Ante diversas formas de vulneración Comisión de Pueblos Originarios del Celam: "Las comunidades estamos luchando solas, ante proyectos que ponen en riesgo nuestras vidas"
Brasil, Perú, Colombia y Ecuador; cuatro países en donde los pueblos originarios sufren distintas formas de vulneración contra sus derechos fundamentales
Comisión de pueblos originarios del Celam habla de una amenaza sistemática a la calidad de vida de los pueblos originarios del continente
Resultados obtenidos en la consulta popular de Ecuador constituyen una esperanza para los pueblos originarios ante las diversas presiones contra las comunidades, el territorio y la conservación de sus recursos
Resultados obtenidos en la consulta popular de Ecuador constituyen una esperanza para los pueblos originarios ante las diversas presiones contra las comunidades, el territorio y la conservación de sus recursos
La tesis inconstitucional del Marco Temporal en Brasil, la militarización y despliegue policial en las Comunidades de Palo Quemado y Las Pampas en Ecuador, además del atentado contra el entonces diácono Fredy Muñoz y el laico Eider Bototo en Colombia, son algunas de las situaciones que motivan el pronunciamiento de la Comisión de Pueblos Originarios del Celam. "Queremos expresarnos ante la situación de amenaza sistemática a la calidad de vida y a los derechos de los pueblos originarios de nuestra Amerindia," afirma el comunicado que abre con una insistencia que quedó plasmada en el aporte que los representantes de los pueblos originarios hicieron al Sínodo de la Sinodalidad.
Solidaridad y conciencia
"Las comunidades estamos luchando solas, ante proyectos que ponen en riesgo nuestras vidas, nuestra existencia, como pueblos". Ahora en ese mismo espíritu de sinodalidad la Comisión de pueblos originarios del Celam, expresa su sentir ante una realidad nuevamente adversa. "Nos preocupa la forma como crece la espiral de vulneraciones a los pueblos originarios," afirman recordando que han pasado cinco meses de la asamblea sinodal a la que asistieron agentes de los pueblos originarios de diferentes partes del continente y que sirvió en otras cosas para exponer diversos aspectos de su realidad socio-pastoral, lo lamentable es registrar que la situación persiste e incluso se hace más grave con el paso del tiempo.
“Desde la Comisión de Pastoral de Pueblos Originarios del CELAM queremos expresar nuestra solidaridad y apoyo a las comunidades afectadas de Ecuador, Perú, Colombia y Brasil, así como también a los diversos pueblos de nuestra Abya Yala, que están intentando hacerse escuchar y resistir ante otros proyectos de ley y megaproyectos que pueden poner en riesgo su vida, y la vida de nuestra Casa Común, la Hermana - Madre Tierra,” es la intención de la comunicación según ratifica Mons. José Hiráis obispo de Huejutla en Hidalgo-México y presidente de la Comisión.
“Queremos manifestar primero, nuestra solidaridad con los pueblos originarios de Ecuador Brasil, Perú y Colombia amenazados en este momento por la cuestión de la minería, la extracción de petróleo que daña el ecosistema y apoyar la misión de algunos obispos que han acompañado al pueblo en la defensa de su territorio”. Lo primordial agrega es “crear conciencia tanto en los miembros de los pueblos originarios, como en la población mestiza y religiosa, sobre la gran labor que tenemos para afianzar el cuidado de la casa común como lo expresa Laudato Si’ para que estemos unidos en la defensa de sus luchas por la tierra, el derecho al agua y el cese de la contaminación, entre otros aspectos”.
Pueblos sufrientes
En febrero, los asistentes a la asamblea sinodal hablaron de la realidad de los pueblos originarios caracterizada por el incremento de actividades ilícitas, el riesgo en la defensa de las comunidades y sus territorios, evidente en el incremento de líderes y lideresas amenazados por grupos criminales, empresas y a veces, por los mismos gobiernos. Para citar un solo ejemplo de esta realidad, la Comisión se refiere a casos puntuales como el de Brasil y el Marco Temporal frente al que afirman “revierte décadas de lucha por la demarcación de territorios a los pueblos y se pide que la Suprema Corte de Justicia reafirme el derecho originario de los pueblos indígenas en el juicio del RE-1.017.365/SC”.
