Hazle un regalo

San José
Hemos llevado días escuchando en los medios de comunicación que se acercaba el día del padre, con el mensaje: “hazle un regalo”, sin duda, una buena publicidad que obtendrá “frutos económicos”. También estaba en una tienda y una mamá le decía a la hija que buscara el regalo que le haría a su padre, me gustó esa conversación y ver la ternura de esa niña ya hacia su papá. Todo ello me llevó en primer lugar a decirme: el mío está en el cielo. Desearía poder llamarle e incluso hacerle un regalo, aunque fuera dentro de lo comercial y no estoy en contra de ello, porque cada uno sabe lo que pone en los gestos y un regalo siempre es señal de donación de una parte, expresión de un cariño hacia otra persona sea el motivo que sea o bien el día en que se haga.

Más allá de todo esto, pues algo en mí me abre a pensar en los regalos que durante su vida mi padre me hizo. Muchos están ahora presentes haciendo memoria, otros imposibles de recordar, porque desde el primer momento que me tuvo entre sus brazos, que me dio el primer beso, me amó…todos ellos están en mí y me acompañarán siempre. Recuerdo como un pastel fue el último regalo que me hizo en esta tierra y fue el gesto de amor más grande de mi papá, que llevo clavado con dulzura en el corazón. Estando con él en la cercanía de su entrada a la vida eterna, llegó el día de aniversario de mi profesión religiosa ¡10 años! Y estando en cama prácticamente imposibilitado, pidió a mi mamá que comprarán unos dulces para el café y celebrármelo, sabía que me gustaban. Se levantó con dificultad para ese momento en familia con mis padres y hermanos. Mi papá me hizo ese gran regalo, pero nos lo hizo a todos y fue el del Amor, porque a pesar del dolor y sufrimiento, fue capaz de ir más allá, de pensar en los que amas de verdad, de entregarse, de estar con los que amaba. Siempre hay un último beso, abrazo pero sabemos que en la vida solo el amor permanece.

Por San José, celebré el día de mi papá (se llamaba José) y también el de mi tío Paco, sin duda, que siguen estando en nuestros corazones y les hice mi regalo recibiendo en el corazón nuevamente los suyos que estuvieron siempre llenos de amor y ternura en la tierra y desde el cielo nos siguen queriendo y velando por nosotros. ¡Gracias Señor por el padre y tío que nos regalaste! ¡Tenemos dos buenos padres en el cielo! Gracias por los papás que celebran esta fiesta con el mejor regalo que la vida les da, el Amor.

Por intercesión de san José, te pedimos por los padres de familia, que sean en sus hogares una imagen de tu rostro. “Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor y no a los hombres: sabiendo que recibiréis del Señor en recompensa la herencia. Servid a Cristo Señor” (Col 3, 23-24). Texto: Hna. Ana Isabel Pérez.
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