Testigo de que construir el Reino de Dios es una necesidad 25 años de la Pascua de don Helder, obispo profeta y testigo de una Iglesia samaritana
“Cuando doy comida a los pobres me llaman santo. Cuando pregunto por qué son pobres me llaman comunista”
“El gran portavoz de los derechos humanos, de la justicia y de la fraternidad cuando vivíamos en el país aquel momento tan doloroso de la dictadura militar”
Pergeñó la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), de la que fue su primer secretario general de 1952 a 1964
Pergeñó la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), de la que fue su primer secretario general de 1952 a 1964
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Si hay una figura que marcó la vida de la Iglesia brasileña en la segunda mitad del siglo XX ese fue don Helder Cámara, un obispo profeta, testigo de una Iglesia samaritana, misericordiosa, con olor a oveja y a santidad. No siempre entendido, ni dentro, ni fuera de la Iglesia, no desistió de aquello que siempre marcó su vida, construir el Reino de Dios y una Iglesia en la que hay lugar para todos, todos, todos.
3 obispos profetas hicieron su Pascua el 27 de agosto
Este 27 de agosto se cumplen 25 años de la muerte de aquel que fue arzobispo de Olinda y Recife durante más de 20 años. Para la Iglesia brasileña, el 27 de agosto tiene un significado especial, pues en esa fecha también murieron dos obispos que también fueron un referente, don Luciano Mendes de Almeida, en 2006, y don José María Pires, en 2017. Los procesos de canonización de don Helder y don Luciano ya están abiertos, en cuanto que el primer obispo negro de Brasil es considerado por muchos como un hombre con fama de santidad.
Esa Iglesia pobre y para los pobres que orienta el pontificado de Francisco fue una constante vital en la vida de estos tres obispos. Una de las frases más famosas de don Helder es aquella que dice: “Cuando doy comida a los pobres me llaman santo. Cuando pregunto por qué son pobres me llaman comunista”. No fueron pocos los que, en el Brasil de la Dictadura, que enfrentó abiertamente y por la que fue perseguido sin escrúpulos, y en la propia Iglesia católica, le tachaban de ser comunista.
Gran portavoz de los derechos humanos
Don Helder se convirtió en “el gran portavoz de los derechos humanos, de la justicia y de la fraternidad cuando vivíamos en el país aquel momento tan doloroso de la dictadura militar”, según Mons. Paulo Jackson Nóbrega de Sousa, actual arzobispo de Recife y vicepresidente segundo de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil. En la misa celebrada este último domingo en memoria de don Helder, aquel que hoy desempeña el mismo servicio en la archidiócesis de Recife, insistía en que “aquello que él no podía decir dentro del país lo decía en Francia, en la ONU, en Nueva York, donde estuviese. Entonces la voz de don Helder ganó un potencial enorme, siendo la gran voz de la defensa de la vida y de los derechos humanos en nuestro país. No fue por acaso que fue indicado cuatro veces para el Premio Nobel de la Paz”.
Para la Iglesia institucional brasileña don Helder tiene una importancia fundamental, fue él quien pergeñó la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), de la que fue su primer secretario general de 1952 a 1964. Una conferencia que durante muchos años ha sido una referencia para la sociedad brasileña, algo en lo que tuvo mucho que ver aquel del que hoy hacemos memoria de los 25 años de su Pascua.
Desde su fragilidad física, su voz suave, su eterna sotana beis, don Helder Cámara fue un firme altavoz que inspiró la lucha por un mundo mejor, algo a lo que nunca renunció. Su testimonio sigue inspirando, no solo a la Iglesia brasileña, también a la Iglesia universal, no solo a quienes le conocieron personalmente, también a quienes a través de su memoria encontramos en su testimonio una inspiración para ser testigos de que construir el Reino de Dios, luchar por un mundo mejor para todos y todas, no es solo una opción, es una necesidad inaplazable.
Etiquetas