Comentario al Evangelio de la Solemnidad de Cristo Rey Ojea: “El amor tiene que ver con un amor concreto”
“El Pastor ha tenido para con nosotros una compañía concreta y una atención concreta a nuestras necesidades, atención que ha pasado hasta las manos, se ha jugado por nosotros hasta las manos, jugó su vida por nosotros”
“La visita al preso, la visita al enfermo, esto habla de esa misericordia de Jesús que es el centro mismo del Evangelio”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Recordando las palabras de San Juan de la Cruz: “En el atardecer nuestra vida seremos juzgados por el amor”, ha iniciado Mons. Óscar Ojea su reflexión para la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, recodando que “este amor tiene que ver con un amor concreto”. El presidente del episcopado argentino recordó las palabras del Papa Francisco: “es un amor que se concibe en la mente, pasa por el corazón y llega a las manos, si no llega a las manos no es amor”.
Jesús el Pastor
“En el Evangelio tenemos este gran protocolo por el que seremos juzgados”, señaló Ojea. El prelado recordó que “habla el Pastor en el juicio final”, recordando que “el Pastor es la imagen más antigua de Jesús, Jesús es por antonomasia el Pastor y el Pastor se presenta juzgando, separando a las ovejas, decidiendo según ese gran protocolo”. Para el obispo de San Isidro, “es como si les dijera: ¿Ustedes han sido pastores como yo? ¿Han cuidado de las ovejas como yo? ¿Las han alimentado, les han dado agua para beber? ¿Se han preocupado por su salud, se han preocupado por su vida, las han acompañado?”, y cita las palabras del Evangelio: ´Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber. Estuve desnudo, me vestiste, enfermo me visitaste, preso y me viniste a ver´”.
Por eso, insistió en que “el Pastor ha tenido para con nosotros una compañía concreta y una atención concreta a nuestras necesidades, atención que ha pasado hasta las manos, se ha jugado por nosotros hasta las manos, jugó su vida por nosotros”. En sus palabras, resaltó que “el Pastor se hizo cordero en la Cruz, el cordero Pascual y entregó su vida por nosotros”.
Un amor gratuito
“No nos dice tuve hambre y me diste de comer, hablando de la cualidad moral de cada oveja, no importa. Si la oveja tiene hambre, tiene hambre, no importa lo que haya hecho o lo que no haya hecho, no importa cómo piense, como sienta, no importa nada cuando se trata de una necesidad que es primaria en el cuerpo y en el corazón del hombre”, enfatizó Ojea
Desde ahí concretó que “la visita al preso, la visita al enfermo, esto habla de esa misericordia de Jesús que es el centro mismo del Evangelio”, citándolo: “Sean misericordiosos como mi Padre celestial es misericordioso”. Por ello, insistió de nuevo que “en el atardecer de nuestra vida seremos juzgados por el amor”, invitando a que “el Señor nos encuentre así, preparados, abiertos, dispuestos a dar la vida por este Pastor que nos dice que está en cada una de sus ovejas, presente. Si amamos a Jesús tenemos que descubrirlo allí”.