El próximo domingo, 24 de junio, la Iglesia celebra la fiesta de San Juan Bautista. María, va presurosa al encuentro de su prima Isabel que avanzada en edad espera un hijo. Se encuentran dos mujeres, una joven y una ya mayor que se hallan en la misma circunstancia: Van a ser madres. Los dos pequeños se saludan desde el seno de sus madres.
Juan salta de gozo al sentir la presencia del que será el salvador de su pueblo. Jesús se encuentra ante el que va a ser su precursor. Irá ante él a preparar un camino recto, a rellenar los valles, a nivelar los terrenos y a proclamar la salvación que viene de lo alto (cfr. Lc 1 y 2).
Juan es el hombre que ama la verdad y ésta es la que le hará morir decapitado, porque en aquella época como en todos los tiempos, no todos aman la verdad y por hacerla callar matan sin escrúpulos (Cfr. Mc 6, 17 ss).
¡Qué figura tan grande la de Juan Bautista! De él dijo Jesús:
“Entre los nacidos de mujer no hay otro mayor que Juan” (Lc 7,28). S
olamente siguiendo la vocación a la que hemos sido llamados, si vivimos íntegramente, y a pesar de que ser fieles a la misma puede conducirnos a situaciones difíciles y hasta al peligro de morir, víctimas del cumplimiento de ser coherentes a nuestra vocación, seremos felices. Texto: Hna. María Nuria Gaza