Celam convoca a delegados de episcopados en Lima Encuentro de la Región Bolivariana: Análisis de realidad define dolores y esperanzas de la Iglesia

El Celam evalúa necesidades de los episcopados para dar pasos concretos hacia la construcción de una Iglesia que responda a los clamores planteados de la Asamblea Eclesial y el documento final del Sínodo
Mons. Lizardo Estrada, insite en impulsar la descentralización del organismo y caminar con apertura
El primer encuentro regional se efectuó en San José de Costa Rica y reunió a 43 delegados de los países de Centroamérica y México
El primer encuentro regional se efectuó en San José de Costa Rica y reunió a 43 delegados de los países de Centroamérica y México
Comenzó el Encuentro Regional de los países Bolivarianos. Del 10 al 13 de marzo más de 30 delegados de los episcopados de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia se reúnen por convocatoria del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño en la casa de retiros Santiago Apóstol de Lima.
Se trata de la segunda reunión de estas características que de acuerdo con la agenda del organismo para 2025, le permitirá conocer las necesidades pastorales de los episcopados y dar pasos concretos para fortalecer la construcción de una Iglesia continental que pastoralmente, responda a los clamores planteados en la Asamblea Eclesial y el documento final del Sínodo.

Caminar con apertura
Monseñor Lizardo Estrada, secretario general del Celam, presidió la sesión inaugural. En su intervención recordó que los Encuentros Regionales invitan a reconocer al Señor en la Palabra, en nuestros hermanos y la realidad concreta de las Iglesias locales.
Trayendo a la memoria el documento de Renovación y Reestructuración del Consejo Episcopal, el obispo auxiliar de Cusco insistió en la necesidad de impulsar la descentralización del organismo y caminar con la suficiente apertura para "dejarnos encontrar por Él, abrir nuestra experiencia a los demás, para que sea Él quien a través de su Palabra, nos impulse para hacer realidad el Proyecto de Dios, lo que implica enriquecer la vida de nuestros pueblos y trabajar para permear y fecundar nuestra experiencia de comunidad, siendo discípulos que compartan el pan y salgan a anunciarlo".
Itinerario que según el obispo peruano “es profundamente sinodal es un camino de comunión, participación y misión”.

Superar el aislamiento
Por su parte, Mons. Antonio Santarsiero Rosa, secretario general del episcopado peruano y anfitrión del encuentro, destacó el proceso que desde su perspectiva "ayuda a propiciar la comunión y ratifica que en la Iglesia no podemos trabajar de forma aislada, convirtiéndose en una oportunidad para compartir diversas experiencias eclesiales y realidades positivas o adversas”.
En esta línea, el también obispo de Huacho abogó para que el Espíritu Santo conduzca el encuentro y ofrezca su luz a los participantes, logrando que este sea un momento para fortalecer los lazos y dar impulso a la misión.
De hecho, tomando como base el primer encuentro regional que se efectuó en San José de Costa Rica y reunió a 43 delegados de los países de Centroamérica y México, la agenda del segundo encuentro se presentó como una propuesta dinámica con variedad de actividades que fueron acompañadas por un equipo de personas que integran diferentes dependencias del Celam.
Así, durante la primera jornada del Encuentro regional para los países bolivarianos, la oración fue la base de estas actividades. Espacio que ayudó a propiciar el discernimiento de los asistentes sobre los dolores y esperanzas de la región. Una apuesta que de la mano del abogado Aldo Vásquez sirvió para dialogar y presentar las problemáticas que afectan la vida de sus habitantes, situaciones que interpelan la acción pastoral de la Iglesia.

Dolores que interpelan
Sobre el tema el padre Enrique Ulloa de la Conferencia Episcopal ecuatoriana resaltó la importancia de “escuchar a otros, porque así nos encontremos ante realidades semejantes la óptica de cada uno, siempre será diferente y enriquecedora”. Se trata de retos difíciles de enfrentar que a la vez adquieren un carácter de tarea urgente para la Iglesia que tiene el deber de llegar a todas esas realidades, iluminarlas y transformarlas en alegrías.
Teniendo en cuenta que este primer día, analizó las problemáticas de la región, Ulloa dijo que en su grupo aparecieron con insistencia realidades como la profunda crisis de gobernabilidad que afecta a varios de los países de la región, los ataques contra la casa común, el narcotráfico y la trata de personas.
Dolores recurrentes que instituciones eclesiales acogen, escuchan y acompañan incluso ante las graves heridas de quienes los padecen, por lo que invitan a darle un justo protagonismo a los jóvenes y las mujeres que sorprenden y son ejemplo de cambio al interior de la Iglesia.
Protagonismo que además de percibirse con su presencia en cargos determinantes también deben dejarse sentir en el liderazgo que asumen en los diferentes países de la región, “constituyéndose en oportunidades para avanzar con prácticas sencillas pero determinantes que hagan presente su camino de adhesión a la propuesta del Papa Francisco y reconozcan en la Iglesia un instrumento para la construcción de la sinodalidad”.
De acuerdo con el Padre Ulloa en su caso “la Iglesia ecuatoriana está llamada como todos los países a contribuir en el continente, para ser un instrumento de luz, sal, y bien; para que en donde se encuentren se puedan ser reconocidos como la Iglesia de las periferias, siempre dispuestos a salir de la comodidad para ir en busca de la oveja perdida que sufre y está a la espera del apoyo que solo puede venir de quienes animan la tarea diaria de la Iglesia.