Fin de año

2019
Llegó el fin de año, este 31 de diciembre ya se nos escapa, se despide y alguien me decía que es un día para agradecer por tanto vivido pero también que le da pena, porque si es bien cierto que se han vivido muchas cosas también hay tristeza por los que no están. Sí, es bien normal que pensemos en las personas que forman parte de nuestra vida, que sabemos están en lo más hondo de nosotros mismos, en el corazón que late desde el Amor.

Las agujas del reloj nos indicarán en este día un cambio de año. Un día acaba y con él tantas experiencias vividas. Y el nuevo día que nos marcará el reloj en esta noche, desde su primer segundo brotará la alegría desde los buenos deseos por estrenar, ver y palpar en nuestras vidas un nuevo año. Una página en blanco que irá recibiendo la tinta de lo que está por vivir, el deseo de poderlo escribir. Qué alegría iniciar un nuevo año, quizás nos gustará más el número impar o el par, eso no es lo importante si no más bien cómo queremos vivirlo.

Será noche de alegría, fiesta y alboroto que nos llevará a un nuevo amanecer, una nueva oportunidad de dad gracias a Dios por la vida que sigue latiendo, por los días que nos regalará, por las oportunidades que nos dará incluso desde nuestra propia fragilidad para amar. Sí, es momento de desearnos un ¡Feliz año 2019!, la alegría brota del corazón y es ahí donde el Niño-Dios nacido en Belén, ahora tiene que seguir caminando junto a nosotros. El ayer ya pasó pero no desde el Dios que sale a nuestro encuentro cada día. Estrenemos nuevo año alegrándonos en el Señor.

Texto: Hna. Ana Isabel Pérez
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