Hace poco celebré un año más de profesión religiosa. La verdad que ese día sigue bien vivo y recordarlo siempre es especial, aunque es cierto que cada día de seguimiento del Señor lo es o quizás tendría o tendríamos que vivirlo con más alegría. Hay fechas que están bien selladas en el corazón, que tienen una impronta que nos aportan algo más, oxigenan un poco más la propia vida que sigue latiendo junto al Señor.

Él que un día nos llamó, atrapó, tocó nuestro corazón y respondimos a su Amor, ayer y hoy. Qué bueno es aprovechar esas fechas que por sí solas nos hablan, nos llenan y nos hacen recordar haciendo presente en el hoy de nuestra vida que seguimos caminando, a veces con dificultades pero sobre todo desde la disponibilidad a seguir respondiendo al Señor en el hoy y ahora de lo que somos desde su gracia. ¡Gracias Señor por seguir conduciendo nuestras vidas! Gracias por tanto recibido, caminado, batallado….gracias por estar tan cerca y tan dentro. Gracias por tantos rostros que suman en mi vida y son ayuda para seguirte. Sigamos caminando juntos.

“Yo soy la luz del mundo, dice el Señor. El que me sigue no camina en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12)