de la trata de seres humanos, que está oculta, incluso las víctimas están ocultas", subraya el obispo. Estamos ante un problema social global, en el que tanto insiste el Papa Francisco. La incidencia debe ser doble, según Mons. Busin, "ad intra de la propia Iglesia, para que tomemos conciencia de este grave problema, de esta lacra de la humanidad, como dice el Papa Francisco, y de la sociedad".
Frente a la realidad de Roraima, con una migración en ebullición y tantas "fronteras porosas", la visita de la comisión quiere que "esta cuestión de la trata de personas se muestre, se haga visible, se sienta, llegue al corazón y a la mente de las personas, en el mundo de la política y en la sociedad, con políticas públicas que hagan frente a la trata de personas", dice el presidente de la comisión.
Frontera entre Brasil y Guyana: vulnerabilidades comunes
En la frontera entre Brasil y Guyana, el flujo de venezolanos, cubanos y haitianos es constante. Los migrantes suelen llegar en situación de extrema pobreza y tardan mucho tiempo en obtener la documentación, que se tramita en Boa Vista, capital de Roraima, con una lista de espera de más de un centenar de migrantes en la pequeña ciudad Bonfim, que al no tener documentación son víctimas fáciles de las redes de explotación. Tanto en Bonfim (Brasil) como en Lethem (Guyana), una región con predominio de indígenas wapichana, los pueblos originarios no se someten a las fronteras de los blancos, la Iglesia católica presta asistencia a los migrantes, siempre con las puertas abiertas para compartir lo poco que tienen.
En la región fronteriza son comunes las vulnerabilidades, una de ellas es el tráfico de mercurio, utilizado en la minería ilegal, con estrechos vínculos con facciones del crimen organizado, que produce graves enfermedades y diversas explotaciones en la población local y en los migrantes, y que nos lleva a reflexionar sobre el tema de la 39ª Semana del Migrante en Brasil, "Migración y Casa Común". Para superar las diversas vulnerabilidades, el CEPEETH, fiel a Jesús de Nazaret, que quiere vida en abundancia para todos, presentó materiales que sistematizan el trabajo de la Iglesia en Brasil en el enfrentamiento al tráfico de personas, que es un crimen y debe ser denunciado, trabajando en conjunto con diversas instancias eclesiales para incidir en cambios estructurales que lleven a los poderes públicos a asumir su papel, a crear políticas públicas, que muchas veces surgen de la movilización.
Son historias de sufrimiento, contadas por quienes los acogen y acompañan, que viven los migrantes que pasan por esta frontera, abandonados por los poderes públicos. Ante esto, una de las reivindicaciones es la presencia de la Policía Federal en la frontera, una dificultad dada la falta de personal en el estado, una expresión más del estado mínimo que quiere implantarse en tantos países, según el obispo de Roraima, Mons. Evaristo Spengler. Es necesario fortalecer los lazos transfronterizos, unir fuerzas, buscar propuestas concretas, generar procesos conjuntos, una dinámica que puede contar con la colaboración de la comisión. Al mismo tiempo, no es fácil abordar algunos problemas comunes, dadas las diferentes legislaciones de cada país, lo que exige una mayor movilización popular para crear conciencia y hacer posibles los cambios.
Llegar a los invisibles
Mirando dentro de la Iglesia, Mons. Adilson Busin insiste en que "tomemos conciencia de este problema, que forma parte del acercamiento de la Iglesia a los últimos y a los invisibles, las víctimas de la trata de personas". Para la Iglesia en Brasil, la Campaña de la Fraternidad de 2014, "Fraternidad y Trata de Personas", fue de gran importancia desde el punto de vista del abordaje de la trata de personas. Fue un hito importante en la sensibilización de las comunidades, parroquias y diócesis, que llevó a la creación de un grupo de trabajo que más tarde se convirtió en una comisión, en la que a menudo se delega la tarea de hacer frente a esta realidad dentro de la Iglesia.
El obispo de Tubarão insiste en "no dejar que se olvide, porque se olvida a las víctimas", aunque sabe que "la trata está presente, está en nuestra sociedad en sus diversas formas", citando el tráfico de órganos, la explotación sexual de niños y adolescentes, el trabajo análogo a la esclavitud. El obispo hizo un llamamiento a tomar conciencia de la Doctrina Social de la Iglesia, a ver a las víctimas de la trata de seres humanos como "una de las muchas categorías vulnerables y, al mismo tiempo, una de las categorías más invisibles, porque es muy sutil, y es difícil llegar a ella por todos los problemas que implica la trata de seres humanos".
La tentación de culpar al extranjero
Reflexionando sobre la Campaña de Fraternidad 2024, "Fraternidad y Amistad Social", que tiene como lema "Todos sois hermanos y hermanas", Mons. Adilson Busin afirma que "una de las tentaciones del mundo de hoy, no sólo en Brasil, es la polarización que vemos, las guerras, la violencia, una sociedad enfadada, en la que nos sentimos atrapados". Recordando que a lo largo de la historia encontramos chivos expiatorios, el obispo destacó que "actualmente en muchos países, y también tenemos la tentación en Brasil, de culpar a los que son extranjeros, a los que vienen de fuera".
Desde esta perspectiva, el presidente de la comisión denuncia que "la xenofobia es el ápice de la irracionalidad", llamando a mirar la Campaña de Fraternidad 2024 y la invitación del Papa Francisco a cuidar de nuestra casa común, lo que le lleva a decir que "nadie se queda fuera, las fronteras están ahí, como límites políticos, geográficos, pero es una contradicción del Evangelio ver a nuestro hermano como un problema". Desde esta perspectiva, el obispo subraya que "los problemas están ahí para que nosotros como Iglesia, como sociedad, como gobiernos y como Naciones Unidas, tratemos a los migrantes no con esta visión desafortunada de encontrarlos culpables, como la causa de los problemas".
Frente a ello, afirma que "están ahí porque son la parte más frágil de nuestras economías, de nuestro mundo, del cambio climático", viendo a los migrantes, especialmente a los pobres, como "ese punto donde aparece una humanidad frágil, y frente a una humanidad frágil, la Iglesia tiene que ser profeta y desde ellos buscar acogida y soluciones dignas distintas a estos problemas".
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