Atacar todo lo que huele a Evangelio parece que se ha convertido en moda. Lo que sucedió en los últimos días en España contra el Papa Francisco ya es algo presente en muchos grupos ultracatólicos brasileños, aunque en realidad de católicos tienen poco o nada. Además de atacar al Papa, acometen contra la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) y toda Cuaresma se posicionan contra la Campaña de la Fraternidad, que desde hace 60 años quiere llevar, con el apoyo de todos los papas, a reflexionar sobre problemáticas presentes en la sociedad brasileña desde la óptica del Evangelio.

Ataques al vicepresidente segundo de la CNBB

En los últimos días los ataques se han dirigido, una vez más en términos poco cristianos, contra Mons. Paulo Jackson Nóbrega de Sousa, vicepresidente segundo de la CNBB y arzobispo de Olinda y Recife, la misma Iglesia que pastoreó durante más de dos décadas Helder Cámara, que no olvidemos está camino de los altares por su compromiso social en defensa de los descartados, de aquellos que siempre fueron rechazados en uno de los países más desiguales del mundo.

Ante estos ataques de aquellos a quienes llaman “grupos fundamentalistas”, el Consejo Nacional del Laicado de Brasil, la Conferencia Brasileña de Religiosos y Religiosas, la Conferencia Nacional de Institutos Seculares de Brasil, la Comisión Nacional de Diáconos, la Comisión Nacional de Presbíteros, las Obras Misioneras Pontificias de Brasil y la Comisión Brasileña de Justicia y Paz, han lanzado una nota conjunta para defender la Campaña de la Fraternidad.

Reflexión, compasión y solidaridad de los católicos brasileños

La nota comienza cuestionando “¿Cuál es el objetivo de criticar y actuar contra la Campaña? ¿Generar conflictos y romper la comunión de la Iglesia? ¿Dejar de compartir a los más necesitados, es decir, ir en contra de la práctica de la solidaridad cristiana?”. A esas preguntas, el texto responde que “la Campaña de Fraternidad es un momento importante de reflexión, compasión y una acción crucial de solidaridad para los católicos”.

Los firmantes de la nota expresan su “plena comunión con la Campaña de la Fraternidad coordinada por la CNBB, que este año tiene como tema la amistad social”. En sus palabras insisten en que “la Campaña de la Fraternidad está en sintonía con el mensaje evangelizador del Papa Francisco y su profunda capacidad para tender puentes y abrir nuevos caminos en la realización de una Iglesia en salida”, que siempre manda un mensaje el Miércoles de Ceniza, día en que se realiza la abertura de la Campaña en ámbito nacional y en la gran mayoría de las diócesis, aunque no en todas, porque hay obispos que rompiendo la comunión con sus hermanos en el episcopado no asumen e incluso se manifiestan contra la Campaña de la Fraternidad, alimentando así a estos grupos de la fachosfera católica.

Una caterva amparada por grupos mediáticos contrarios a la Iglesia que predica Francisco, “una Iglesia de los pobres y para los pobres en su lucha diaria contra las guerras, la indiferencia, el hambre y el dolor de los huérfanos y oprimidos”.