El fundador de la comunidad se niega a trasladarse a Cellole y buscará alojamiento por su cuenta Bianchi rompe su silencio y acusa a Roma de incumplir las condiciones en las que pactaron su salida de Bose
Las decisiones del delegado pontificio Cencini "nos ponen en una condición de precariedad radical, obligándonos a vivir perpetuamente en la angustia de ser expulsados en cualquier momento y por cualquier motivo
El comunicado de Bianchi se produce un día después de la nota de la Santa Sede en la que se informaba de que el Papa recibió a Cencini para darle su apoyo en el conflicto
La paz en la comunidad de Bose, lejos de llegar, está más lejos que nunca. Después de que la Santa Sede informara ayer que el Papa, antes de emprender viaje a Irak, había recibido al delegado pontificio, Amadeo Cencini, para respaldar su labor al frente del movimiento monástico fundado por Enzo Bianchi, éste se ha descolgado con un durísimo comunicado (ver aquí).
En el mismo, Bianchi acusa al Vaticano de haber incumplido sus promesas. Y afirma estar "dispuesto a mostrar los documentos" que prueban su versión, y que amenazan con dejar en mal lugar tanto al cardenal Parolin como, por extensión, al Papa Francisco.
Bianchi, que asegura llevar tiempo buscando un lugar en el que vivir para cumplir con las órdenes de Roma, sostiene que aceptó la petición expresa de Parolin para salir de Bose y trasladarse a Cellole con algunos hermanos. Sin embargo, "el decreto del delegado papal" cambiaba las cosas, especialmente en lo tocante al estatuto jurídico de quienes le acompañasen, que "serían reducidos a meros cuidadores".
"En el contrato de arrendamiento gratuito está previsto que la Asociación Monasterio de Bose, en su representante legal Fr. Guido Dotti, pueda expulsar de Cellole a Fr. Enzo Bianchi y a los que viven con él en cualquier momento, a simple petición y sin dar razones", lamenta el fundador de Bose, quien también lamenta que el delegado pontificio se negó a que hubiera un hermano dirigiendo la comunidad de Cellole, respondiendo que "no hay ningún prior, ni responsable, ni presidente del grupo en Cellole, ni de vida monástica ni cenobítica".
Condiciones inhumanas y ofensivas
"A estas condiciones, que nunca se han dado a conocer a la comunidad, nunca he dado mi consentimiento, porque me parecen inhumanas y ofensivas para la dignidad de mis hermanos y hermanas", sostiene Bianchi, que insiste en que las decisiones de Cencini "nos ponen en una condición de precariedad radical, obligándonos a vivir perpetuamente en la angustia de ser expulsados en cualquier momento y por cualquier motivo".
"Desde principios de febrero, he reanudado la búsqueda de una vivienda donde pueda vivir la vida monástica y practicar la hospitalidad como he hecho toda mi vida en Bose: no tengo intención de renunciar a mi vocación", concluye Bianchi.
Para leer el comunicado íntegro de Enzo Bianchi, pincha aquí
Por una Iglesia mejor informada.
Solo gracias a tu apoyo podemos seguir siendo un medio de referencia.
Hazte socio/a de Religión Digital hoy
