La presidencia de la Conferencia Episcopal Argentina ha lanzado este 28 de diciembre un mensaje en el que piden que 2023 sea un tiempo para hacer realidad “un nosotros que nos incluya y hermane a todos”.

Concebirnos a la luz del bien común

Los prelados comienzan recordando las palabras del Papa Francisco en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, que tendrá lugar este próximo domingo, 1º de enero, en el que el Santo Padre propone para este año “concebirnos a la luz del bien común, con un sentido comunitario, es decir, como un ‘nosotros’ abierto a la fraternidad universal (…) es hora de que todos nos comprometamos con la sanación de nuestra sociedad y nuestro planeta, creando las bases para un mundo más justo y pacífico, que se involucre con seriedad en la búsqueda de un bien que sea verdaderamente común.”

Recordando lo vivido en los últimos días, que han sido oportunidad para “celebrar juntos el inolvidable triunfo deportivo de la Selección nacional de fútbol”, los obispos han visto los acontecimientos vividos como una expresión de que “festejándolo supimos postergar diferencias y superar divisiones en la experiencia emocionante de una alegría común”.

Convivencia democrática

En esa perspectiva, la presidencia del episcopado argentino subraya de cara al nuevo año que comienza “que podamos renovar las actitudes y las disposiciones para la convivencia democrática, dejando de lado todo lo que acreciente las divisiones, ponga en riesgo la institucionalidad y postergue la discusión de los temas urgentes en relación con la pobreza, la deuda social, la educación y el crecimiento del país”.

Para ello señalan como condición imprescindible “superar la desmesura que nos lleva a agredir y descalificar a quienes no piensan como nosotros”. Analizando la realidad por la que pasa el país, los obispos afirman que “la crisis que vivimos exige para este nuevo año 2023, no pensar solo en preservar los intereses personales, partidarios y electorales, sino buscar decididamente, en el máximo respeto a la Constitución Nacional, aquellos consensos básicos que aseguren el compromiso para superar los urgentes problemas del país”.

Todo ello es puesto en las manos del Niño Jesús, nacido en la humildad del pesebre. A él le piden que “nos ayude a vivir el Espíritu de la Navidad que resuena en nuestro corazón y traiga la paz para este año nuevo que vamos a celebrar, porque Él mismo es nuestra Paz”.