Acompañado por el arzobispo de Varsovia, el cardenal Kazimierz Nycz, y por el presidente de la Confernecia Episcopal de Polonia, monseñor Stanislaw Gadecki, Bartolomé ha saludado a un grupo de refugiados que se alojan en la Universidad católica Stefan Wyszynski. Durante un emocionante encuentro ha dicho: "Agradezco poderme encontrar con vosotros y con otros refugiados en este lugar cedido por la Iglesia católica, que está utilizando todas las parroquias y sus centros para acogeros".
"Tenemos que imitar a Polonia por su generosidad. Nosotros sufrimos con vosotros. Rezamos para que la paz llegue pronto y podáis volver a vuestro hermoso país. Encontraréis casas destruidas, pero vuestra valentía os guiará en la reconstrucción. A vosotros, que sois hijos espirituales de Constantinopla, os digo: Manteneos firmes en la fe cristiana, que nos guiará en estos tiempos difíciles. Creemos en Cristo crucificado y resucitado. Tras el Viernes Santo llega la alegría de la resurrección".
Por su parte, monseñor Stanisław Gądecki, presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, fue recibido en audiencia por el Papa Francisco. Polonia es el país que, con más de dos millones de refugiados aceptados, está apoyando el doloroso éxodo de ucranianos que huyen de las bombas.
Tras la audiencia con el Papa, en una entrevista concedida a Vatican News - Radio Vaticana, Gadecki informó sobre la situación en la frontera entre Polonia y Ucrania, donde se han movilizado todos los servicios de acogida para quienes cruzan la frontera y necesitan comida, refugio y ayuda para llegar a su destino, a la espera de un posible regreso a su patria, cuando esta guerra haya terminado y se pueda hablar de paz concreta.
"Los prófugos tienen necesidad, al mismo tiempo, de ayuda material y espiritual – afirma el Arzobispo – y las iglesias de rito latino están de hecho disponibles para las celebraciones litúrgicas de rito greco-católico y ortodoxo”
Aunque se enfrentan a una situación excepcional e inusual, nuestras parroquias son, por tanto, centros de acogida total – dice Stanisław Gądeckiv – tanto para los fieles como para los pastores de otros ritos cristianos, donde también se presta apoyo material a los refugiados. Todo ello de acuerdo con las iniciativas de las instituciones públicas con las que colabora la Iglesia. Todos los que han dejado atrás la locura y el horror de la guerra, nada más cruzar la frontera con Polonia, experimentan – subraya el Prelado – un momento de alivio tras perder su hogar y su patria.
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