Fiesta de la Presentación
“Una tradición muy antigua cuenta que, cuando la Virgen María era muy niña, sus padres, San Joaquín y Santa Ana, la llevaron al templo de Jerusalén y allá la dejaron por un tiempo, junto con otro grupo de niñas, para ser instruida muy cuidadosamente respecto a la religión y a todos los deberes para con Dios.
El Protoevangelio de Santiago dice también: 'Cuando la niña tuvo tres años, Joaquín dijo: llamen a las niñas hebreas de raza pura y que cada una lleve una lámpara que no se apague. La niña no deberá tornar a otro lado; y su corazón no se fijará en nada fuera del Templo del Señor. El sacerdote acogió a la niña y la presentó en sus brazos... Hizo sentar a la niña en la tercera grada del altar. Y el Señor hizo descender sobre Ella, su gracia. Y levantándose en sus pies, se puso a danzar, frente a toda la casa de Israel. Los padres regresaron del Templo llenos de admiración y alababan a Dios. La niña no había vuelto cabeza... María habitaba en el Templo del Señor como una paloma'. En este relato leemos que María elige al Señor, toma una decisión, se sabe un “ser ofrecido a Dios”, se sitúa al servicio de Dios. En estas señales visibilizamos el misterio de la Presentación. Así en la larga historia de la vida religiosa y en centenares de Congregaciones, María tiene una caracterización espiritual dominante, son varias las que quieren imitar a María a partir de su Presentación en el Templo del Señor" (Hna. Gemma Morató; www.dominicaspresentacion.com).
Desde hace años, es tradición en la Congregación que en este día cada hermana renueve los votos religiosos de obediencia, pobreza y castidad. Es un recordar nuestra profesión religiosa, renovar nuevamente nuestro SÍ al Señor, que nos sigue seduciendo. Es el sí de cada día, del hoy y también en la esperanza del mañana desde el camino de fidelidad que queremos seguir viviendo “Nuestra profesión, respuesta al amor de Cristo, nos compromete también las unas en relación con las otras: la obediencia nos hace comulgar juntas en la búsqueda y realización de la voluntad de Dios; la pobreza nos lleva a compartir lo que somos y tenemos; la castidad nos hace vivir en la amistad de un corazón libre” (Constitución nº3).
Que el Señor siga conduciendo nuestras vidas desde la fidelidad al carisma de Marie Poussepin y llame a otras a aumentar la familia de la Presentación ¡Feliz fiesta!
“ME HAS SEDUCIDO, SEÑOR,
CON TU MIRADA.
ME HAS HABLADO AL CORAZÓN
Y ME HAS QUERIDO.
ES IMPOSIBLE CONOCERTE
Y NO AMARTE.
ME ES IMPOSIBLE AMARTE”
Y NO SEGUIRTE.
¡ME HAS SEDUCIDO, SEÑOR!
Hna. Ana Isabel Pérez.