Pedid y se os dará

Dar
Hay imágenes que podemos recordar porque en ellas algo nos llamó la atención, nos interesó o incluso pudo marcarnos, pero sin duda que nos hablan. Ahora tengo la imagen de dos personas que iban caminando tranquilamente, metidas en su conversación, cuando de repente alguien detuvo aquellos pasos y les pidió que le compraran algo de comer. En ese momento todo pasó rápido, alguien te sorprende y te pide algo que no esperas…aquellas personas respondieron afirmativamente a la petición: “Tengo hambre, dame de comer…”.

Las montañas se alcanzan poco a poco, con pequeños pasos y perseverancia… Quizás no escalemos nunca ninguna pero sí que aunque a veces parezca poco lo que se hace o se pueda aportar, para otra persona puede ser más de lo que creemos que estamos dando.

A veces un sencillo gesto puede ayudar a alguien que lo necesita, lo importante y lo que Dios ve siempre, es lo que hay dentro de nosotros, el amor que nos mueve a ir hacia los otros y saber palpar situaciones que fácilmente pueden pasar desapercibidas o bien podemos pasar tranquilamente sin comprometernos, quizás pensando en que otro ya ayudará.

Que el Señor nos ayude a través de su Palabra, a estar atentos, saber ver y poner luz allí donde alguien lo necesite.

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Cuando el Hijo del hombre venga, en su gloria, acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme". Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?". Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis". Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis". Entonces dirán también éstos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?". Y Él entonces les responderá: "En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo". E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.” (Mt 25,31-46).


Hna. Ana Isabel Pérez.
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