Gente que suma
La respuesta la tenemos que dar cada uno y es ahí donde nos toca encontrar el verdadero sentido y no sólo se trata de unas fechas concretas. Ojalá que no nos quedemos tan solo en abrir la botella de champán, en el ruido de descorcharla y la alegría del brindis, en lo efímero, sino que también tengamos la capacidad de saberlo saborear junto a gente que suma en nuestra vida. Son esas personas con las que el tiempo parece que vuele, disfrutamos de verdad, compartimos desde lo que somos, nos entendemos, etc.… esas que sabemos que no restarán en nuestra vida y que siempre estarán. Ante las que si nos preguntan cómo estás, ya saben la respuesta porque nos lo ven en la mirada o sencillamente nos sale más fácilmente compartir realmente lo que se vive. Puede ser que no sean muchas, pero seguro que lo suficiente para que reconozcamos el regalo de poder contar con ellas, de ser luz en el camino de la vida, porque están en los bonitos amaneceres y en las noches de tormentas, y en todo ello, esos abrazos que recibimos y damos, no tienen precio ni los visualizaremos en campañas publicitarias porque estarán los 365 días de este año y del siguiente a nuestro lado, en nuestro corazón.
“Si el amor nos hiciera poner
hombro con hombro,
fatiga con fatiga
y lágrima con lágrima.
Si nos hiciéramos uno.
Unos con otros.
Unos junto a otros.
Por encima del oro y de la nieve,
aún más allá del oro y de la espada.
Si hiciéramos un bloque sin fisura
con los seis mi millones
de rojos corazones que nos laten...
¡qué hermosa arquitectura
se alzaría del lodo!” (Angela Figueira Aymerich)
Texto: Hna. Ana Isabel Pérez.