Enviados por Jesús de dos en dos, así aparecen los discípulos en el Evangelio de este XVI Domingo del Tiempo Ordinario. Son enviados, por primera vez, “a predicar y a sanar”, nos recuerda Mons. Oscar Ojea.

Según el presidente del episcopado argentino, “van totalmente libres, abandonados en él”. El obispo nos hace ver que Jesús “les pide que vayan sin alforja, sin calzado, ni bastón, sin dinero, es una manera de expresar que van totalmente confiados en él”. Esto muestra, en palabras del obispo de San Isidro, que “van con una suprema libertad, han vivido de la pasión por Jesús y quieren transmitir esa pasión, eso es lo que los mueve, lo que los sostiene”.

Mons. Ojea resalta en su comentario del Evangelio que “el Señor se ha entregado totalmente a ellos”. Según él, Jesús “lo pide todo y ellos le dan todo y comienzan a vivir el riesgo, el quedar expuestos por Jesús, porque toda libertad tiene un riesgo, toda entrega tiene un riesgo”. Pero también nos hace ver que “van superando el miedo de exponerse y confiando en él, llevan su palabra, llevan su vida, van alegres y gozosos de poder entregar con sus vidas al Señor”.

Haciendo una lectura desde la realidad actual, marcada por la pandemia, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina destaca que “nosotros en este tiempo difícil somos presas del miedo, por eso buscamos mucho la seguridad, tenemos mucho temor de exponernos, tenemos mucho miedo de quedar inseguros”.

Ante estas actitudes, Mons. Ojea afirma que “la confianza es fundamental en este tiempo, la confianza en el Señor, poner nuestra vida en sus manos y al mismo tiempo para poder vivir una convivencia social, armónica”. Para el obispo argentino, “necesitamos confiar unos en otros, no escudarnos, no amurallarnos, tenemos miedo, siempre nos guardamos algo porque tenemos miedo de quedar expuestos”.

Insistiendo en que “es un momento muy difícil”, no duda en indicar que “es necesario no aflojar en la confianza para poder sostener la convivencia social”. Por eso pide al Señor que “nos ayude a través de su palabra y con el ejemplo de este Evangelio a poder salir de nosotros mismos sin miedo y ser sostenidos por esta pasión de amor que nos despierta Jesús hacia la vida y hacia el servicio de ella, de la vida auténtica”.