Hazle un regalo
Más allá de todo esto, pues algo en mí me abre a pensar en los regalos que durante su vida mi padre me hizo. Muchos están ahora presentes haciendo memoria, otros imposibles de recordar, porque desde el primer momento que me tuvo entre sus brazos, que me dio el primer beso, me amó…todos ellos están en mí y me acompañarán siempre. Recuerdo como un pastel fue el último regalo que me hizo en esta tierra y fue el gesto de amor más grande de mi papá, que llevo clavado con dulzura en el corazón. Estando con él en la cercanía de su entrada a la vida eterna, llegó el día de aniversario de mi profesión religiosa ¡10 años! Y estando en cama prácticamente imposibilitado, pidió a mi mamá que comprarán unos dulces para el café y celebrármelo, sabía que me gustaban. Se levantó con dificultad para ese momento en familia con mis padres y hermanos. Mi papá me hizo ese gran regalo, pero nos lo hizo a todos y fue el del Amor, porque a pesar del dolor y sufrimiento, fue capaz de ir más allá, de pensar en los que amas de verdad, de entregarse, de estar con los que amaba. Siempre hay un último beso, abrazo pero sabemos que en la vida solo el amor permanece.
Por San José, celebré el día de mi papá (se llamaba José) y también el de mi tío Paco, sin duda, que siguen estando en nuestros corazones y les hice mi regalo recibiendo en el corazón nuevamente los suyos que estuvieron siempre llenos de amor y ternura en la tierra y desde el cielo nos siguen queriendo y velando por nosotros. ¡Gracias Señor por el padre y tío que nos regalaste! ¡Tenemos dos buenos padres en el cielo! Gracias por los papás que celebran esta fiesta con el mejor regalo que la vida les da, el Amor.
Por intercesión de san José, te pedimos por los padres de familia, que sean en sus hogares una imagen de tu rostro. “Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor y no a los hombres: sabiendo que recibiréis del Señor en recompensa la herencia. Servid a Cristo Señor” (Col 3, 23-24). Texto: Hna. Ana Isabel Pérez.