Llevar el peso

Jesús a nuestro lado
El 25 de marzo, día de la Anunciación, se celebra la Jornada por la vida. María después de recibir el anuncio de que iba a ser la madre del Mesías corre presurosa a visitar a su prima Isabel, sin pensar en ella misma, ni en las dificultades del desplazamiento. Lleva ya en su seno su hijo.

Como todos hemos sido llevados en el seno de nuestras madres durante meses. ¡Qué gran misterio! Como reza el salmo 138: “Señor, tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente”. El cardenal Juan José Omella nos invita a recibir con amor y confianza el don de la vida. Una vida que nos viene regalada.

Todas las que son madres y las que no lo han sido, estamos invitados a llevar las cargas de los demás especialmente cuando vemos que el peso es superior a las fuerzas del otro. A semejanza de Jesús que cargó con nuestros dolores. Es una forma de inclinarse hacia el prójimo para ofrecer lo que nosotros tenemos, es un compartir lo que Dios nos ha regalado y que no tenemos que guardar para sí.

En ciertos momentos, este llevar el peso de los demás puede ser muy duro y puede que nos lamentemos como hizo Moisés en el desierto: “Moisés se quejó al Señor diciendo: ¿Por qué me tratas mal a mí que soy tu siervo? ¿Qué tienes contra mí que me has hecho cargar con este pueblo? ¿Acaso soy yo su padre o su madre que me pides que lo lleve en brazos como una nodriza?” (Nm 11,11-12).Pero en realidad el Señor no nos pide hacer lo que está por encima de nuestras posibilidades. Él camina a nuestro lado, es el buen samaritano.Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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