La pesca milagrosa

Pescador
Después de la resurrección los apóstoles vuelven a sus orígenes. Pedro dice: “Me voy a pescar” y los otros responden: “Nosotros vamos contigo”. Ellos que lo habían dejado todo parece que nada hubiera pasado. La pesca en aquella ocasión de momento fue nula. Después de pasar toda la noche bregando; gran decepción. Más de repente aparece en la orilla un personaje desconocido les ordena de echar las redes a la derecha de la barca y la pesca fue muy abundante. Era el Maestro que les ordenaba echar las redes.

También hoy Jesús nos dice echa las redes. Esta es una misión de todo cristiano proponer a Jesús, el hijo de Dios encarnado muerto y resucitado por amor a los hombres, para arrancarlos de las garras de la muerte y darles vida para siempre. El tiempo de cuaresma es un tiempo de oración, ayuno y limosna. Limosna no es sólo sacar dinero del bolsillo. Podemos dar nuestro tiempo, podemos compartir nuestras convicciones, nuestra fe. Esta es una buena práctica cuaresmal. No es un pescar en un sentido peyorativo sino lo que significa sacar del mar como lugar de caos para llevar a la luz los que viven en tinieblas y sombras de muerte. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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