“No juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios.” (1Cor 4,5). Se acerca el día por el cual nos hemos ido preparando durante el tiempo de Adviento. Sabemos lo que hemos ido viviendo, y es ese camino recorrido el que nos acerca a celebrar el nacimiento del Hijo de Dios ¿Cómo lo recibiremos?. Hace pocos días nació el hijo de una amiga ¡qué buena noticia! Una nueva vida que abre sus ojos al mundo, que viene para traer alegría, para “cambiar la vida”, para ser amado. ¡Cuánta ternura en tanta pequeñez! Dan ganas de cogerlo en brazos….una bendición de Dios que llega a un nuevo hogar. ¿Qué cambiará en nosotros esta Nochebuena? Depende de nosotros mismos y ojalá que dejemos que venga el Señor, que nazca en nuestro corazón. Salgamos a su encuentro, vayamos a visitarlo porque ya nos espera con los brazos abiertos.
“Ya llega la plenitud del tiempo, en la que Dios envía a su Hijo a la tierra” (Gál 4,4).Texto: Hna. Ana Isabel Pérez.