¿Cuáles son las gafas que me faltan para reconocer el amor de Dios en mi día a día? Las gafas
Y pienso que muchos aspectos de la vida necesitan ser vistos con gafas nuevas, unas gafas que permitan contemplar los detalles que nunca deberíamos haber perdido, unas gafas que amplíen nuestra visión no solo física sino también la visión del corazón y del alma que nos permita mirar y ver cuánto nos rodea.
| Gemma Morató / Hna. Carmen Solé
Somos muchos los que por propia experiencia sabemos cómo unas gafas nos ayudan y nos mejoran en el día a día. Las gafas nos suelen permitir ver aquellos detalles que habíamos dejado de ver, porque nuestros ojos se habían cansado.
Hay quien las necesita siempre, otros solo para trabajos determinados que requieren mayor precisión. Pero hay también quien lleva gafas con los cristales oscuros siempre.
Si unos podrían ser imagen de quien intenta ganar en claridad, otros, parecen la imagen de aquellos que no desean ver cuanto ocurre a su lado.
Y pienso que muchos aspectos de la vida necesitan ser vistos con gafas nuevas, unas gafas que permitan contemplar los detalles que nunca deberíamos haber perdido, unas gafas que amplíen nuestra visión no solo física sino también la visión del corazón y del alma que nos permita mirar y ver cuánto nos rodea.
¿Cuáles son las gafas que me faltan para reconocer el amor de Dios en mi día a día? ¿Por qué siendo ya mayores no hemos conseguido aprender cómo Dios nos regala siempre lo que es mejor para cada uno?
Necesito quizás unas gafas constantemente nuevas, que me ayuden a mirar más que a ver y poder reconocer así las personas buenas que están a mi lado cada día como un regalo de la presencia de Dios y que me ayudan a ver a través de sus actos toda esta bondad infinita de Dios.
O quizás necesito unos buenos cristales que me ayuden a mirar más lejos de mi ámbito reducido y ver tantos signos de este amor divino y que están como escondidos entre los trabajos y las idas y venidas de cada jornada.
Porque Dios, como afirma San Mateo en el evangelio, siempre da cosas buenas a los que le aman, solo falta que yo con una buena graduación en mis gafas, sea capaz de reconocer que busco amar a Dios por encima de todas las cosas, amando a quienes Él mismo ha puesto a mi lado.