Rumbo al Foro Mundial sobre los Refugiados de 2023 ACNUR y Consejo Latinoamericano y Caribeño de Líderes Religiosos ratifican compromiso con migrantes y refugiados
El Foro Mundial sobre los Refugiados de 2023 se realizará del 13 al 15 de diciembre en Ginebra y los preparativos se multiplican. De hecho, están previstos 12 eventos que marcarán la hoja de ruta para plantear los avances e iniciativas de los gobiernos como respuesta integral a la condición de los refugiados en el mundo
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y los representantes religiosos del mundo a través de la organización Religiones por la Paz formaron un Consejo Multirreligioso de Líderes
El objetivo de fortalecer los esfuerzos para favorecer entre otros aspectos la incidencia, la prevención de conflictos, la generación de procesos de reconciliación, la construcción de paz y la búsqueda de cohesión social en la población refugiada
El objetivo de fortalecer los esfuerzos para favorecer entre otros aspectos la incidencia, la prevención de conflictos, la generación de procesos de reconciliación, la construcción de paz y la búsqueda de cohesión social en la población refugiada
El Foro Mundial sobre los Refugiados de 2023 se realizará del 13 al 15 de diciembre en Ginebra y los preparativos se multiplican. De hecho, están previstos 12 eventos que marcarán la hoja de ruta para plantear los avances e iniciativas de los gobiernos como respuesta integral a la condición de los refugiados en el mundo.
Un Consejo Multirreligioso
Parte de esta labor de organización y planeación consiste en sumar voluntades para aumentar la incidencia en este plano. Por eso, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y los representantes religiosos del mundo a través de la organización Religiones por la Paz formaron un Consejo Multirreligioso de Líderes con el objetivo de fortalecer los esfuerzos para favorecer entre otros aspectos la incidencia, la prevención de conflictos, la generación de procesos de reconciliación, la construcción de paz y la búsqueda de cohesión social en la población refugiada.
Es un paso desde el Comité Ejecutivo del Consejo Latinoamericano y Caribeño de Líderes Religiosos y la Oficina Regional para las Américas de ACNUR que ratifica su compromiso de proteger la dignidad y los derechos de las personas que viven en condición de refugio y desplazamiento forzado en el hemisferio occidental, sin importar su estatus migratorio.
Un ideal que plantea en su etapa inicial diez desafíos entre los que aparece la necesidad de fortalecer los procesos de diálogo intergubernamental, para acordar políticas migratorias integrales, que incluyan la adopción de medidas que faciliten la movilidad migratoria laboral con un carácter regular, ordenado y seguro que proteja el derecho al trabajo en forma digna y garantice otros derechos laborales para los refugiados.
Albergues y programas de prevención
De acuerdo con los datos de ACNUR sobre las tendencias globales de desplazamiento forzado en 2022, el número de personas desplazadas por la fuerza en el mundo superó los 100 millones. Aumentar el número de albergues para suplir las necesidades de las decenas de miles de personas refugiadas o en tránsito a través del continente americano, particularmente en la frontera entre México y Estados Unidos o en otras zonas reconocidas por gran afluencia de migrantes constituye una prioridad.
Igualmente aparece como una necesidad el incremento de programas de prevención para combatir delitos transnacionales como la trata, el tráfico ilícito de personas y la explotación sexual comercial de menores de edad y mujeres. Tema que debe enfrentarse desde la revisión y adecuación de las legislaciones nacionales existentes y el fortalecimiento de los mecanismos de investigación y persecución de estas actividades ilícitas.
Frente al tema de incidencia el Consejo Multirreligioso de Líderes considera necesario impulsar políticas públicas de carácter integral que ayuden a mejorar los índices de inclusión social para los refugiados, superando situaciones como la marginación, la victimización y la pobreza. La meta es contribuir para que se garantice el acceso a los servicios sociales básicos, sin discriminación y a otros como la educación y la salud que deben ofrecerse más allá de la condición migratoria.