"También los adversarios de Jesús no lo atacaron con argumentos sino con adjetivos: 'blasfemo y terrorista'" Carta a Salvador Sostres: "Temo que has hecho un gran daño a la causa que quieres defender, al diario ABC y al mismo Opus Dei"
Vista tu diatriba contra Francisco (en al ABC del pasado domingo), parece claro que estamos a años de luz uno del otro. Sin embargo, si ambos creemos en un Dios que es Padre de todos los hombres y en un Cristo que nos incluye a todos, eso significa que somos hermanos. Y dos hermanos cuando disienten, es mejor que se sienten a dialogar que no que se tiren piedras.
Temo que has hecho un gran daño a la causa que quieres defender, al diario ABC y al mismo Opus Dei
Querido hermano Salvador: no nos conocemos pero ambos somos (o queremos ser) cristianos. Te escribo además porque temo que alguno de los de mi cuerda conteste al escrito tuyo que quiero comentar, con una carta del mismo tono insultante y despectivo. Y acabemos dando la impresión de que la Iglesia no es más que un gallinero.
Vista tu diatriba contra Francisco (en al ABC del pasado domingo), parece claro que estamos a años de luz uno del otro. Sin embargo, si ambos creemos en un Dios que es Padre de todos los hombres y en un Cristo que nos incluye a todos, eso significa que somos hermanos. Y dos hermanos cuando disienten, es mejor que se sienten a dialogar que no que se tiren piedras.
Por eso creo que debemos comenzar dialogando no sobre el fondo sino sobre la forma de tu artículo. Y quisiera pedirte que pienses lo siguiente:
1.- Has hecho un gran daño a la causa que pretendes defender. He dicho y comprobado muchas veces que a una causa buena (y supongamos ahora que la tuya es buena) se le hace más daño defendiéndola mal desde dentro que criticándola desde fuera. He comprobado mil veces que cuando alguien recurre al insulto o a levantar la voz es porque teme inconscientemente que sus argumentos no tienen la fuerza que él quisiera. Si no compartes esta afirmación tienes un modo muy sencillo de refutármela: escribe otro artículo dando las razones de todas las afirmaciones gratuitas que das como evidentes en el artículo que comentamos. Pero coincidirás conmigo en que limitarse a decir que Francisco “no cree en Dios sino que lo usa para sus fines” y que es de poca talla intelectual, es un modo de argumentar más barriobajero que del barrio de Salamanca.
Coincidirás conmigo en que limitarse a decir que Francisco “no cree en Dios sino que lo usa para sus fines” y que es de poca talla intelectual, es un modo de argumentar más barriobajero que del barrio de Salamanca
2.- Creo también que has hecho un gran daño al diario ABC que, a pesar de su conservadurismo, siempre ha pretendido ser un diario educado y elegante. Supongo que accedieron a publicar tu escrito apelando a ese principio que hoy las izquierdas han deformado tanto, haciendo de la libertad de expresión un absoluto que la convierte en libertad para el insulto, libertad para la mala educación y libertad para la falta de respeto. Saliendo de nuestro tema ahí tienes las burlas a Mahoma en países tan “progres” como Suecia y Finlandia Precisamente porque Mahoma no nos atañe a ti ni a mí (aunque afecta a millones de seres humanos), podemos juzgar con más objetividad que esos insultos a Mahoma no son signos de civilización sino de barbarie.
3.- Y además creo que has hecho un gran daño a los hermanos del Opus Dei a quienes parece que querías defender. Precisamente en los momentos en que la Obra estaba dando un magnífico ejemplo de aceptación serena de la decisión papal, llegas tú y les rompes esa baza. Y hoy, cuando he intentado explicar eso a un interlocutor (que parecía de mi cuerda), me contesta que no, que todo está perfectamente planificado: que ellos se han propuesto decir palabras bonitas y pacificadoras de espíritu eclesial, mientras cuentan contigo para que lances las bombas. Comprende que esta hipótesis, si fuera cierta, todavía haría más daño al Opus: no solo por lo que parece encerrar de hipocresía redomada sino porque, al presentar esas actitudes obedientes y respetuosas, están reconociendo tácitamente que tienen algún valor: si no, no habrían recurrido a ellas. Con lo cual tendríamos otra vez aquella definición tan famosa: “la hipocresía es un homenaje del vicio a la virtud”. Estate tranquilo: si, como tú dices, el Opus es de veras “la élite”, lo será con prelatura y sin prelatura: como lo fue hace siglos Juan Crisóstomo, a pesar de que lo destituyeran de su diócesis. Y como lo fue Mary Ward, cuya obra tachó el papa Urbano VIII de "planta perjudicial para la Iglesia" y luego Pío XII la calificó de "mujer incomparable"...
Estate tranquilo: si, como tú dices, el Opus es de veras “la élite”, lo será con prelatura y sin prelatura: como lo fue hace siglos Juan Crisóstomo, a pesar de que lo destituyeran de su diócesis. Y como lo fue Mary Ward, cuya obra tachó el papa Urbano VIII de "planta perjudicial para la Iglesia" y luego Pío XII la calificó de "mujer incomparable"...
No quiero entrar para nada en el fondo de este asunto porque carezco de la información y de la reflexión suficiente. Esta carta solo quiere ser un comentario a la forma de tu artículo en el ABC. Un comentario que no quiere ser hiriente ni juzgar interioridades ni intenciones que solo Dios conoce. Precisamente por eso permíteme sugerir un elemental consejo de vida espiritual. Es muy típica del cristianismo la advertencia sobre la gran capacidad de autoengaño que tenemos los hombres. De ahí la práctica tan recomendada, y tan abaratada, del constante autoexamen: intentar bajar hasta lo más profundo de nosotros mismos y mirarnos desde allí. Ese descenso es posible y se va haciendo más real conforme lo intentamos. Si no conoces el diario de Etty Hillesum (Una vida conmocionada) la muchacha judía que murió en Auschwitz, te lo recomiendo mucho: porque ahí verás cómo poco a poco va cayendo en la cuenta de cuántas veces sus actitudes y conductas no obedecen a las razones que ella se daba sino a complejas redes de intereses y afectos que todos llevamos dentro y procuramos desconocer.
Y luego de eso una apelación a la paciencia. A santa Teresa se atribuye aquello de que “la verdad padece más no perece”. Por un lado y por el otro. Algunas de tus diatribas se parecían por el tono, a la forma como atacaban a san Pablo algunos cristianos del siglo I, de origen judío, a los que Pablo llama “superapóstoles”. Al final resultó que fue Pablo y no ellos, quien salvó el cristianismo para el mundo occidental. Y Pablo tendrá sus límites y necesitará ser completado (como lo necesitamos tú y yo). Pero eso es algo muy distinto de la desautorización global de aquellos superapóstoles. También los adversarios de Jesús no lo atacaron con argumentos sino con adjetivos: "blasfemo y terrorista". Así lograron crucificarlo; pero lo que no lograron es acabar con Él: aquí estamos tú y yo como muestra.
En fin hermano: el mayor testimonio que podemos dar los cristianos al mundo de hoy no es que seamos de izquierdas o de derechas sino que, siendo unos de derechas y otros de izquierdas, procuremos querernos y tratar de entendernos como hermanos.
Un abrazo, pues, que nos una más allá de lo mucho que nos separa. Que para algo somos ambos cristianos aunque algunos como este que te escribe, pertenezcamos a los que tú llamas patanes.
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