Frente a eso, Bolsonaro se empeña en desprestigiar la vacuna La Presidencia del Episcopado Brasileño pide vacuna para todos y unión para enfrentar el Covid-19
"Para erradicar el covid-19, es esencial que todos caminen juntos, en solidaridad, sin exclusiones"
"Que la vacuna sea para todos. Es una cuestión de responsabilidad definir rápidamente estrategias para iniciar la vacunación inmediatamente, entendida como un hecho social"
"La Iglesia Católica asume su compromiso de colaborar como fuerza educativa y solidaria hacia un nuevo estilo de vida"
"Es inaceptable y poco inteligente que la vacuna llegue a algunas personas más rápidamente, dejando a la mayoría de la población al descubierto"
"La Iglesia Católica asume su compromiso de colaborar como fuerza educativa y solidaria hacia un nuevo estilo de vida"
"Es inaceptable y poco inteligente que la vacuna llegue a algunas personas más rápidamente, dejando a la mayoría de la población al descubierto"
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
La pandemia del Covid-19 está causando situaciones dramáticas en todo el mundo, también en Brasil, el segundo país con más muertos, que está cerca de superar los 200.000 fallecidos. Ante esta situación, la presidencia de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil - CNBB, emitió el 6 de enero una nota titulada "Unidos y responsables rumbo a lo nuevo que deseamos".
La nota contiene 11 puntos, teniendo como idea fundamental la necesidad de unión. En sus palabras, la presidencia del Episcopado Brasileño insiste en el dolor de las familias y destaca la importancia del cuidado de uno mismo y de los demás, y el respeto "por el distanciamiento social y la atención a los protocolos de salud indicados por las autoridades sanitarias", algo que no está sucediendo en gran parte de la población, incluso entre los propios gobernantes, lo que se manifiesta en la indiferencia y negacionismo de algunos, como recoge la nota.
Los obispos brasileños insisten en que "la vacuna sea para todos", y en la "rápida definición de estrategias para iniciar la vacunación inmediatamente", lo que contrasta con la actitud de Bolsonaro, empeñado en desprestigiar la vacuna y que no tiene un plan de vacunación eficiente. En esta lucha contra la pandemia, la presidencia de la CNBB afirma que "la Iglesia Católica asume su compromiso de colaborar como fuerza educativa y solidaria hacia un nuevo estilo de vida". La nota también hace un llamamiento a la unidad entre las diferentes esferas de poder, algo urgente en un país cada vez más dividido, pidiendo que se escuche a los científicos, a fin de evitar la pérdida de vidas y los impactos económicos y sociales.
La atención a los más vulnerables y pobres se convierte en algo fundamental para los obispos brasileños, recordando la importancia de la solidaridad, siguiendo lo recogido en Fratelli tutti, que debe llevarnos "a que cada persona asuma su propia responsabilidad en el cuidado del prójimo y de la Casa Común". Por último, hace un llamamiento a reflexionar sobre "las lecciones de esta pandemia, para que podamos superarla y avanzar en la construcción de un mundo más saludable, a partir de la fraternidad y la solidaridad universal".
UNIDOS Y RESPONSABLES RUMBO A LO NUEVO QUE DESEAMOS
"He venido para que todos tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10:10)
- Lo nuevo que buscamos en este año 2021 requiere la unión de todos los ciudadanos de buena voluntad para hacer frente aL covid-19. Las cifras muestran que la pandemia se está agravando en Brasil. Ya hay unos 200.000 muertos.
- Las vidas perdidas no pueden ser simplemente tablas estadísticas. Es luto y dolor en los corazones de las familias. Son historias interrumpidas por una ágil, peligrosa e invisible, pero real amenaza.
- Para erradicar el covid-19, es esencial que todos caminen juntos, en solidaridad, sin exclusiones. Es necesario reconocer que el virus no respeta las fronteras, las clases sociales y cualquier otra forma de categorización que tan a menudo justifican una discriminación lamentable.
- La consigna es, por lo tanto, unión. Debe haber cada vez más corresponsabilidad para enfrentar este desafío sanitario y social. Una pandemia no puede ser superada de forma aislada. Cada persona debe cuidarse a sí misma, y especialmente al otro, que es hermano y hermana, con un profundo respeto por el distanciamiento social y la atención a los protocolos de salud indicados por las autoridades sanitarias.
- No podemos rendirnos a la indiferencia de unos, al negacionismo de otros o a la tentación de aglomerarnos, dejándonos contaminar y convirtiéndonos en instrumentos de contaminación, sufrimiento y muerte de otros. No dejemos que el cansancio y la desinformación nos lleven a actitudes irresponsables. ¡Seamos fuertes! ¡Mantengámonos firmes!
- Que la vacuna sea para todos. Es una cuestión de responsabilidad definir rápidamente estrategias para iniciar la vacunación inmediatamente, entendida como un hecho social, no individual, para lograr los objetivos indicados por los epidemiólogos.
- La justicia, la solidaridad y la inclusión son los principales criterios a seguir para hacer frente a esta pandemia. Cada institución y segmento de la sociedad tiene serias responsabilidades en este proceso. Por lo tanto, la Iglesia Católica asume su compromiso de colaborar como fuerza educativa y solidaria hacia un nuevo estilo de vida.
- La sociedad brasileña exige la pronta unión y acción de los gobiernos, en las diferentes esferas del poder, guiados por la ciencia y las indicaciones serias de los epidemiólogos, para que se inicie urgentemente la vacunación, porque todos los días se pierden vidas por la pandemia, agravada también por sus impactos económicos y sociales.
- Se debe prestar especial atención a los más vulnerables y pobres. Es inaceptable y poco inteligente que la vacuna llegue a algunas personas más rápidamente, dejando a la mayoría de la población al descubierto.
- El Papa Francisco, en su Carta Encíclica Fratelli Tutti, enseña que la palabra solidaridad expresa mucho más que gestos esporádicos. "La solidaridad, en su sentido más profundo, es un modo de hacer historia" (Carta Encíclica Fratelli Tutti, n. 116). La humanidad está enferma por la pandemia y sólo encontrará una cura si camina unida, adoptando la solidaridad como principio que guía las relaciones, para que todos tengan la oportunidad de vacunarse, para que cada persona asuma su propia responsabilidad en el cuidado de su semejante y de la Casa Común.
- Dios, que nos hizo libres y corresponsables de la obra de la Creación, del cuidado de los demás, nos ayude a aprender de las lecciones de esta pandemia, para que podamos superarla y avanzar en la construcción de un mundo más sano, a partir de la fratenidad y la solidaridad universal.
Brasilia-DF, 6 de enero de 2021
Monseñor Walmor Oliveira de Azevedo
Arzobispo de Belo Horizonte (MG)
Presidente de la CNBB
Monseñor Jaime Spengler
Arzobispo de Porto Alegre (RS)
Primer Vicepresidente de la CNBB
Monseñor Mário Antônio da Silva
Obispo de Roraima (RR)
Segundo Vicepresidente de la CNBB
Monseñor Joel Portella Amado
Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de São Sebastião do Rio de Janeiro (RJ)
Secretario General de la CNBB