Obispos, jóvenes y sociedad civil, la encarnación del estilo de diálogo Nathalie Becquart: "Los 'Encuentros Mediterráneos' han sido una bella expresión del Concilio Vaticano II"
En la ciudad francesa de Marsella con motivo del viaje del Papa Francisco, la subsecretaria de la Secretaría General del Sínodo participa en la tercera edición de los "Encuentros Mediterráneos"
"Diálogo y confrontación ayudan a discernir el signo de los tiempos", afirma Becquart. Las migraciones y el cambio climático, la crisis geopolítica de la violencia y la guerra, entre los retos más difíciles de afrontar. Retos, además, interconectados
| Federico Piana – Enviado a Marsella
Llegó a la ciudad francesa para seguir de cerca el diálogo mantenido entre obispos, líderes religiosos y jóvenes de los países ribereños del Mare Nostrum. La religiosa se muestra visiblemente satisfecha por lo que considera "la encarnación del estilo de diálogo", ya que "pastores de las cinco zonas geográficas del Mediterráneo se han reunido aquí para escuchar a los jóvenes y los jóvenes para interactuar sin temor con los obispos" y los representantes de otras confesiones.
Desafíos interconectados
Haciéndose eco del Papa Francisco, que en el primer día de su visita a Marsella volvió a hacer un llamamiento al amor, la acogida y la fraternidad, la religiosa esbozó las reivindicaciones que los obispos y los jóvenes sintieron la necesidad de señalar con más fuerza.
"Se trata sobre todo – dijo – de las urgencias relacionadas con la migración y la existencia de las desigualdades. Tantos jóvenes de la orilla sur del Mediterráneo no tienen oportunidades laborales y se empobrecen cada vez más". Pero también hay más. Como explicó la hermana Becquart, la "crisis geopolítica de la violencia y la guerra". Y las catástrofes generadas por el cambio climático". Todos retos interconectados.
Expresión del Concilio Vaticano II
Pues bien, obispos, jóvenes y la sociedad civil hicieron bien en trabajar en equipo con un método que produjo – aseguró la subsecretaria – "una ayuda para discernir el signo de los tiempos", poniendo así de relieve que "no somos una Iglesia aislada, sino situada en un mundo rico en pluralidades culturales y religiosas". Los "Encuentros Mediterráneos", en definitiva, representan para Becquart "una bella expresión del Concilio Vaticano II".