Los archivos de la Iglesia gala muestran cómo se ocultaron los abusos del religioso durante décadas Los obispos franceses tildaron al Abbé Pierre de "enfermo mental" y le trataron con descargas para "calmar sus pulsiones sexuales"
Una carta escrita en 1964 por el secretario general del episcopado galo admite cómo Pierre "pierde el control de sí mismo, sobre todo tras el éxito de sus libros", y admite la existencia de "mujeres jóvenes que quedaron marcadas de por vida" por los abusos sufridos por parte del religioso
En los archivos se encuentran 216 documentos sobre los comportamientos del religioso, con términos como "accidentes", "miserias morales", "hechos reprensibles" y un "estado anormal" que, visto lo visto, los obispos achacaban a una enfermedad mental del religioso
Los obispos franceses ya conocían los abusos del abbé Pierre, al menos, desde 1964, y lo consideraban "un enfermo mental", según algunas cartas encontradas en los archivos de la Iglesia francesa, abiertos después del informe que Emaús presentó el pasado mes de julio y que señalaba cómo al menos 24 mujeres (e, incluso, alguna niña) lo habían acusado de abusos sexuales.
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Tal y como adelanta Enric Bonet en Colpisa, citando a France Presse, una carta escrita en 1964 por el secretario general del episcopado galo admite cómo Pierre "pierde el control de sí mismo, sobre todo tras el éxito de sus libros", y admite la existencia de "mujeres jóvenes que quedaron marcadas de por vida" por los abusos sufridos por parte del religioso, fallecido en 2007 y considerado uno de los personajes más importantes de Francia en el siglo XX.
« Pour la période cruciale 1954-1958, elles [les archives d’Emmaüs] ont été expurgées. Il y a des trous sur des mois entiers, voire des semestres. »
— Elisabeth Philippe😼 (@EliPhilippe) October 11, 2024
Les 1eres alertes sur l’abbé Pierre remontent aux années 50.
Excellente enquête de @groussardverohttps://t.co/2hoeNWHMCd
"¿Resulta oportuno que esta persona sea venerada de esta manera?", se preguntaba en 1959 el obispo de Besançon, cuyo testimonio aparece en los archivos, después de que a mediados de los cincuenta varias mujeres se quejaran del comportamiento del abad durante un viaje a Estados Unidos. La situaciones se repitieron posteriormente en Canadá. En aquel momento, la Iglesia francesa obligó al Abbé Pierre a consultar a un psiquiatra en Suiza, donde lo sometieron a un tratamiento de electroschok para "calmar sus pulsiones sexuales".
No fue suficiente: durante aquellos años, varios obispos reclamaban ingresar al religioso en "una clínica o un asilo donde pasara el resto de su vida", e incluso se recomendaba enviarlo "a un país desnutrido, un hospital exótico o a un pueblo de leprosos". Durante años, tuvo un acompañante y se le prohibió confesar. Pero nada paró los actos del religioso, quien siguió agrediendo a mujeres, al menos, hasta el año 2000. Sin que nadie dijera nada.