Mientras que en Ecuador se plantea la “reforma el Código del Ambiente que confunde el proceso de consulta ambiental, con la consulta libre, previa e informada que está salvaguardada por la Constitución y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo – OIT”. Muestra de ello es lo vivido por las comunidades de Palo Quemado y Las Pampas de la diócesis de Latacunga que del 9 al 23 de julio sufrieron procesos de militarización y despliegue policial en un gesto que la comunidad interpretó como una presión, para intentar silenciar los pronunciamientos de la gente que estaba en total desacuerdo con la implementación del decreto 754.
“Estos territorios son principalmente agrícolas, por lo que tienen una posición de no permitir el ingreso de proyectos mineros que atenten contra el agua y la tierra. La intimidación y el uso de la fuerza para imponer decretos, no es el camino para salvaguardar el futuro de todos,” asegura la comisión. Igualmente está el caso colombiano y los sucesos del 2 de julio, cuando un atentado en el municipio de Caldono – Cauca, afectó directamente al entonces diácono Fredy Muñoz y el laico indígena Eider Bototo. Ambos se salvaron tras recibir 36 impactos de bala contra el vehículo que se transportaban después de celebrar de una Vigila con la comunidad del Pueblo Nasa que se presume iba dirigido contra el sacerdote Javier Porras, párroco de la Iglesia de San Lorenzo de Caldono.
Caldono ha sido territorio afectado históricamente por la presencia de grupos al margen de la ley, particularmente por los grupos guerrilleros que ya en 2014 habían hecho 248 incursiones armadas y cerca de500 hostigamientos contra la población civil y buscan atentar contra los líderes que ayudan a la población en su mayoría indígena a resistir y evitar situaciones como el reclutamiento de menores para sus filas. De ahí, que la Comisión reconozca la misión de Mons.Giovanni Paz obispo de Latacunga y Omar Sánchez arzobispo de Popayán, así como a los “equipos misioneros de hombres y mujeres que acompañan a estas comunidades, que son ejemplo de una Iglesia que camina junto a su pueblo buscando la justicia y la paz”.
Semillas de esperanza
Pese a las diversas causas de sufrimiento para los pueblos originarios del continente, la comisión no olvida los hechos que reavivan la esperanza de quienes habitan estos territorios, por lo que la comunicación cierra saludando al pueblo ecuatoriano en relación a los resultados de la reciente consulta popular. “Felicitamos al pueblo hermano de Ecuador y su consulta popular que garantiza la no explotación del Bloque ITT del Parque Nacional Yasuní y la prohibición de la explotación minera en el Chocó Andino el pasado 20 de agosto del presente año, y la actitud profética de la Red Eclesial Panamazónica - Ecuador que acompaña la realidad socio pastoral de este territorio,”
Con estas prioridades el trabajo de la Comisión de Pueblos originarios de Celam continúa, para Mons. Hiráis “contar con representantes de pueblos originarios de todo el continente les ha permitido trabajar poco a poco por el cuidado de la casa común, conscientes de que se trata de un proceso que debe fortalecerse desde la formación en las casas religiosas, los seminarios y la catequesis; “porque en tanto luchemos por la dignidad de nuestra casa común, lograremos dignidad para el ser humano,” afirma.
Desde esta instancia la meta es impulsar la conversión ecológica, es decir, promover un nuevo estilo de vida que nos lleve a dejar de contaminar o hacer daño a la tierra, compartiendo el sentir de los agentes pastorales, haciendo que sus luchas por la tierra y de todo el ecosistema sean de todos. Ante la proximidad de la primera sesión de la Asamblea del Sínodo de la Sinodalidad, el presidente de la comisión de pueblos originarios confía en la incidencia de los aportes recogidos en Latacunga y compartidos en las asambleas regionales pues representan el compromiso de los pueblos originarios con la obra de evangelización de la Iglesia.