Al cierre de la Reunión del Comité Ampliado Rafael Cob: "La REPAM debe tejer lazos y alianzas que multipliquen la esperanza de nuestros pueblos"

Mons. Rafael Cob: "La REPAM debe tejer lazos y alianzas que multipliquen la esperanza de nuestros pueblos"
Mons. Rafael Cob: "La REPAM debe tejer lazos y alianzas que multipliquen la esperanza de nuestros pueblos"

A diez años de misión el Vicario Apostólico de Puyo en Ecuador, insistió en la necesidad de volver a las raíces

La misión de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) es defender la vida de la tierra y los derechos de los pueblos

"Es necesario fortalecer el protagonismo de los jóvenes y las mujeres, priorizando acciones, núcleos, sistematizando procesos y manteniendo la sinergia entre quienes conforman el bioma amazónico"

¿Qué es la REPAM? ¿Para qué existe? ¿Cómo camina y trabaja? Tres preguntas que orientan la reflexión sobre su identidad tras una década de trabajo. Interrogantes que fueron planteados por Mons. Rafael Cob presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), durante la clausura de los trabajos del Comité Ampliado y el Encuentro del Núcleo de Derechos Humanos e Incidencia Política.

Una ceremonia en la que el prelado insistió en la necesidad de volver a las raíces. "10 años que han sido de ir tejiendo esta Red de sueños e ilusiones que van naciendo en esta tierra amazónica y se van haciendo realidad al soñar juntos, en camino sinodal, compartiendo las penas y alegrías del camino; así como la lucha por defender la justicia y sembrar la paz," afirmó.

Comité Ampliado de la REPAM

Fuente de vida

De acuerdo con su plan pastoral, la misión de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) es defender la vida de la tierra y los derechos de los pueblos que la habitan ante realidades como la deforestación, los procesos agroindustriales, el cambio climático y los efectos del extractivismo que alteran y truncan los proyectos de vida de miles de personas.

"Todo ello exige de nosotros, una respuesta para no cerrar los ojos ante esta realidad, para no pasar de largo, sino que seamos ese buen samaritano que se solidariza con el dolor del hermano. Se trata de ser el profeta que levanta la voz para denunciar la injusticia que sufren nuestros pueblos y nuestra tierra," consciente de lo difícil que puede resultar ser fuente de alegría cada día,  esperanza para esta tierra y al interior de la misma Iglesia, por lo que invitó a ser cauce de vida en medio de la ambición humana, respondiendo así al llamado del Papa Francisco.

Un instrumento de armonía en medio del poder que se corrompe por la soberbia del hombre, el deseo de querer ser como dioses cuando somos creaturas, amos y dueños cuando debemos ser servidores y administradores de la herencia que se nos ha confiado.

Comité Ampliado de la REPAM

Compartir lo vivido

Ante la fuerza de ídolos como el dinero, el prestigio y el poder, el prelado abogó por un trabajo en unidad, porque desde su experiencia poco se consigue en "la lucha solitaria frente a estos gigantes a los que nos enfrentamos y que hoy nos desafían y quieren callarnos o arrinconarnos queriendo comprar con su dinero nuestra libertad, la riqueza de los pobres y la conciencia de los indefensos".

Para el prelado la solución pasa por la unidad y la apertura. "Necesitamos la espiritualidad sinodal de una Iglesia pueblo de Dios, un pueblo de hermanos que caminan juntos guiados por el mismo Espíritu". Por eso, considera que "la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) debe fortalecer su tarea de tejer lazos y alianzas que multipliquen la esperanza de nuestros pueblos y el cuidado de la Casa común".

Mencionando algunos fragmentos de la Palabra de Dios, insistió en la gran tarea de los misioneros que llevan la buena noticia del Evangelio allá donde no la conocen y que en el caso de los presentes es una viva exhortación "debemos llevar al Red Eclesial Panamazónica (REPAM) donde no la conocen".

En igual medida recordó la historia que en el Evangelio habla del administrador acusado de derrochar los bienes y a quien el amor le pide cuentas, apareciendo de manera latente esa advertencia que no podemos olvidar y que Jesús hizo en otros momentos: "Sed mansos como palomas y astutos como serpientes".

Al respecto, Mons. Cob habló de la necesidad de agradecer lo vivido en las deliberaciones del Comité Ampliado y el Encuentro del Núcleo de Derechos Humanos. “Hemos podido ver la realidad, compartiendo nuestro vivir, allá donde trabajamos. Debemos seguir comunicando lo que hacemos y pensamos en pro del bien común,”agregó.

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El mandato del Sínodo 

Jornadas de las que destacó la evaluación del trabajo de los núcleos de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) con sus fortalezas y debilidades. “Hemos escuchado las propuestas y sugerencias para seguir el mandato del Sínodo Panamazónico, la necesidad de la conversión como eje trasversal de nuestras vidas en las diferentes dimensiones: social, cultural, ecológica y pastoral, buscando vivir una ecología integral como respuesta global a los desafíos emergentes de nuestro mundo y nuestra tierra”.

En ese sentido el Vicario Apostólico de Puyo en Ecuador, habló de la importancia de “seguir acompañando la vida de nuestros pueblos en sus territorios y que ellos sean los protagonistas de su historia y su vida”. Para lograrlo dijo que es necesario fortalecer el protagonismo de los jóvenes y las mujeres, priorizando acciones, núcleos, sistematizando procesos y manteniendo la sinergia entre quienes conforman el bioma amazónico.

Objetivo que en su opinión podrá alcanzarse a través de “estrategias para crear conciencia y dar a conocer a los obispos la existencia de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), la importancia de apoyarla y conocer su trabajo pensando en avanzar en un diálogo intercultural con rostro amazónico.

El prelado cerró su intervención, confiando en que los asistentes al Encuentro del Núcleo de Derechos Humanos y el Comité Ampliado, regresen a su entorno fortalecidos y convencidos de que la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) es un instrumento de evangelización en la Iglesia para que el Reino de Dios se haga realidad con la vivencia de la paz, la justicia el amor y la verdad. Pilares que sostienen la mesa de la fraternidad y la solidaridad.

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