Un año más nos acercamos al tiempo de Adviento, un tiempo que habla de esperanza, de tener los ojos abiertos, de estar preparados para no perder la oportunidad de ser lo que somos, de poder ser lo que Dios espera de nosotros. Adviento es una llamada a no perder la alegría, a vivir siempre como quien recibe la visita más esperada, aquella que llena la vida y el corazón humano.
Nos dice el evangelio de Lucas en esta semana que reconocer la venida de Dios en nuestra vida viene anticipada de unas señales. Recuerdo una película que mostraba cómo Dios quería mostrarse al hombre y sus señales eran aquellas que vemos, tocamos e incluso creamos nosotros mismos. Se hacía presente a través de las otras personas, pero la falta de fe hacía que no fuese una lectura apropiada; pues de igual forma,
nosotros estamos llenos de señales de Dios que quieren hacernos ver que Dios aún sigue buscándonos y quiere llegar al encuentro con el ser humano. “Estad en vela” muestra una actitud de seres esperanzados… los que esperan son los que están convencidos de la llegada de Dios. Y ello podremos saberlo cuando vivamos de verdad la cercanía con el otro, la acogida, la escucha y el amor hacia los hermanos. Esta es la señal más clara que puede tener el ser humano, amar a su hermano.
Texto: Hna. Conchi García. Foto: Hna. Gemma Morató