Comentario al Evangelio del II Domingo de Adviento Ojea: “Que ese Príncipe de la paz nos enseñe a poder crear puentes y no murallas”
“Vivimos un momento dificilísimo en cuanto al tema de la violencia”
“Poder respetarnos en los disensos, y a desterrar entre nosotros esas amenazas que escuchamos en las redes”
“Preparemos el camino del Señor que vendrá a nosotros para dejarnos su paz”
“Preparemos el camino del Señor que vendrá a nosotros para dejarnos su paz”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
En el segundo domingo de Adviento, la Palabra de Dios nos habla de la preparación para la venida del Señor, según Mons. Óscar Ojea. El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina comenzó su comentario al Evangelio diciendo que “todo encuentro se prepara con prolijidad si es un encuentro profundo”. Con relación al tiempo actual, “nosotros vamos preparando el corazón, allanando los caminos para que el Señor pueda venir a nosotros. Y, Juan Bautista es la figura que envía el Señor para preparar ese camino, predicando la conversión, la vuelta a Dios”, resaltó.
Malestar psicológico cada vez más presente
“Nosotros tenemos que preparar nuestro corazón en el aprendizaje de la paz para poder allanar ese camino del Señor”, afirmó Ojea. Recordando el reciente informe del observatorio de la deuda social de la Universidad Católica Argentina, dijo ser “demoledor cuando narraban, se mostraban los índices de pobreza, los índices de indigencia, la brecha socioeconómica que es cada vez más profunda entre los argentinos”. Pero al mismo tiempo señaló haberle llamado la atención que “en el ítem que hablaba del malestar psicológico, ahí no había brecha, no había mucha brecha, es decir, hay muchísimos problemas psicológicos en las clases más necesitadas, pero también las hay en la clase media y alta, en este último año subió siete puntos el malestar psicológico”.
En opinión del presidente del episcopado argentino, “vivimos una suerte de enfermedad social los argentinos y esta enfermedad social está asignada, está marcada por la violencia”. Algo que tiene su causa en que “nosotros venimos de una campaña electoral donde hemos escuchado un lenguaje de insulto, de descalificaciones continuas; las agresiones en las redes sociales han sido tremendas. Esto respirando junto con el mundo una atmósfera de violencia, una atmósfera de guerra, todo el mundo, de alguna manera, se encuentra en un estado de nerviosismo, de ansiedad, de enojo, de tristeza. Vivimos un momento dificilísimo en cuanto al tema de la violencia”.
Jesús es nuestra paz
Igualmente recordó los llamados “escraches” a figuras políticas o sociales que piensan distinto. Desde ahí afirmó que “podemos pensar distinto, pero ese tipo de agresiones son realmente intolerables cuando pensamos distinto. Todo esto va creando un clima en el que se hace necesario, nosotros los cristianos, creemos que con la venida del Señor viene la misma paz”. Recordando las palabras de San Pablo en Efesios:“Él es nuestra paz”, destacó que “Él hizo de los dos pueblos uno solo, venciendo la muralla que lo separaba”.
Desde ahí, Ojea pidió “que ese Príncipe de la paz nos enseñe a salir de esta enfermedad social, a poder crear puentes y no murallas, a poder respetarnos en los disensos, y a desterrar entre nosotros esas amenazas que escuchamos en las redes, ese tipo de lenguaje frente al quien ve la vida, la historia, por su familia, por su educación, por lo que fuere, de una manera distinta: tenemos que aprender a vivir en la diferencia”.
Finalmente, invitó a pedir al Príncipe de la paz “que nos conceda esta gracia, preparemos el camino del Señor que vendrá a nosotros para dejarnos su paz, él es el Príncipe de la paz”.