Cuando vamos a realizar un viaje, de alguna manera nos preparamos, ello requiere de una organización e incluso nos puede alegrar y desear que llegue el día fijado. Acabamos de iniciar “el viaje del adviento”, ¡preparemos el corazón al Señor! Ahora tenemos en nuestras manos un tiempo de gracia. Es ahora que podemos cuidar y hacer el camino que nos llevará a la noche en que nos alegraremos todos en el Señor. Ante el nacimiento de un niño todo desprende ternura y la mirada es limpia, transparente, tanto que nos deja palpar el amor. En estos días he disfrutado con un grupo de niños haciendo unas fotos para navidad y de verdad que esas miradas limpias, los rostros felices, van calando dentro ¡regalo de adviento!. Llegan días también de preparativos de cara a vivir las fiestas navideñas, quizás nos llenemos de muchas cosas pero ojalá que no nos olvidemos de llenarnos espiritualmente para recibir el mejor regalo.
Buen camino de adviento y ojalá nazca en nuestro corazón ese Niño que nos haga tener una mirada limpia, empapada de su ternura y Amor. “Alegría de esperar
que está muy cercano el día.
En la carne de una Virgen
amanecerás, Señor.
Nos va a brotar un renuevo
que hará florecer la tierra.
Se encuentran dolor y gracia.
Ven, Señor, ven, Señor Jesús.
Cuidaremos el camino
para cuando al fin tú vengas,
vestido de nuestra carne.
Ven, Señor, ven, Señor Jesús. Amén.” (Himno)
Hna. Ana Isabel Pérez.