Tiempo de gracia... Sigamos
Es hora de vaciarse, de hablar más con el Señor, de dejarse tocar más por Él, es sencillamente, ponernos ante Dios y decirle: “Ya sabes lo que soy… sigamos”.
| Gemma Morató / Hna. Ana Isabel Pérez
Esta semana he reservado en la agenda unos días para intentar ponerme más en las manos del Señor. Por delante unos días de silencio, de oración, de ir sin prisas… donde el tiempo parece que se pare y es ahí donde se aprecia tanto la dicha de poder disponer de éste tiempo gratuito. Son días también exigentes, apasionados, que te llevan a adentrarte allá donde en muchas ocasiones no gusta entrar o cuesta hacerlo en profundidad. Ahora no hay excusas, ni ruido exterior, es momento de hacer silencio interior para encontrarse con una misma y hacerlo junto con Jesús de Nazaret.
Este tiempo de gracia, lo es de oxígeno para el alma, es hacer un alto en el camino, toca repostar espiritualmente, intentar hacer algunos reajustes y continuar la marcha pero con más fortaleza, la que da cada día el Señor cuando le buscamos, le hacemos partícipe de todo cuanto vivimos.
Es hora de vaciarse, de hablar más con el Señor, de dejarse tocar más por Él, es sencillamente, ponernos ante Dios y decirle: “Ya sabes lo que soy… sigamos”. Con un aire nuevo, quizás experimentemos algo nuevo. Jesús está a mi lado, a tu lado. Él no nos suelta, nos conoce y somos su mejor tesoro. En sus manos, mi vida, tu vida. Ahora necesito su abrazo, la confianza del Amor que sigue latiendo, sigue caminando a su lado, en la certeza que sigue conduciendo la vida ¡Gracias Jesús, por tanto!
“Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros (Is 25,1)