La religiosa japonesa aseguró haber recibido tres mensajes de la Virgen en 1973 Ha muerto Sor Agnes, la monja de las Revelaciones Marianas de Akita
"Si los hombres no se arrepienten y no se mejoran, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo mayor que el Diluvio, como nunca se ha visto. El fuego caerá del cielo y barrerá a la mayor parte de la humanidad, tanto a los buenos como a los malos, sin perdonar ni a los sacerdotes ni a los fieles", le dijo la Virgen
La monja de las Siervas de la Eucaristía a quien la Virgen confió en 1973 un mensaje llamando al mundo a la conversión, a la penitencia y a la oración, falleció en la fiesta de la Asunción
En 1984, el obispo local escribió que «no se podía negar el carácter sobrenatural». Desde 2002, la estatua de madera se conserva en el santuario de la Madre del Redentor
En 1984, el obispo local escribió que «no se podía negar el carácter sobrenatural». Desde 2002, la estatua de madera se conserva en el santuario de la Madre del Redentor
(AsiaNews).- En el día de la fiesta de la Asunción en Japón, falleció Sor Agnes Sasagawa, la religiosa que en 1973 experimentó las apariciones de Nuestra Señora de Akita, en la ciudad del mismo nombre, en la región de Tohoku. Sor Agnes falleció a los 93 años y era religiosa de la Orden de las Siervas de la Eucaristía.
Nacida en 1930 en el seno de una familia budista, conoció el cristianismo gracias al testimonio de una enfermera y, tras recibir el bautismo, optó por abrazar la vida religiosa. Era todavía novicia cuando, el 12 de junio de 1973, vio rayos de luz que salían del sagrario; unos días más tarde, una herida en forma de cruz comenzó a sangrar en su mano. La explicación de estos fenómenos le llegaría el 6 de julio, cuando oyó una voz que le hablaba desde la estatua de madera de Nuestra Señora que veneraba en su convento. La Virgen le confió un mensaje que invitaba al mundo a la conversión, a la penitencia y a la oración; la herida de sor Inés desapareció y reapareció en la mano de María sobre la estatua de madera, y la monja también fue curada de un trastorno auditivo que padecía.
Santuario de Nuestra Señora de Akita, diócesis de Niigata, en Japón.
— Roberto O'Farrill C. ✨ (@robertoofarrill) October 12, 2019
La Virgen le habló a sor Agnes Katsuko Sasagawa en julio, agosto y octubre de 1973 para confiarle revelaciones de lo que ya ha comenzado a suceder en la Iglesia. pic.twitter.com/vGdLymZynU
El 3 de agosto de ese año, la estatua de Nuestra Señora volvió a hablar con la monja, confiándole un mensaje: «Muchos hombres en este mundo afligen al Señor», informó sor Inés, «deseo que las almas le consuelen para suavizar la ira del Padre celestial. Deseo, con mi Hijo, almas que reparen a los pecadores e ingratos con su sufrimiento y pobreza. Deseo esto también de vuestra comunidad... que ame la pobreza, que se santifique y rece en reparación de las ingratitudes y ultrajes de tantos hombres.»
El 13 de octubre de 1973, en el aniversario de las apariciones de Fátima, recibió un nuevo y último mensaje del mismo tenor: «Como os he dicho, si los hombres no se arrepienten y no se mejoran, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo mayor que el Diluvio, como nunca se ha visto. El fuego caerá del cielo y barrerá a la mayor parte de la humanidad, tanto a los buenos como a los malos, sin perdonar ni a los sacerdotes ni a los fieles. Los supervivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos. Las únicas armas que les quedarán serán el Rosario y la Señal dejada por Mi Hijo. Rezad todos los días las oraciones del Rosario. Con el Rosario, rezad por el Papa, los obispos y los sacerdotes».
El Papa ha nomenat avui al missioner de la Societat del Verb Diví, el japonès Paul Daisuke Narui com a bisbe de Niigata, bisbat en el que rau el Santuari d'Akita, on s'aparagué la Mare de Déu a Sor Agnés Sasagawa del 1973 al 1981.@catholicgraphhttps://t.co/FgUkO8Qg1hpic.twitter.com/5aGUd8U44s
— Sant Maximilià Mª Kolbe (@MaximiliaKolbe) May 31, 2020
Después de estas manifestaciones a Sor Inés, en enero de 1975, la estatua de madera de María del convento de Akita comenzó a llorar. Y el fenómeno se produjo más de 100 veces hasta 1981.
En abril de 1984, monseñor John Shojiro Ito -obispo de Niigata, diócesis bajo cuya jurisdicción se encuentra Akita- escribió en una carta oficial que «sobre la base de las investigaciones realizadas, no se puede negar el carácter sobrenatural de una serie de acontecimientos inexplicables de la estatua de la Virgen honrada en Akita. En consecuencia, autorizo que la Santa Madre de Akita sea venerada en toda la diócesis que me ha sido confiada». Aunque sin emitir un documento oficial, en 1988, incluso el entonces cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, calificó de fidedignos los hechos de Akita. En 2002 se terminó de construir el santuario de la Madre del Redentor, que desde entonces alberga la estatua de la Virgen.
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