Acabamos de empezar el tiempo de Adviento, tiempo que llamamos de esperanza y vigilancia, pero en realidad: ¿Qué esperamos, qué espero?
Cuando me pregunto qué esperas en este Adviento, mi respuesta sincera elude situaciones concretas, porque “esperas” más allá del día a día,... espero que el mundo cambie y mejore, que mi modo de ser y actuar sea mejor, espero saber abrir los ojos del corazón para ver más allá de todo aquello que ya veo, para reconocer a Dios presente.
Adviento es una llamada a vivir despiertos, vigilantes, para no sucumbir a la indiferencia, para no limitarme a mi pequeño mundo, para no hacer crecer las críticas, para despertar la esperanza. Si intento vivir cada día como un regalo de Dios que me pide dejar de centrarme sólo en mis pequeños proyectos, que quizás no son tan rectos como Dios me señala, en mis limitadas metas quizás demasiado egocéntricas.
Dios quiere que en este Adviento intente yo también como la Virgen responder: “Hágase en mi…” para ser plenamente feliz con lo que Dios me da.Texto: Hna. Carmen Solé.